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    'Alguien tiene que morir' (Netflix) y otras 9 series con familias muy muy turbias

    'Los Soprano', 'Los Originales', 'Juego de Tronos' o 'A dos metros bajo tierra' son algunos de los títulos que cumplen a la perfección con este perfil.

    La miniserie de Netflix Alguien tiene que morir, disponible en la plataforma desde el 16 de octubre, se ha incorporado a esa lista interminable de ficciones televisivas sobre familias, cuya historia da para una, tres o hasta seis como Los Soprano. Hermanos, hermanas, padres, madres, cuñados, nueras, suegras... Todo parentesco es poco cuando se habla sobre títulos de familias disfuncionales. A continuación, hemos recopilado algunos de este tipo de seriales como: A dos metros bajo tierra, Heridas abiertas, Succession o la aclamada Juego de Tronos; en las que una pequeña discusión por quién ha dicho qué se convierte en una auténtica guerra.  

    'Alguien tiene que morir'

    Manolo Caro repite con los dramas y tramas familiares con Alguien tiene que morir, después de La casa de las flores. Si hay algo que toda familia tiene son secretos, y hay uno muy grande entre Gavino (Alejandro Speitzer), su abuela Amparo y su madre Mina (Cecilia Suárez). Pero, a esta situación, que encubre el asesinato de uno de los miembros, se sume la orientación sexual del protagonista. Ambientada en plena época franquista, ser homsexual en España en aquel momento era una muerte asegurada o una tortura en el mejor de los casos. En Alguien tiene que morir se plasma una situación que muchas personas como Gavino han podido sentir con sus parientes: el rechazo más absoluto. A esto hay que sumarle la gran afición de la familia por el tiro al pichón, que será la clave del desenlace de la miniserie de Netflix.

    'Los Originales'

    Si una familia puede acumular numerosas rencillas a lo largo de los años, ¿te imaginas cuántas pueden vivir una inmortal? Esto ocurre en Los Originales, 'spin-off' de Crónicas vampíricas creado por Julie Plec. El título sigue a los Mikaelson: Klaus, Cole, Elaya y Rebeka (los cuatro vampiros originales) y Elaya, la hermana perdida que se libró de la maldición de sus hermanos. Cuando fueron convertidos en estas criaturas sobrenaturales (por su propia madre, atención) hicieron la promesa de 'Por y para siempre', pero este lema no les ha durado demasiado. Tal es el grado de conflicto que existe entre estos vampiros que poseen unas dagas que utilizará Klaus para petrificar a sus hermanos a la mínima que no compartan sus ideales; y así por toda la eternidad. A este drama hay que sumarle la presencia del padre de esta familia, Michael, un cruel hombre que trata de dar caza a sus hijos desde el primero al último. 

    'Los Soprano'

    Los mafiosos también van al psicólogo. Sin duda, esta es una de las enseñanzas que nos brindó Los Soprano. Una enseñanza que viene a significar que los líderes de la mafia son, salvando las distancias, personas normales; con sus traumas, sus preocupaciones, y las decenas de quebraderos de cabeza que podemos tener cada uno de nosotros. Si te cuesta creerlo, porque aún no has visto la serie por antonomasia sobre el turbio mundo de las mafias, espera a conocer al gran Tony Soprano, el jefe del crimen organizado de Nueva Jersey. Un hombre que pronto deja claro que su principal problema, además de mantener a raya a todos sus “clientes”, es el trauma infantil que sufre, provocado por su madre, Livia (Nancy Marchand), una mujer narcisista y abusiva, que nunca le dio muestras de cariño, sólo de odio. Estos traumas, además de llevarle a la consulta de la doctora Melfi (Lorraine Bacco), la psiquiatra, a los brazos de otras mujeres, se traducen en su nula capacidad para relacionarse de una forma adecuada con su esposa, Carmela (Edie Falco), y sus dos hijos, Meadow (Jamie-Lynn Sigler) y Anthony Jr. (Robert Iler); un ama de casa resignada, cansada de la actitud de su marido, una adolescente caprichosa, pero buena en los estudios, y un preadolescente, con problemas de ansiedad, con pocas ganas de unirse al negocio de la familia.

