"-Las mujeres no apuñalan. -Ya, a mí también me sorpredió". Este diálogo, mantenido por Villanelle y un inesperado amigo en los nuevos episodios de Killing Eve, resumen muy bien lo que muchos espectadores pensaron tras ver su primera temporada. ¿Una serie sobre una asesina en serie que desarrolla una curiosa historia con la investigadora que la persigue, cargada de humor negro, violenta e impredecible? Lo difícil es resistirse a esta brillante creación de Phoebe Waller-Bridge, basada en las novelas de Luke Jennings.
La temporada 2 de Killing Eve llega en plena acción. El último episodio de la anterior entrega terminaba con un enorme 'cliffhanger': Villanelle había sido apuñalada por Eve y no sabíamos cómo conseguiría sobrevivir a ese giro de guion -porque estaba claro que seguir, seguía-. Ahora, la historia continúa justo en ese momento en el que la asesina en serie recibe su propia medicina. Lo que viene a continuación es una carrera por la supervivencia de ambas. Villanelle luchando desde la cama de un hospital, Eve intentando sobrellevar lo sucedido y volver a su vida normal.
Vamos, que ese juego entre el gato y el ratón que se traen entre manos no descansa en estos episodios. Con una relación más estrecha, las cosas se ponen interesantes entre las dos protagonistas. Ya han dejado atrás sus papeles de policía y criminal y se sumergen en otros roles que prometen mucha más tensión, pero, sobre todo, muchas más bromas macabras y muertes sin remordimientos. Ya no pueden vivir la una sin la otra, aunque eso signifique vivir en una relación dominada por la obsesión y la toxicidad.
La vulnerabilidad, la otra protagonista
Por sorprendente que parezca, tanto el personaje de Jodie Comer como el de Sandra Oh, se muestran vulnerables en estos nuevos episodios. Puede que Eve haya conseguido escapar de la escena del crimen, pero los remordimientos la acompañan hasta Estados Unidos. Esa mujer fuerte que hacía todo lo posible por capturar a la asesina está sufriendo las consecuencias de 'ser la mala' por una vez. Eve intenta encontrar un equilibro entre su vida personal y los inconvenientes de su carrera. Buscando solución a este dilema, desarrolla una peculiar relación con Carolyn Martens (Fiona Shaw) que termina siendo uno de los mejores elementos de la serie. Shaw es una auténtica robaescenas que nada tiene que envidiar de las aptitudes para la actuación de sus compañeras.
Al mismo tiempo, Villanelle se ve sorprendida por algunas situaciones de las que no será tan fácil salir. ¿Habrá encontrado la criminal sus primeros límites? Quizás ha llegado el momento de ver un cambio de roles entre las protagonistas y que el ratón por fin se convierta en depredador.
Phoebe Waller-Bridge llega para quedarse
La segunda temporada de Killing Eve prácticamente significa la consagración de Phoebe Waller-Bridge como una de las creadoras más originales e inteligentes del panorama televisivo. No todo el mundo es capaz de darle la vuelta a la violencia que se ejerce sobre las mujeres y convertirlo en una de las series más poderosas de la actualidad.
Creo que la gente está un poco cansada de ver a las mujeres siendo atacadas en pantalla. Se nos permite ver a mujeres en mesas de autopsias todo el tiempo y siendo golpeadas. En cierto modo, es importante verlas así porque muestran la brutalidad que hay contra las mujeres. El lado opuesto, ver a mujeres siendo violentas, es refrescante y extrañamente empoderador", explicaba la creadora en BBC.
Waller-Bridge y su grupo de guionistas tienen una gran capacidad para adentrarse en el corazón de la historia de los personajes y saltar entre géneros de la manera más elegante. Lo hacen, además, sin bajar el ritmo del guion e introduciendo una pizca de buen humor negro. Ahora que ya hemos descubierto a Eve y Villanelle, nosotros tampoco podemos vivir sin ellas.