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    Crítica final 'Por trece razones' (Netflix): Un final atropellado que se podría haber solucionado habiendo hecho una sola temporada

    La cuarta y última temporada de la serie creada por Brian Yorkey ya se encuentra disponible en la plataforma de ‘streaming’ desde el pasado 5 de junio.

    SPOILERS: A continuación se desvelan detalles importantes de la última temporada de Por trece razones

    Después de cuatro temporadas, Por trece razones ha llegado a su fin. La historia que comenzó por desentrañar las razones por las que Hannah Baker (Katherine Langford) se suicidó ha evolucionado a entregas en las que erróneamente lo importante era desentrañar un misterio. En la tercera entrega era desvelar el asesino de Bryce (Justin Prentice) y en esta última gira principalmente en dos misterios: El de saber quién es la persona que está dentro del féretro que se nos presenta en los primeros minutos y la de saber la identidad de la persona que quiere que salga a la luz todos los secretos de los protagonistas.

    Lamentablemente, la idea principal de Por trece razones que era la de concienciar de los abusos sexuales y el bullying y sus consecuencias en los jóvenes, ha evolucionado a varias entregas que han desprestigiado esa idea convirtiéndola en una serie más de adolescentes con misterios y encubrimientos de asesinato. Aunque la segunda temporada no fuese llegase a ser muy necesaria, sí que tenía mensajes importantes como la de los juicios sobre los abusos sexuales o los traumas de las víctimas que lo han sufrido. Además, terminó con casi el posible tiroteo que podría haber sufrido el instituto Liberty a manos de Tyler (Devin Druid).

    Si Por trece razones hubiese sido leal a sus principios de mostrar temas tabús que nunca antes ninguna serie ha tratado con tanto detalle, la serie habría explicado la situación por la que han pasado y pasan muchos institutos de Estados Unidos sobre el uso de armas y sus consecuentes tiroteos. Pero decidieron mal en escoger mejor la trama del misterio del asesino, dando así una mediocre tercera temporada.

    Pudiendo aprender de sus errores, Por trece razones ha seguido la misma línea que la tercera, dándonos una cuarta y última temporada superficial y con un final atropellado queriendo abarcar varios temas -como la identidad sexual, el uso de armas, el racismo o la depresión- en tan solo 10 episodios y que afecten a todos los personajes que ya conocemos.

    Por trece razones es el ejemplo claro de una serie de la que no se debería de haber alargado el chicle más de lo debido. Ha querido mostrar muchas ideas, pero no han sido nada bien ejecutadas ni tratadas. El claro ejemplo es el episodio ‘Jueves’ (4x06), en el que los estudiantes de Liberty son encerrados en el instituto debido a un simulacro de un tiroteo. El mensaje, al final de éste, está bien, pero no consigue transmitirlo adecuadamente.

    Netflix

    En vez de poder tratar más sobre los traumas y la psique de los personajes al arrastrar varios problemas desde la primera temporada, seguimos con si está bien o no encubrir un asesinato e intentar por todos los medios de que no salga a la luz este secreto. Mientras ocurre todo esto, tenemos por otro lado a los padres que vigilan a sus hijos, otra trama dentro del este inverosímil cóctel de historias y del que no indagan mucho más.

    Ya ni hablemos del hecho de deshacerse durante dos episodios de Ani (Grace Saif) porque sí. Personaje que fue odiado mediáticamente en la tercera temporada y que han decidido alejarla durante dos capítulos. Decisión que va en contra de lo que supuestamente quiere transmitir la serie. Por otro lado, Alex (Miles Heizer) es bisexual y le han otorgado dos nuevos intereses amorosos. Todo el mundo lo acepta, sin sorpresa. Todo bien, hasta que en el penúltimo episodio Alex y Charlie (Tyler Barnhardt) se sorprenden con que un personaje sea gay porque no lo aparenta. Están claramente juzgando por estereotipos y lo dejan como anécdota. Algo que está bastante mal.

    Y deberíamos también parar de dejar de idealizar las relaciones tóxicas en las que una persona trata mal a otra porque no acepta su identidad sexual pero ésta le decide ayudar en todo lo que pueda. Aquí entra Winston (Deaken Bluman), personaje que se enamora de Montgomery (Timothy Granaderos) a pesar de que le dio una paliza por ser gay. Aquí, SKAM España lo explicó perfectamente en su tercera temporada con Nora (Nicole Wallace) como protagonista:

    Si de verdad quieres cambiar, yo no soy la persona para ayudarte. Tienes que buscar ayuda de verdad, un psicólogo o algo así. Pero yo no

    Esta frase hace ver perfectamente que ninguna persona es responsable de hacer cambiar a nadie. Tienen que salir de ellos mismos. Y Winston se martiriza desde el minuto uno en que podría haberle ayudado o cambiado de alguna forma, cuando es algo que es mucho más complicado y del que se necesita ayuda profesional.

    Y para terminar, la serie ha tirado una vez más de la muerte de un personaje principal, esta vez la de Justin (Brandon Flynn) debido al VIH, otro tema del que se debería de haber tratado mucho más a fondo y no tan superficialmente como lo hacen en el último episodio. Lo hacen simplemente para darle más peso de dramatismo a la serie y nada más. En definitiva, Por trece razones tendría que haber acabado en su segunda temporada cerrando la historia de Hannah Baker.

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