    Por si fuera poco, Tony también tiene rencillas con su hermana mayor, Janice (Aida Turturro), una mujer que, pese a estar alejada de la mafia, se pasa la vida buscando la forma de ganar dinero sin mover un dedo, y que aprovecha la mínima ocasión para echarle en cara, a Tony, que se marchara de casa, dejándola al cuidado de su madre. La única con la que Tony tiene una mejor relación es con su hermana menor, Barbara, quizá en parte a que ella ha hecho su vida y no tienen demasiado contacto. La Soprano es, de puertas para fuera, una familia unida que vela por el interés común, de las que se sientan a cenar en torno a la misma mesa; pero de las que, de puertas para adentro, querrías tener lo más lejos posible. 

    'La casa de las flores' 

    Bautizada como “telenovela posmoderna”, La casa de las flores llegó a Netflix en 2018 pisando fuerte y convirtiéndose en todo un éxito desde el primer día de su estreno. La producción mexicana, dirigida por Manolo Caro, gira en torno a los De la Mora, una familia aparentemente perfecta que regenta una floristería, pero en la que cada uno de sus miembros tiene algo que ocultar. Tras el suicidio de la amante de Ernesto (Arturo Ríos), el padre de familia, éste decide reunir en el mismo hogar a todos sus hijos, algunos desconocidos por su esposa Virginia (Verónica Castro). Pero este no es el único secreto que sale a la luz ya que, a lo largo de sus tres temporadas, se desvelan negocios secretos, problemas monetarios, infidelidades, paternidades inesperadas, cambios de sexo y el descubrimiento de la sexualidad. Sus episodios no tienen una gran duración, pero su acción y su drama no se detienen en ningún momento.

    Además, lo que más destaca de esta serie son, sin duda, sus personajes. Desde Verónica Castro, que es como un imán para el espectador, pasando por el personaje de Paulina, interpretada por Cecilia Suárez, y su forma de hablar inigualable convertida en un icono de esta ficción, hasta María José, la mujer transexual interpretada por Paco León que, pese a que su papel generó cierta controversia, deja claro que cuenta con una trama tremendamente inclusiva

    'Juego de Tronos' 

    Si hablamos de familias turbias en series de televisión, Juego de Tronos no puede quedarse fuera, eso está claro. Lo que no está tan claro es cuál de las numerosas familias que forman parte de la historia es la más turbia de todas ellas. Así de primeras, probablemente todos empezamos pensando en los Lannister, con esa imagen de Cersei y Jaime practicando sexo incestuoso en el torreón de Invernalia, pero no tardamos en darnos cuenta que esa costumbre de intimar entre miembros de una misma familia también la tenían los Targaryen y de ahí que todos fueran tan rubios. Pero lo más turbio tanto de unos como de otros no era con quien se acostaban o se dejasen de acostar, sino su vida entre intrigas, traiciones, manipulaciones y uso habitual de la fuerza y la violencia.

    Eso sí, los Lannister –que se llevaban la palma en la serie- y los Targaryen –a los que podremos conocer más a fondo en la esperada precuela Game of Thrones: House of the Dragon pero que también eran la pera limonera-,  no son las únicas familias en el mundo de Juego de Tronos a las que podemos tachar de turbias. Qué decir, si no, de la pareja formada por Lysa Arryn y -el rey de las conspiraciones- Meñique; o las formas que empleaban los Tyrell para quitarse a la gente de encima. Tampoco podemos dejar de recordar a los Greyjoy, que también se traían cola a nivel interno con un Theon traicionero, un padre que no le quería y un tío que se hacía odiar casi más que el Rey de la Noche. ¡Y los Bolton y los Baratheon! ¡Oh, y también los Frey! Vaya mente turbia la de George R.R. Martin a la hora de inventar familias…

    'Fariña'

    Posiblemente una de las mejores series sobre el narcotráfico que muestra sin escrúpulos las dos caras de este problema. Fariña gira en torno a la situación que se vivió en Galicia desde el año 1975 hasta la actualidad. En los años 90, más del 80% de la cocaína que llegaba a Europa era a través de las costas gallegas. En este escenario tuvieron especial protagonismo dos familias, los Charlines y los Oubiña. Los primeros, empezaron con el contrabando de alimentos en la época franquista, después pasaron al tabaco y finalmente cayeron en la tentación del hachís.

