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    'Friends' y otras 7 series que no han envejecido bien

    Nos gustaban mucho, pero tenemos que reconocer que hoy en día no pasarían el filtro. Estas ficciones televisivas ya no son lo que eran antes.

    ¡Qué levante la mano el que ha arrugado el ceño viendo alguna escena de Friends o Cómo conocí a vuestra madre en 2020! Estas dos sitcoms son ejemplos claros de series que devorábamos en el momento de su estreno y, años después, no nos parecen las genialidades que eran entonces.

    El tiempo pasa para todo el mundo y, aunque es algo natural, ha resultado ser un proceso cruel para determinadas ficciones televisivas. En concreto, aquellas con bromas sexistas, homófobas o machistas, con las que tenían bajo presupuesto y aún así se esforzaban en rodar grandes escenas de acción o con las que tiraban demasiado de melodrama. En realidad, no hay un componente claro de por qué pueden envejecer mal, pero aquí recopilamos varios casos de series que antes veíamos bien a gusto y ahora nos tiran para atrás.

    Cómo conocí a vuestra madre

    Sara Heredia

    Tras su estreno en 2005, Cómo conocí a vuestra madre se convirtió rápidamente en la comedia que tenías que ver para estar al día entre tu grupo de amigos. Frases como ‘Va a ser legen… dario’ o ‘Ponte traje’ pasaron a ser bromas cotidianas y las aventuras de Robin, Ted, Lily, Marshall y Barney aseguraban varias horas de maratón. Hoy en día, por mucho cariño que les tengamos, parte de su humor no pasaría el filtro.

    El culpable principal es Barney. El personaje de Neil Patrick Harris es el eterno soltero que se opone a cualquier relación larga. En su filosofía de vida, la verdadera diversión reside en ligar con cuantas más mujeres mejor y si por el camino daña algún sentimiento, no importa, son daños colaterales para hacer lo que él realmente quiere. Este tipo de bromas eran bien acogidas en los primeros 2000, pero su personalidad egoísta, sexista y manipuladora ya no tiene el mismo calado.

    Como muestra, la teoría de la sirena. Según sostiene Barney, al igual que le ocurría a los marineros que pasaban largos periodos en alta mar, si pasas el tiempo suficiente con una mujer, ésta terminará resultando atractiva aunque en un principio no te atrajese nada. De manera inevitable, con el paso del tiempo, cualquier manatí se transforma en una sirena. Pues bien, esta ‘sitcom’ ha sufrido el efecto contrario. Ha pasado de ser una sirena divertida a convertirse en una vaca marina poco apetecible.

    Sons of anarchy

    Sara Heredia

    Si nadie lo ha dicho aún, es hora de sacarlo a debate. Sons of Anarchy es una serie que no ha envejecido nada bien. Y lo siento por sus miles de fans. Yo también fui una de las que se enganchó a las aventuras y desventuras de este grupo de moteros, pero no volvería a verla otra vez. Aquí mis razones.

    Para empezar, esa testosterona que irradia en cada episodio ya está un poco caduca. Las tramas con la empresa porno y las prostitutas no encajan hoy de la misma manera que lo hacían hace más de diez años, cuando empezaba la ficción de Kurt Sutter. Y mira que Gemma Teller y Tara Knowles son un contrapunto fantástico, pero a nadie se le escapa que es un ambiente demasiado masculino para la época post 'Me too'. ¿Pasa algo por que existan este tipo de series? No, pero no son igual de bien acogidas que antes.

    Otra razón por la que Sons of Anarchy ha envejecido mal es por las escenas de acción, que después de tantos años quedan un poco de cartón piedra. Tomo como ejemplo el último episodio -si alguien no lo ha visto, es el momento de dejar de leer. Ese final en el que Jax (Charlie Hunnam) congrega a la policía en su persecución y se suicida siguiendo el destino de su padre quedaba mucho mejor en la cabeza de Sutter de lo que luego pudieron rodar. Un montaje pobre y efectos especiales demasiado humildes echan por tierra una idea que, sobre el papel, es el mejor modo de concluir la historia.

    Eso sí. Hay una cosa que queda intacta: el encanto de Jax Teller. El protagonista sigue teniendo tanto carisma ahora como lo tenía entonces, al igual que secundarios como Tig (Kim Coates) o Bobby Munson (Mark Boone Jr.). Por otro lado, nada puede con la fuerza de Gemma Teller (Katey Sagal) y continúa siendo uno de los grandes personajes de televisión.

    The O.C.

    Ana Lasso

    Han pasado casi 14 años desde que The O.C., una de las series teen que triunfó en los 2000, se despidiera de la audiencia. El éxito de su estreno en 2003 hizo que la ficción, creada por Josh Schwartz, se convirtiera en todo un hito para ese grupo de jóvenes que comenzaba a adentrarse en el mundo de las series. Pero, ¿qué pasa cuando retomas la serie unos cuantos años después o decides volver a verla desde el principio? Pues que puede que el chasco sea monumental. Hay títulos que saben envejecer con el paso del tiempo, incluso los ves y adquieren cierto tono vintage que tiene su encanto, pero con The O.C. puede que no sea el caso.

    Ryan (Benjamin McKenzie), Seth (Adam Brody), Summer (Rachel Bilson) y Marissa (Mischa Barton) eran los cuatro personajes principales sobre los que se sustentaba la trama, y las dos parejas o romances amorosos que añadían emoción a los episodios. La primera temporada consigue todavía parecerte entrañable, a pesar de que la elección de actores más mayores para el papel que interpretaban -sobre todo McKenzie- salte a la vista y sea más evidente con el paso del tiempo. Pero, a medida que pasan las temporadas, al igual que ocurrió en su momento de emisión, pasados los años el debacle resulta ser más terrorífico si cabe.

