El 27 de septiembre llega a HBO -y más tarde se emitirá el primer episodio en Telecinco- la esperada Patria, la ficción que adapta la novela homónima de Fernando Aramburu. La serie forma parte de la Sección Oficial -dentro de Proyecciones Especiales- de la 68ª edición del Festival de San Sebastián y en el certamen hemos tenido la oportunidad de hablar con su creador Aitor Gabilondo y sus actrices protagonistas Elena Irureta y Ane Gabarain. Ellas son las encargadas de interpretar, respectivamente, a Bittori y Miren, dos grandes amigas cuyos caminos se separan. El punto de inflexión en su relación es la muerte del Txato, el marido de Bittori, a manos de un miembro de ETA. Joxe Mari, el hijo de Miren, forma parte de este grupo. La historia se ambienta en 2011, cuando la organización Euskadi Ta Askatasuna anuncia el cese definitivo de su actividad armada. Tras años fuera del pueblo en el que Bittori vivía junto a su esposo e hijos, esta decide regresar para responder a la pregunta que lleva haciéndose desde la muerte de su marido: ¿Quién fue el asesino?
San Sebastián 2020: Aitor Gabilondo firma con ‘Patria’ la mejor serie española del añoCon Gabilondo, Irureta y Gabarain hablamos sobre lo más difícil de llevar esta historia imágenes, de si puede ser un buen punto de partida para que aquellos jóvenes que no conocen lo ocurrido se acerquen al tema y también sobre la polémica que ha generado la ficción.
¿Qué ha sido lo más difícil a la hora de adaptar esta historia en forma de serie? ¿Y a la hora de interpretarla?
Ane Gabarain: Encontrar el tono interpretativo. Que fuera una cosa que fuera sobrio, que fueran personajes muy de carne y hueso, no caer nunca en el estereotipo. Pero bueno, yo creo que lo conseguimos muy bien con los directores; con Felix Viscarret, con Óscar Pedraza… Tuvimos la consigna como muy clara. Entonces, pues bueno, con gran ayuda de ellos, pues… Siempre intentando hacer una interpretación contenida, pero muy llena, muy cargada de emociones, de verdad, de tripas.
Elena Irureta: Sí. Lo que más difícil se me hacía a mí, cuando veía el guion y tanto en el libro, los monólogos de ellas a la nada. Que dices: “Bueno, se supone que esto es un pensamiento, pero hay que decirlo”. Luego, como estaba tan claro todo, después de hablar con Aitor y después de hablar con el director, el punto y el tono y tal… A mí no se me hizo difícil. Siempre digo que se me ha hecho mucho más fácil grabar esta historia, porque todos los días estaba tan clarito todo y tanta ayuda y tan… Tan bien cubiertas, que estábamos como: “¡Dilo ya!”. Porque ya está ensayado, ya está hablado, ya está el tono. Entonces, es un poquito más, un poquito menos, pero era para pillar la medida. Hasta ahí. A mí se me hizo hasta sencillo. Uno de los rodajes como que fluía todo muy fácil. Luego, eso sí, cuando vi la primera escena, me impresionó tanto lo que es todo el conjunto. ¡Uf!
Ane G.: A veces era un poco lioso porque no es lineal, va y viene en el tiempo. Son 25 años. Y nosotras vamos caracterizadas de más jóvenes y de mayores.
E. I.: Y un día era una cosa y al día siguiente la otra.
Ane G.: Y algunos días era como: “¡Ostras! ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy?” [Risas].
E. I.: ¿Dónde estamos?
Ane G.: Había que situarse y ya.
E. I.: La verdad es que fue bien todo.
Ane G.: Sí. Muy contentas.
Aitor Gabilondo: Hacer los guiones fue como, la parte de todo el viaje, lo más sencillo porque, al final, estás en tu casa y bueno, hay una novela. En fin, que tienes ahí material para adaptar y esa fue la parte fácil, digamos, de todo el proceso. Y lo de los monólogos me hace mucha gracia porque era arriesgado. Estas dos señoras que son tan de pies en la tierra y una habla con la tumba y la otra habla con un santo.
Ane G.: ¡San Ignacio!
E. I.: En alto, además.
Aitor G.: En alto. Realismo mágico, parecía de repente [Risas]. Y era como una contradicción porque dices: “Pero cómo estas dos señoras que son tan austeras, tan con los pies en la tierra hacen esto”. La verdad es que si no hubiesen sido ellas, y no es peloteo, ya lo saben; igual no me habría atrevido. Pero como dicen todo con tanta naturalidad… Bittori igual no esperaba respuesta ni cuando estaba vivo el marido, o sea que daba igual.
E. I.: Se imagina todo ella.
Aitor G.: Y la otra igual… Digo: “Seguro que queda bien”. A mí me gusta como ha quedado.
