Netflix estrena nueva serie el próximo 25 de diciembre, Los Bridgerton, una serie de época ambientada en el periodo de Regencia londinense que quizá pueda convertirse en el mejor regalo que recibas el día de Navidad. No te voy a decir que estás ante la serie estrella de 2020 de la plataforma de 'streaming', pero, sí puedo asegurarte de que su visionado es ligero, que sus tramas son profundamente entretenidas y que, si le das una oportunidad -sobre todo más allá de su primer episodio- hay muchas posibilidades de que la serie te atrape entre sus garras y no te suelte hasta que hayas devorado por completo y como palomitas los ocho episodios que conforman la primera temporada. Yo, por lo menos, no le pediría más a la última semana del año: romances, problemas familiares, giros, intrigas, momentos de lo más 'hot' y un misterio XXL en su centro. Salseo, en resumidas cuentas. Y todo ello en plenas fiestas navideñas y con más tiempo del habitual para conocer a estos ocho hermanos protagonistas y resto de miembros de la alta sociedad londinense de la época.
A estas alturas del año y con el estreno a la vuelta de la esquina, probablemente has escuchado hablar de Los Bridgerton por partida doble: Primero, porque (1) es el primer fruto del acuerdo para la producción de diversos títulos firmado por Netflix y por Shondaland, la productora de la aclamada guionista estadounidense Shonda Rhimes a la que pertenecen series de gran éxito como Anatomía de Grey, Cómo defender a un asesino o Scandal. Por otro lado, en segundo lugar, (2) Los Bridgerton está basada en una saga literaria de gran recorrido. De la autora estadounidense Julia Quinn, la conocida como "Serie Bridgerton" es una colección de ocho novelas románticas que rápidamente adquirieron la condición de 'bestseller' en la primera década de los 2000, por lo que suponemos que más de uno y más de dos se venían frotando las manos desde hace tiempo.
Descrita por algunos como una mezcla entre Gossip Girl y las obras de Jane Austen, la comparativa, al contrario que en otras ocasiones en las que se describen títulos de esta manera, la verdad es que tiene su punto. Ambientada en el periodo de Regencia, las comparaciones con el trabajo de la famosa autora británica resultan inevitables dada su coetaneidad con este momento de la historia y el reflejo de la época que suponen importantes títulos de su obra, como Orgullo y prejuicio o Sentido y sensibilidad. Sin embargo, si te estás preguntando qué demonios pinta la juvenil serie de CW en todo esto, tienes que saber que la razón tiene nombre y apellidos: Lady Whistledown. O dicho sea de otra forma: la Reina Cotilla de la época. De identidad desconocida y gran misterio de la serie, nadie sabe quién es Lady Whistedown, pero ella sabe absolutamente quiénes son todos todos ellos. Conocedora hasta del más mínimo trapo sucio de la alta sociedad londinense, la misteriosa escritora se dedica a imprimir pasquines con los que pone en marcha las habladurías de la gente que, al tiempo que temen convertirse en la diana de sus dardos, también están profundamente enganchados a sus publicaciones.
Así, aun con la familia Bridgerton -la madre viuda y sus ocho hijos e hijas- como núcleo central de Los Bridgerton, todos ellos han de compartir protagonismo con esta misteriosa figura a la que, para más puntos, presta nuestra siempre querida Julie Andrews.
Firmada por Chris Van Dusen -guionista de Scandal- como 'showrunner', Los Bridgerton trasnpira Shonda Rhimes por los cuatro costados. Un reparto repleto de nombres con un reparto de tramas muy muy coral, una pareja y su romance como hilo conductor pero pocas, o inexistentes, dosis de ñoñería. Al igual que en la primera novela de Julia Quinn, la primera temporada de la serie pone en sus centro la historia de amor incipiente entre la hija mayor de la familia Bridgerton, Daphne (Phoebe Dynevor) y Simon Basset (Rege Jean Page), Duque de Hastings tras la muerte de su padre. Mientras ella acaba de debutar en la temporada social y busca encontrar marido, él parece decidido a dinamitar cualquier evento o circunstancia que le permita dejarse llevar por sus emociones. En un recorrido repleto de giros y con intereses individuales por encima de cualquier cosa, la pareja llega a un acuerdo que parece perfecto, pero que el amor verdadero rápidamente pone patas arriba.
La historia de Daphne y Simon está aderezada no por una, ni dos, sino por toda una colección de diferentes tramas y personajes que rápidamente entran en el radar del espectador, se ganan su interés e incluso se convierten en sus favoritos. Justo de la misma manera que nos interesaba acompañar a Cristina Yang (Sandra Oh) o a Callie y Arizona tanto o más que a los siempre protagonistas Meredith y Derek en Anatomía de Grey. Y, ojo, porque también se viene 'shippeo' del bueno.
Hay que reconocerle a Los Bridgerton además que esas historias que se multiplican por tantos personajes como forman parte del reparto están muy lejos de ser tratadas con superficilidad. Al contrario, sus problemáticas, muy marcadas por la época -véase el papel de la mujer, principalmente- resultan a menudo profundamente descorazonadoras y complejas y, como tal, logran acercarlos aún más al espectador.
En definitiva, tras haber pensado "No soy el target" en diversas ocasiones, tengo que decir que los prejuicios, asbolutamente siempre, han de dejarse a un lado. Y también que Los Bridgerton me ha resultado divertida, ingeniosa, profundamente entretenida pero, sobre todo, adictiva. ¿Renovará por una segunda temporada? Potencial tiene, con siete libros a la cola dispuestos a ser adoptados por Shondaland para la plataforma de 'streaming'.
La primera temporada de Los Bridgerton consta de ocho episodios y se estrena al completo en Netflix el 25 de diciembre de 2020.