    El clan familiar estaba encabezado por el patriarca, Manuel Charlín, que delegaba en sus dos hijos varones para las descargas en la costa gallega. La hija, con más sentido común que sus dos hermanos, se hizo cargo de los negocios de su padre en varias ocasiones mientras este se encontraba en prisión. Otro de los nombres destacados, los Oubiña, empezaron con el desembarco de tabaco hasta que comprobaron que la droga les multiplicaba sus ingresos. Laureano Oubiña y su mujer formaban un equipo implacable, ella llegó a manejar el negocio de la familia moviendo millones de pesetas. Además de estas dos familias, Sito Miñanco y Terito fueron dos personajes influyentes en el movimiento de droga

    'Succession' 

    Los Roy son el claro ejemplo de la familia de ricos desestructurada. Sucession se construye sobre un padre de familia: Logan (al que da vida un imponente Brian Cox), un magnate de la comunicación que se erige como una especie de mezcla de Walt Disney y Rupert Murdoch. Un auténtico tiburón de las finanzas, cuya salud pasa por horas bajas. Alrededor de él giran sus cuatro hijos, a cada cual más trepa y psicológicamente afectado. En primer lugar tenemos al primogénito: Connor (Alan Ruck), un tipo inestable emocional y mentalmente que parece desentendido de los negocios de su progenitor (lo que no le exime de vivir a cuerpo de rey y meter la nariz en algunos asuntos de cuando en cuando), en segundo lugar tenemos a Kendall (Jeremy Strong) un tipo con problemas de personalidad -y de adicciones- que aspira a destronar al gran empresario que le colocó en un puesto de mando años atrás. Después tenemos a la única chica: Shiv (Sarah Snook), que busca su lugar en el mundo mientras asesora a políticos y candidatos a la presidencia de los Estados Unidos. Y en último lugar está Roman (Kieran Culkin), un sociópata de tomo y lomo, cuyas locuras ponen en jaque al resto en más de una ocasión. 

    Y en segundo plano está la actual mujer de Logan, Marcia (Hiam Abbass), que trata de imponer su carácter entre el torbellino de sentimientos de los Roy, junto a Tom Wamsgans (la pareja de Shiv, al que da vida Matthew Macfadyen) y el joven -y tremendamente pelota- Greg (sobrino de Logan, al que interpreta el actor Nicholas Braun). Con todos estos peones sobre el tablero tenemos a una serie que versa sobre la lealtad y el amor familiar, cuando se mezclan sentimientos con negocios de altos vuelos. Con la producción de Adam McKay y Will Ferrell, Succession es una producción que engancha al espectador con su ácida crítica al capitalismo voraz y con un fino humor negro que no deja a nadie indiferente. 

    'A dos metros bajo tierra' 

    Debemos agradecer a Alan Ball por crear A dos metros bajo tierra, un clásico de HBO que debería haber visto ya todo el mundo a estas alturas. La serie se centra principalmente en la familia Fisher, una familia un tanto especial que vive en el mismo lugar donde trabaja: una funeraria regentada por Nate Fisher, el mismo que muere en un trágico accidente legando su empresa a Nate Fisher Jr. (Peter Krause) y a David Fisher (Michael C. Hall). Pero esto solo es el punto de iceberg de numerosas tramas de esta peculiar familia que la completa por Ruth Fisher (Frances Conroy) y Lauren Ambrose (Claire Fisher). Temas como las relaciones sentimentales, la homosexualidad, las infidelidades o la religión son tratadas en esta increíble serie de HBO cuyos capítulos comienzan siempre con una muerte, de la que, normalmente, establece el tono que tendrá dicho capítulo. Si no la has visto aún, esta es tu oportunidad. Eso sí, prepárate para llorar sin descanso con los 10 últimos minutos de A dos metros bajo tierra.        

