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    CRÍTICA temporada 3 de 'Por trece razones': Cuando reinventarse puede no salir nada bien

    La tercera temporada de la serie creada por Brian Yorkey se encuentra disponible en Netflix desde el pasado 23 de agosto.

    La tercera temporada de Por trece razones ya se encuentra disponible en Netflix desde el pasado 23 de agosto y lo que era una serie necesaria que originaba conversación por las historias que trataba, se ha convertido ahora en una insípida ficción con un misterio que resolver.

    Aunque es cierto que la serie pecaba algunas veces de ser morbosa o incluso manipuladora con varias escenas, hay que otorgarle también el beneplácito de que se trata de una ficción cuyo mensaje principal, que consiste en que cada acto o palabra tiene siempre sus consecuencias, consigue llegar a un público joven que, quizás, un documental no haría. Como Roll Red Roll, que se encuentra disponible en Netflix y habla sobre un caso real de violación que ocurrió en 2012 en Ohio e involucra tanto las redes sociales como la cultura del fútbol americano.

    Pero todas las miradas estuvieron en Por trece razones y en su cruda primera temporada que trata un tema tabú de una forma única e íntima como nunca antes se había hecho y además conseguía crear conversaciones sobre ella, algo, que era y sigue siendo, muy importante. Incluso la segunda entrega con la historia de superación de Jessica y de cómo las víctimas de abuso sexual no les resulta muy fácil hablar de ello como muchos creen, era algo importante que tratar.

    Netflix

    Pero esta tercera temporada no tiene ninguna justificación. Bryce Walker (Justin Prentice) ha sido asesinado y Ani (Grace Saif) es nuestra nueva ‘Hannah Baker’ en cuanto a principal narradora mientras testifica ante la policía sobre lo ocurrido. No tiene ni pies ni cabeza. La revelación del asesino, su modus operandi y esa forma abrupta de arreglarlo todo en el último episodio es nefasto. ¿Qué mensaje queda tras el final?

    Por trece razones podría haber ido más lejos y ser mucho más valiente. Podría haber tratado el tema de las armas en Estados Unidos mucho más detalladamente o la continua lucha de las víctimas de abuso sexual con mucha más atención y cuidado. Además es casi imposible creernos que Bryce podría haber cambiado tan fácilmente o que quisiera hacerlo porque su arco argumental está siendo obstaculizado por las ‘evidencias’ que tienen que haber en cada episodio y recordemos que ese cambio ha sido también un tanto brusco teniendo en cuenta que la segunda temporada acababa aún con un Bryce odiado por muchos.

    Seguro que Hannah Baker no estaría nada de acuerdo con esta tercera temporada y menos con ese final. Solo queda esperar qué es lo que tratarán en la cuarta y última entrega de la serie creada por Brian Yorkey.

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