El final del personaje de Emilia Clarke en Juego de Tronos es uno de los más comentados de la televisión. Su adiós a una serie que le ha dado tanto se produjo tras un gran discurso a las tropas que acababan de tomar Desembarco del Rey -con ayuda de Drogon-, y por las manos de su amado Jon Nieve (Kit Harington). Así despedíamos a Daenerys Targaryen y la veíamos marchar hacia un destino desconocido sostenida por su "hijo".
La actriz ha reconocido en varias entrevistas que descubrir cómo iba a ser su final en Juego de Tronos la conmocionó tanto que necesitó salir a andar durante cinco horas, para desahogarse, liberar tensiones y llorar. Estaba confundida por el giro de Daenerys en el quinto episodio de la octava temporada, y por supuesto con su muerte en el salón del trono de Poniente.
En una reciente entrevista con Variety, la actriz ha explicado cómo se preparó para ese discurso tras destruir la capital del reino: "Estoy dando todos los discursos en lenguas inventadas, he visto muchos videos -ahora me resulta gracioso- de dictadores y héroes poderosos hablan en lenguas diferentes para ver si podía entender lo que decían pese a no conocer el idioma en el que hablaban. ¡Y puedes! Por supuesto que puedes entender lo que dice el jodido Hitler, son oradores solitarios que hablan en lenguas extranjeras. Pensé, 'si puedo creerme cada cosa que estoy diciendo, los espectadores no necesitarán mirar tanto a los subtítulos."
La actriz tiene claro que ese es un gran momento para su personaje y para la serie, uno que deja claro que no va a parar de luchar en contra de los que no piensen como ella y no se arrodillen ante ella al primer suspiro. Esta es precisamente una de las cosas que motivan a Tyrion (Peter Dinklage) a dimitir y a Jon a matarla. Se está convirtiendo en una dictadora que derramará la sangre que sea necesaria para tener el poder.