    'Heridas abiertas' 

    Si alguna vez has pensado que tu familia es lo peor, unas capítulos de Heridas abiertas te harán cambiar de parecer. Basada en la novela homónima de Gillian Flynn, la ficción tiene como protagonista a Camille Preaker, una periodista alcohólica con la piel salpicada de las cicatrices de sus continuas autolesiones. Su vida se trastoca -si es que no lo estaba ya- cuando debe volver a su pueblo natal para escribir sobre el asesinato de una adolescente. Han pasado años desde que Camille abandonó su hogar sin mirar atrás, alejándose de su madre, una mujer neurótica, hipocondríaca y a la que le importa demasiado el qué dirán. Allí también volverá a entrar en contacto con su hermanastra Amma, la niña perfecta delante de sus progenitores y una adolescente insolente con sus amigos. También con su condescendiente padrastro Alan.

    Lo que hace de la familia principal de Heridas abiertas ganarse el adjetivo de turbia es, sobre todo, el personaje de Amma, interpretado por Patricia Clarkson. Su síndrome de Munchausen y los ponzoñosos brebajes, preparados por ella misma como si fuese una alquimista y que da a cucharadas a sus hijas cuando están enfermas, te quitarán las ganas de guardar cama y llamar a tu madre para que te tome la temperatura. Este ‘thriller’, protagonizado por Amy Adams y Eliza Scanlen brilla, sobre todo, por las interpretaciones de su elenco. Clarkson se alzó con el Globo de Oro por su trabajo en la ficción y Adams con el premio Satellite a Mejor actriz. El título, además, fue uno de las nominados a Mejor miniserie en los galardones concedidos por la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood. ¿Algún terapeuta familiar en la sala? 

    ‘Rick y Morty’ 

    No hay familia más disfuncional que el clan Smith de la serie de animación para adultos Rick y Morty. Seguramente dirás que sus particularidades, que son unas cuantas, se deben en parte a la influencia -negativa la mayoría de las veces- de Rick Sanchez. Y es cierto. Pero Morty, Summer y sus padres Beth y Jerry también tienen lo suyo. Eso es indiscutible.

    A pesar de su increíble inteligencia, Rick y sus planes de moral dudosa -digámoslo así, educadamente- chocan frontalmente con el bueno de Morty, que además es bastante neurótico e influenciable. Mucho más egoísta que su hermano, Summer suele dar rienda suelta a sus celos por la relación entre este y su abuelo, aunque a menudo le preocupa más ser popular -también tiene un carácter sociópata y narcisista, igual que Rick.

    Y sobre Beth y Jerry… Quizá el episodio de la serie que mejor defina su comportamiento y el sufrimiento que ello genera implícita y explícitamente en sus dos hijos es ‘Big Trouble in Little Sanchez’ (2x07). Con un matrimonio que hace aguas por todas partes, Rick envía a su hija y a su yerno a Glaxo Slimslom, un famoso terapeuta de parejas alienígena cuyo método consiste en crear manifestaciones corpóreas de cómo se ven sus clientes entre sí. Con tan mala pata que la representación de Beth es en realidad una especie de xenomorfo -también con toques de los yautja de Depredador- increíblemente fuerte y dominante. La pareja de verdad parece no ponerse de acuerdo, pero sus yoes exagerados -el de Jerry es un gusano cambiaformas con cara de constante preocupación y una personalidad extremadamente cobarde y sumisa- forman una extraña alianza, escapan y empiezan a asesinar a diestro y siniestro. Pero nadie es perfecto, ¿no? Y todas las familias son disfuncionales a su manera.

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