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    Crítica de 'Emily en París' (Netflix): "Rompe con el estereotipo de las comedias románticas convencionales"

    La primera temporada de la serie al completo se estrena mañana viernes, 2 de octubre, en la plataforma de 'streaming'.

    Emily en París, lo nuevo de Darren Star (el creador de Sexo en Nueva York), se estrena este viernes, 2 de octubre, en Netflix. En SensaCine hemos podido disfrutar de la primera temporada al completo de la ficción y, a continuación, te contamos qué nos ha parecido y como Lily Collins (Tolkien), la protagonista, hace que esta comedia romántica adquiera otro valor

    Aunque es un proyecto de Star, pocos son los rescoldos que quedan de aquella ficción televisiva, protagonizada por Sarah Jessica Parker, que se convirtió en un icono televisivo para muchas mujeres en aquel momento. Pero, aunque pudiera parecer un inconveniente, resulta todo lo contrario: un acierto absoluto. La serie sabe adaptarse a las necesidades actuales, aunque hay algunos momentos que quizá podrían seguir chirriando. A pesar de esos pequeños matices el ritmo de la serie funciona y hace que puedas sentirte identificada o representada en numerosos momentos y situaciones cotidianas. 

    Si hay algo que consigue captar tu atención desde el minuto cero son las localizaciones de ensueño que aparecen en ella. Por todos es sabido la espectacularidad de la ciudad parisina, a la que muchos cineastas han caído prendados, como Woody Allen bien reflejó en su cinta Midnight In Paris. Pero, en Emily en París todo está cuidado al detalle y cada detalle se muestra en escena con mucho mimo y delicadeza; algo que quizá en Sexo en Nueva York se podía echar de menos. Cada secuencia te lleva a un lugar y rincón de la ciudad aún más espectacular. No te has terminado de recuperar del anterior y el director te asalta con otra gran secuencia en un recóndito café o en una de sus calles chic.

    La trama gira alrededor de Emily, una joven norteamericana que acaba de prometerse con su novio de la universidad y su vida está organizada y programada de principio a fin. Por casualidades de la vida, recibe una oferta de trabajo en una agencia de marketing en París que le resultará imposible de rechazar. Sin tener ni idea de hablar francés ni del carácter tan suyo de los franceses, Emily llegará a la ciudad del amor para darlo todo y entregarse en cuerpo y alma a la causa.

    Si ves el tráiler -puedes hacerlo sobre estas líneas- puedes quedarte con la idea de que la serie simplemente mostrará las diferentes aventuras amorosas que vivirá la protagonista en, como no podía ser de otra forma, la ciudad el amor. Una comedia romántica más envuelta en macarons y champagne francés. Pero no.

    La serie rompe con el estereotipo de las comedias románticas convencionales, y aunque sigue teniendo ese motor principal de chica conoce a chico, a medida que se va desarrollando la historia van apareciendo otros alicientes que hacen que te olvides por completo de si acabará enamorándose de su jefe, su vecino o el cartero que le trae la correspondencia

    La trama va mucho más allá. En realidad, uno de sus puntos fuertes es el trabajo de Emily en la agencia de marketing de la que formará parte. Es una empresa que se dedica a publicitar marcas de moda y belleza, algo completamente diferente a lo que venía haciendo la protagonista, que se dedicaba a vender fármacos. Ahí es cuando entra la figura de la Community Manager, ese puesto tan solicitado en el área de comunicación y al que no todo el mundo es capaz de pillarle el gusto. Pero, Emily lo hace, y lo sabe hacer muy bien. Cada nuevo cliente que consiguen es una carrera a contrarreloj y cada campaña de publicidad que creen será el hilo conductor de cada episodio, y no el tema amoroso como pilar fundamental de la trama. Todo lo contrario. En este título los amoríos varios que tendrá Emily serán un añadido más a la historia principal. 

    Si hay algo que quizá hace que la serie te enganche desde el minuto cero (localizaciones y moda a un lado) es la duración de los episodios de una media de 25 minutos; todo un periplo dadas las ficciones actuales. Si encuentras un serial con un capítulo que dure menos de 50 minutos ya es todo un logro. Esto hace que la serie tenga un ritmo natural y otorgue a la trama más valor de la que quizá tiene. Lo que importa es el resultado final, y el resultado es que funciona a las mil maravillas

    Otro de los grandes puntos a favor de ver Emily en París es su protagonista. Aunque había seguido de cerca los trabajos de Collins durante estos años, creo que este papel es, sin duda, el PAPEL; y se nota desde el primer momento que baja del coche y llega a su pequeño pisito en París

    Collins está pletórica, y no solo por todos los modelismos que luce en cada episodio sino porque hasta el momento no había hecho nada así, y se nota que lo estaba esperando como agua de mayo. Una de las cosas con las que me quedo de la serie es la relación que tiene con su amiga Mindy (Ashley Park) en la ficción. Una oda a las amistades entre mujeres por encima de cualquier cosa. Pero, también está la otra cara de la moneda con el personaje de Philippine Leroy-Beaulieu, su jefa en la agencia. En esta situación es muy probable que más de una espectadora se pueda sentir identificada. Es lo bueno que tiene el título; que narra situaciones tan comunes y cotidianas que es muy difícil no sentirte identificada con ninguna. Desde sentirte perdida en una ciudad completamente diferente a la tuya y con un idioma que no es el tuyo, hasta cómo tratar de no perderte en el metro y acabar en la otra punta de tu alojamiento. En ello reside, quizá, el acierto y éxito de Star al crear esta serie. 

    ¡A continuación, no te pierdas la entrevista en video a Star, Collins, Ashley Park (Mindy) y Lucas Bravo (Gabriel)!

     

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