¡ATENCIÓN! Si no has visto el último episodio de 'Juego de Tronos' no sigas leyendo, las siguientes líneas contienen 'SPOILERS'.
Por fin se ha desvelado la identidad de la persona que se ha sentado en el Trono de Hierro, o mejor dicho, que no se sentará en ningún un trono ni controlará los Siete Reinos. El resultado ha sido un Trono de Hierro fundido por Drogon y Bran (Isaac Hempstead-Wright) como el Rey de los Seis Reinos, ya que, Sansa Stark (Sophie Turner) se ha declarado la propia y única Reina de Invernalia. Muchos han sido los giros de guion que han dejado a más de un fan de la serie con la boca abierta y no para bien. Ejemplo de ello ha sido la petición en change.org que han movido los seguidores de la serie para que se cambie el final de Juego de Tronos.
Una de las personas, y esta vez de dentro de la ficción, que puede sentirse en esa misma situación ha sido la actriz Emilia Clarke, encargada de dar vida a la Madre de Dragones, cuyo desenlace en el episodio 'The Iron Throne' (8x06) ha roto a más de uno y una el corazón. Durante una entrevista a The New Yorker, la actriz reconocía que cambiaría alguna de las situaciones que han tenido lugar en los últimos capítulos.
Bueno, sólo puedo hablar de mi propio personaje y con la gente con la que interactúo en la serie. Pero me hubieran encantado más escenas conmigo (Daenerys) y Missandei. Me hubieran encantado más escenas conmigo y con Cersei. Me hubieran encantado más escenas entre Gusano Gris y Missandei (...) Sólo quería ver un poco más de eso. Pero no estoy en posición de criticar a los genios que han escrito ocho temporadas de cosas maravillosas
Cuando la intérprete supo del movimiento que hay creado para cambiar el final de la ficción su reacción fue "oh, dios mío", aunque no ha llegado a apoyarla publicamente, ya que, aunque su personaje ha cambiado drásticamente a la velocidad de la luz era el destino que su papel tenía que adoptar, muy a su pesar, pero que gracias, en parte, a la ayuda de los 'showrunners' pudo encontrarle algo más de sentido.
Fuente: The New Yorker