Algo tiene la cuarentena que nos está llevando a todos a volcarnos en el surrealismo, en historias de esas que no sabes muy bien qué están contando ni cómo terminarán. Será que esta inédita situación en la que estamos nos ha cambiado un poco la percepción de la realidad y ahora nos sentimos más identificados con misterios y ciencia ficción que con los problemas cotidianos. En este contexto se estrena Desde otro lugar, serie de AMC que podemos disfrutar en España de la mano de Movistar+.
En un primer vistazo, Desde otro lugar parece una serie de ciencia ficción con toques de terror, algo parecido al episodio 'Black Museum' de Black Mirror en el que la conciencia de una mujer queda atrapada para siempre en un oso de peluche. Al menos, es lo que me había figurado al ver las primeras promos y leer un poco acerca de ella, pero lo cierto es que no tiene nada que ver con eso -mea culpa.
La primera serie de Jason Segel -sí, el eterno Marshall de Cómo conocí a vuestra madre- explora el vacío existencial y los problemas de identidad con la excusa de crear un mundo fantástico dentro de nuestra rutina. La premisa inicial es la siguiente: “Un grupo de personas normales se topan con un rompecabezas escondido detrás del velo de la vida cotidiana. Llegarán a descubrir que el misterio es mucho más profundo de lo que jamás hayan imaginado”.
La idea se basa en un hecho real de lo más curioso. En 2008, el artista Jeff Hull creó un juego de realidad alternativa bajo el nombre de la organización ficticia Jejune Institute. Llenó las calles de Oakland de extraños carteles y, una vez que recibían la llamada de una persona que quería unirse al experimento, le citaban en la supuesta sede de la institución. Durante tres años, 10.000 jugadores se atrevieron a aceptar el reto y a realizar actividades interactivas desde el puro desconocimiento.
Segel declaró hace tiempo que la idea de desarrollar Desde otro lugar le vino tras el vacío que le dejó el final de Cómo conocí a vuestra madre y no hace falta ver muchos episodios para encontrar similitudes. Su personaje, Peter, es un hombre con un buen trabajo en una compañía estilo Spotify que está completamente limitado por la rutina que se ha autoimpuesto. Con la mitad de su vida ya vivida, se da cuenta de que siempre se ha dejado llevar y quiere cambiar, pero no sabe muy bien qué camino escoger. Algo parecido a lo que vivió Segel, quien, de repente, se vio sin una apretada agenda de trabajo y mucho tiempo libre para poder desarrollar su creatividad.
Jason Segel usó el vacío que quedó tras 'Cómo conocí a vuestra madre' para hacer su nueva serie"De repente, tenía este lienzo en blanco en mi cabeza y no estaba seguro sobre lo que quería escribir. […] Me di cuenta de que era un sentimiento que daba miedo y que no había sentido en mucho tiempo, era interesante eso de no saber qué hacer después. No saber quién era a los 34 años porque habían dictado quién era durante mucho tiempo. Quería escribir sobre eso. Pensé que era un asunto muy interesante", asegura el actor.
Desde otro lugar es una especie de 'escape room' en la que los protagonistas buscan significado al experimento en el que se han apuntado cuando, en realidad y casi sin que ellos lo sepan, están buscando significado a sus propias vidas. Es planteamiento muy interesante para un simple juego de realidad alternativa, pero a veces se le queda grande. Aunque reúne ingredientes ricos y apetitosos, algo falla en la serie que no consigue convertirla en un plato redondo. Los protagonistas -nada que reprochar a Eve Lindley, Sally Field y André Benjamin (el conocido André 3000 de OutKast) en sus papeles- son un puñado de personajes peculiares y atractivos, pero no terminan de encajar en su conjunto. El tono es principalmente serio, si no dramático en ocasiones, pero incluye algunos diálogos y escenas cómicas que tampoco calan en el contenido. Es decir, la serie parte con muy buenas intenciones y una premisa contundente, pero se va desperdigando por el camino.
Quizás el problema esté en que solo he tenido acceso a los cuatro primeros episodios y que empecé a ver la serie con una fuerte idea precondebida en mi cabeza, una que no se correspondía con lo que la ficción me estaba queriendo contar. Aún así, vale la pena acercarse a la creación de Segel y, por qué no, explorar un poco acerca de nosotros mismos: ¿Vivo la vida que quiero? Cuando esté en mi lecho de muerte, ¿podré decir que he sido feliz? ¿Es la vida la que no me deja avanzar o soy yo mi propio obstáculo? Reflexiones algo grandes para una serie sci-fi que se queda a medio camino entre el drama, la comedia y el cuento de ciencia ficción.