Después de conocer más a fondo la personalidad y la forma de ser de Daenerys Targaryen y Jon Nieve, en SensaCine hemos vuelto a convertir nuestro plató en una consulta psicológica. Un diván al que en esta ocasión "han acudido" otros tres importantes personajes de Juego de tronos: Sansa (Sophie Turner), Arya (Maisie Williams) y Bran (Isaac Hempstead-Wright). Para analizar cómo ha sido la evolución de los menores de la Casa Stark, desde la primera hasta la séptima temporada, hemos tenido el placer de contar, de nuevo, con la colaboración de David Pulido, psicólogo clínico y guionista; Irene Gil Jorge, psicóloga sanitaria y especialista en terapia familiar; y Laura López Calderón, psicóloga sanitaria y terapeuta familiar.
Antes de pasar al análisis, es interesante situarles en el presente: Bran se ha convertido en el Cuervo de Tres Ojos y ha dejado atrás su vida como Stark para adentrarse en una etapa en la que lo ve todo -TODO-; Sansa por fin ha logrado ser la Señora de Invernalia, tras pasar recluida gran parte de su existencia y haber sufrido todo tipo de abusos; y Arya, tras enfrentarse a distintas experiencias dramáticas, empezando por la muerte de su padre, se ha convertido en una guerrera con alma y un objetivo claro: vengarse de todo aquel que haya dañado a su familia en alguna ocasión.
Todos ellos regresan a Invernalia, al hogar que les vio nacer, donde un día fueron una familia unida y todo se derrumbó de pronto, y donde ahora su hermano bastardo, Jon Nieve, pretende comenzar de nuevo. Aunque, como apunta Laura López "hemos idealizado Invernalia" y realmente "cuando vuelven allí ese hogar ya no es lo que era, porque nada de lo que lo convertía en un hogar sigue allí".
Sansa: "La superviviente de Juego de Tronos"
Todos los personajes de Juego de Tronos han evolucionado de distintas formas y, por ejemplo, de Sansa se podría decir que es la superviviente por excelencia. "Comienza siendo el personaje más repudiado de la serie, injustamente. Pero no es malvada, tiene una visión de lo que es ser princesa, en la que Cersei es maravillosa y Joffrey es su príncipe soñado. Es la princesita que se siente incomprendida", afirma David Pulido. Para Irene Gil Jorge, al inicio de Juego de tronos Sansa sólo intenta "cumplir con las expectativas de lo que se puede esperar de una mujer en esa época".
Sin embargo, comienza a ver la vida de otro modo cuando su amado Joffrey ordena la ejecución de su padre, Ned Stark. "El momento en el que matan a su padre, supone un cambio para ella, y empieza a desconfiar y a ver que no es lo que ella pensaba que iba a ser. Que estar dentro de la familia Lanister conlleva muchas más cosas", apunta Gil Jorge. Pulido también habla sobre este asunto dejando claro que poco a poco ella aprenderá a no confiar absolutamente en nadie.
Pese a ello, Sansa se ve incapacitada para alejarse de la vida junto a su esposo y, como nos recuerda Laura López, "el deseo que sentía hacia su esposo, se transforma en miedo" y es precisamente "desde ese miedo desde donde Joffrey comienza a ejercer sobre ella un gran poder". Esto hace que "comience a ser muy prudente, muy paranoica", explica.
"Sansa es la que va a tener uno de los recorridos más tortuosos", continúa el psicólogo y guionista, David Pulido. Pese a haberse criado junto al resto de sus hermanos Stark, tiene una visión completamente distorsionada del bien y el mal, y como consecuencia idealiza a diferentes personajes a medida que va creciendo. En palabras de Pulido, primero será Cersei, que es todo lo que le gustaría que fuese su madre; después, Margaery, a la que ve como una aliada y una posibilidad de salir de su cautiverio; y después su "mentor", Meñique.
"Gracias a todos ellos va a aprendido el juego de los tronos. Aprendiendo lo que es importante y lo que no" y todo eso "la convierte en una superviviente, en una política que ha aprendido de los mejores", explica Pulido. Por ello, añade: "no va a dejar que nada se interponga en su camino" y solo sueña con poder "devolver al Norte lo que es suyo". Pero pese a "revelarse" y a haber "aprendido a utilizar las estrategias en su beneficio, lo hace sin mancharse las manos como su hermana Arya", puntualiza Irene Gil.
Era la más ingenua de todos y, a base de palos, ha ido aprendiendo lo que es Poniente [Laura López]
A lo largo de la serie, la ahora conocida como Lady Stark no ha tenido siempre este título. Durante las siete temporadas de Juego de Tronos, Sansa ha sido violada, abusada y pisoteada en cada uno de los momentos que ha estado con Joffrey, Ramsay y Meñique, lo que le lleva a no confiar en nadie. Incluso le cuesta confiar en su familia cuando se reencuentra con ellos o en Brienne de Tarth, cuando esta aparece para prestarle sus servicios.
Cerrando el análisis de Sansa, el experto en psicología y guion, David Pulido, deja claro que ella ha aprendido todo sobre cómo funciona el mundo de banderitas y política, solo le queda Invernalia. "El concepto de la familia lo tienen muy integrado y haría lo que fuese por los Stark. Es la que tiene la sangre más Stark en las venas".