¿Qué tiene la historia de Patria para que llegue y emocione a gente tan distinta?
Aitor G.: Si hubiera sabido que iba a ser tan fenómeno no me habría atrevido a hacerlo.
Ane G.: ¡Anda!
Aitor G.: De verdad te lo digo. Luego fue como creciendo ahí al lado. Y ya está. Pero bueno… Es la historia de dos mujeres, dos hermanas casi. De hecho dicen que podrían ser hermanas de verdad, que bueno… Con un fondo tan dramático y tan reconocible de un montón de años y cómo superan, con mucha dificultad, saltando obstáculos psicológicos, emocionales, sociales, vivenciales, todo el trauma de sus familias. Yo creo que eso es lo que más me interesó. Y, claro, para que tuviera algún sentido el final, pues había que mostrar lo que había pasado. Y eso es lo que interesó realmente. Creo que es una buena historia.
¿Creéis que esta serie es una buena forma para que los adolescentes que no han vivido esa etapa de España se acerquen al tema?
Aitor G.: Yo creo que sí porque es un lenguaje tan asequible, tan popular. Es una serie de televisión que, aunque es un tema denso y complejo, es fácil de ver, de digerir... Y hay muchos personajes y eso lo hace dinámico también. Creo que, bueno, que puede ser una manera de introducirse en una historia… Como otras series que hay basadas en hechos reales. Siempre pongo el ejemplo de Chernobyl, que no me imagino, así en principio, no es algo que a un chaval joven pueda interesarle de saque. Pero bueno, contado así de esa manera… Al menos entras y luego ya si quieres ahondar más…
Ane G.: Es que tiene de todo. Tiene acción, tiene drama, tiene amor, pinceladas de comedia… Tiene muchos ingredientes.
E. I.: Comentaba Aitor que, ayer, una persona, una mujer, salió diciendo: ”Esto tienen que ponerlo en las escuelas. En todos los colegios. Como aprendizaje. Se les va a olvidar. Se les va a olvidar lo que ha pasado. Esto tienen que verlo todos".
Ane G.: Sí. También puede ser pedagógico.
E . I.: Es verdad, también puede ser pedagógico porque los que son jóvenes hoy no han conocido. Y tampoco se puede pasar página así.
Aitor G.: Sin perder de vista que es una serie de televisión. No es un estudio ni nada de eso…
Uribe, Medem... El cine ha contado distintos momentos de la situación de ETA y Euskadi, pero la tele no lo había hecho de esa manera. En España, que somos muy de ganadores y perdedores... ¿Es Patria el relato que quiere la gente?
Aitor G.: Creo que sí. A mí todo el discurso ganadores, perdedores… No encuentro ningún personaje en esta serie al que le podamos llamar ganador. No estoy de acuerdo con eso. Primero, es verdad que la televisión, bueno, porque ahora hay plataformas, porque hay posibilidad de contar otro tipo de series; pues se ha podido hacer. También es verdad que hace casi una década que ETA anunció el cese definitivo de las armas. Eso también ayuda a contar estas películas. Y estos directores lo hicieron en épocas en las que todavía ocurría. Es diferente… Y luego, me gustaría decir que ha habido muchos escritores, gente que ha escrito novelas, historias fascinantes... Pero bueno, esta es la que se ha llevado a la tele, de momento. Pero espero que se hagan muchas más, que se abra el camino a que se cuenten más porque hay mucho que contar.
E. I.: Y muchos puntos de vista…
Aitor G.: Y muchos puntos de vista también. Pero, bueno, se empieza por lo más amplio y luego se va acotando.
¿Esperabais, cuando os adentrasteis en este proyecto, que provocaría polémica?
Aitor G.: Yo cuando lo leí [el libro], lo leí como una historia. Pero es verdad que cuando empezó a tener éxito, que es lo que pasa siempre, porque el éxito es sospechoso; es cuando ya empieza la gente a hablar y a comentar. A mí me han dicho absolutamente de todo. De todo de todos los personajes en estos tres años. Para bien, para mal, para fatal… De todo. Entonces, cuando ha llegado la polémica ya estaba vacunado.
Ane G.: Pero no te puede devorar eso. Tú tienes que hacer tu trabajo…
¿Y qué les dirías a los que dicen que la serie es equidistante?
Aitor G. No sé a qué se refieren muy bien. Lo he dicho hasta la saciedad y ya me aburro: creo que el dolor no tiene bando. Ya está. Esto es así. Luego, las cosas que ocurren... Cada cosa tiene su gravedad y no es equiparable una cosa con la otra, pero realmente el dolor no tiene bando. Todos estos personajes están divididos, atravesados y eso es lo que creo que cuenta la serie. Además que es una serie de gente corriente, normal. Nosotros no somos jueces, políticos ni nada de eso. Superaremos también Twitter, espero, como sociedad.