Arya: "La guerrera, representa la individualidad"
Tras analizar a Sansa llega el momento de hablar de su hermana Arya Stark, alguien con quien al principio de la serie tan solo comparte el apellido. "Ambas son muy diferentes. Arya está más aliada con su padre, Ned, mientras que Sansa está más en la línea de su madre, Catelyn". Esta curiosa división lleva a la psicóloga Laura López a trasladar a la familia a nuestra realidad. "Cuando hay un conflicto en la primera generación que no se expresa explícitamente, muchas veces son los hijos los que, de manera más o menos consciente, elaboran dicho conflicto". Es por ello que López mantiene que tiene mucho sentido que, partiendo de la lealtad que cada una siente con sus padres, sean tan distintas en su relación mutua y en la que mantienen con su hermano, Jon Nieve.
Arya también tiene un camino de transformación muy interesante, aunque al contrario que sucede con el de su hermana, ella no está cautiva sino en constante itinerancia. "Es una travesía en solitario con otros personajes. Es una persona que lo que ha hecho es ir luchando, creyendo que es la única Stark superviviente. Arya cree que es la última Stark, que lo que no haga ella no lo va a hacer nadie. Lo vive desde la individualidad y por ello tiene una lista", recuerda Pulido.
El personaje de Maisie Williams no es uno fácil ni sencillo, pero sí es alguien muy ligado a sus orígenes, alguien que no olvida. Es por ello que siempre, aunque intente perder su identidad junto a los Hombres sin Rostro, no puede. Su lista y todo lo que ha sufrido su familia la ata permanentemente a ellos. "Arya es compasiva, valiente y recuerda de dónde viene", continúa el psicólogo.
Cada una de las muertes le hace todo más fácil para Arya [David Pulido]
Además, su camino es uno plagado de violencia, y es que tras el primer asesinato, el cual es muy difícil para ella, se suceden muchos otros que se producen como si fuese lo más natural del mundo. "Cada una de las muertes le hace todo más fácil. Es capaz de llevar la cara de un muerto y de ejecutar a alguien con sangre fría. Pero esta evolución con la lista tiene sentido respecto a su desarrollo como personaje", mantiene Pulido.
En esta línea, López también apunta que la venganza es muy importante para Arya porque "le permite mantenerse aferrada a un motivo para no derrumbarse". "Está profundamente dolida y dañada porque ha visto morir a su padre siendo muy pequeña. Y va perdiendo poco a poco todas sus raíces: vive una traición por parte de su hermana, se queda sola... Y llega un momento en el que aprende a ser Nadie".
Uniendo todo lo analizado de la personalidad de Arya Stark, el psicólogo David Pulido no duda en definirla como la guerrera que representa la individualidad. "Al estar sola y sentir que es ella la que única que queda tiene que reclamar el honor de los Stark. Siempre mostrará valentía sin perder la capacidad de compasión. Volver a su hogar le permitirá regresar a la infancia, a sonreír".
Bran: "Espectador más que personaje"
Bran es uno de los personajes de Juego de Tronos con una evolución más compleja. Pasa de ser un niño alegre, intrépido y muy curioso, que "aprecia mucho a su padre, Ned, y a su hermano, Jon", explica López Calderón, a convertirse en un ser místico, un Cuervo de Tres Ojos con capacidad de verlo y saberlo todo. Alguien a quien, desde que Jaime Lannister le empujase desde lo alto de un torreón, se le ha privado de su niñez, de todo lo que puede hacer feliz a un niño de su edad. Para la psicóloga, el hecho de haberse visto solo junto a "Hodor y una salvaje que no conoce de nada" le ha generado un sentimiento de "abandono". Un sentimiento que vuelve a experimentar cuando "se enfrenta a la pérdida" de otra de las personas más importantes de su vida, de su leal compañero y amigo, el mencionado Hodor.
Y una vez convertido en el Cuervo de Tres Ojos, para David Pulido es inevitable que Bran haya perdido la capacidad de sentir empatía: "Si no estás en tu cuerpo, no puedes ver al otro, no puedes conectar con la gente, para eso tienes que estar presente. Ha sufrido un proceso muy duro. Es el único que cuando vuelve a Invernalia no reconecta con lo que era, ha cambiado mucho".
Alguien que tiene una visión tan global parece más un espectador de la serie que un personaje [David Pulido]
Laura López comparte la opinión de Pulido y afirma que "su poder le ha cambiado", que el hecho de poder ver todo desde fuera de su cuerpo, "no le permite encariñarse demasiado con el presente, porque realmente sabe mucho sobre lo que ha pasado", pero también "sobre lo que va a pasar". Y esto le "mantiene sobrevolando todo", apunta.
Una de las ideas más interesantes que ha propuesto el psicólogo clínico es que Bran se mueve por Poniente "casi como el niño del anticristo". Con esto hace referencia a la poca o nula reacción que tiene ante cada uno de los personajes que se han jugado la vida por salvarle. Ejemplo de esto es Hodor, alguien cuya muerte no sólo nos descubrió el motivo de su nombre, sino también la frialdad con la que se comporta Bran. Es un personaje que, añade Pulido, "ha impuesto la necesidad de saber por encima del bienestar de otros, y eso antes de ser el Cuervo de Tres Ojos". Una vez convertido en él, "asume que tiene un papel que cumplir y que otros caerán por ello. Ese es su destino", concluye.
Esta curiosa y triste evolución de Bran, a quien todos hubiéramos abierto las puertas de nuestro hogar para acogerle, lleva a Pulido a soñar con la idea de "volver a verle como ese niño que escalaba por las torres, ese niño intrépido que siempre quiere curiosear".
En la siguiente entrega de 'Juego de Tronos en el diván': 'Los Lannister'