    La marcha de Mischa Barton de la serie y la bajada a los infiernos de su personaje fue una de las grandes brechas que dividió a los fans, y que a día de hoy resulta aún más incoherente y forzada. Otros aspectos, como las fiestas adolescentes, el tratamiento de las relaciones interpersonales de pareja y amistades, quedan completamente obsoletas en comparación con otros títulos teen de ahora, como Euphoria, Sex Education o It's a sin. Es evidente que los temas que se trataban de mostrar en la pequeña y gran pantalla no son los mismos de ahora, y eso hace que a la hora de volver a repetir una serie la decepción puede ser grande. Pero, ¿quién no puede caer en la trama y sucumbir a un remember como The O.C.?

    Dos hombres y medio

    Andrea Zamora

    Con 12 temporadas a sus espaldas, Dos hombres y medio fue todo un éxito a principios de la década de los 2000. Charlie SheenJon Cryer dieron vida a los protagonistas. El primero, un hombre soltero a cuya casa se mudan su hermano y su sobrino. La ficción no estuvo exenta de controversia cuando, en su octava temporada, Sheen abandonó el proyecto tras entrar en una clínica de rehabilitación. Tiempo después, el actor realizó una serie de polémicas entrevistas en las que hizo comentarios despectivos y criticó al cocreador de la serie Chuck Lorre. En concreto, dijo que odiaba “violentamente” a Lorre y lo llamó “hombrecito estúpido”. ¿La respuesta de la serie? Despedir a Sheen, matar a su personaje y contratar a Ashton Kutcher para reemplazarlo en el papel de Walden Schmidt.

    Más allá de las polémicas generadas detrás de las cámaras, Dos hombres y medio es una ficción que no ha envejecido bien. Incluso fue descrita como una de las series “más asquerosas de la televisión” por Salon. Este medio destacó que el título siempre representó el sexo como “una guerra constante entre hombres y mujeres”, quienes “se engañaban unos a otros para acostarse”.

    Otra de las críticas hacia la serie llegaron en 2014 cuando, en una de las tramas de la ficción, Walden y Alan fingieron ser homosexuales para casarse y que uno de los dos pudiese adoptar a un niño. GLAAD, una organización americana fundada como forma de protesta contra la cobertura difamatoria de personas LGTBQ+, expresó públicamente su malestar ante esta situación. “Esperamos que la serie se dé cuenta, no solo del progreso hecho a la hora de aceptar a las parejas gays y lesbianas, también de que, en algunas zonas del país, las parejas del mismo sexo, a menudo, están bajo un mayor escrutinio o que todavía se les prohíbe las opciones de adopción que tienen las parejas homosexuales”, afirmó la presidenta de GLAAD Kate Ellis.

    Friends

    Alicia P. Ferreirós

    Ni la sitcom por excelencia de los años 90 se salva de los estragos del paso del tiempo, aunque no hay duda de que Friends es una de las comedias más apreciadas de la historia de la televisión. Millones de espectadores en todo el mundo se enamoraron de Rachel (Jennifer Aniston), Monica (Courteney Cox), Ross (David Schwimmer), Joey (Matt LeBlanc), Phoebe (Lisa Kudrow) y Chandler (Matthew Perry) desde el estreno de su primera temporada y les acompañaron durante los 10 años de emisión. Tras el final, siguieron haciéndolo. Y es que Friends fue una de esas series en ser repuestas una y mil veces y que, casi de forma inevitable, siempre se quedaba cuando alguien la encontraba haciendo ‘zapping’. Sin embargo, ¿hubiera ocurrido ahora? Aquellos que adoraron a la pandilla del Central Perk en su día lo siguen haciendo ahora, pero lo que no está tan claro es que la ‘sitcom’ tenga la capacidad que tenía entonces de atraer a nuevas audiencias. A espectadores más jóvenes que, en 2021, tienen millares de opciones de todos los géneros a su alcance y a través de plataformas de ‘streaming’. Y es que Friends, con la perspectiva actual, no hace la misma gracia.

    No lo dice quien escribe este texto, sino las numerosas críticas que ha recibido la al mismo tiempo aclamada comedia por determinados chistes y dinámicas entre personajes que ya no están tan bien vistas. ¿O no son Rachel y Ross un ejemplo de relación tóxica? También el paso del tiempo ha puesto en su lugar la forma a la que el trío de protagonistas masculinos tenía de referirse a las mujeres, los chistes sobre el sobrepeso, o incluso bromas que ahora podrían considerarse homófobas o racistas. Está claro que antes había muchos comportamientos normalizados de los que no nos dábamos cuenta y que, con el paso del tiempo, hemos aprendido a identificar. Y si Friends, a día de hoy, forma parte de esas series a las que no les ha sentado muy bien el paso del tiempo, es únicamente por ese motivo.

    Embrujadas

    Custodio Guerrero

    ¿Sabes de esas series con las que has crecido y que en su día te pareció de lo mejor de la televisión? Pues mejor quedarse en ese recuerdo porque hay cosas como Embrujadas que han envejecido muy mal. Y no hablo de tramas, que quizás haya alguna por ahí. No lo sé. No me dio tiempo de valorarlo, la verdad.

    Hablo de los efectos especiales de la serie protagonizada por Holly Marie Combs, Alyssa MilanoShannen Doherty y Rose McGowan. Esos efectos que intentabas recrear en la vida real porque eran muy fáciles de imitar. Lo peor de esto quizás sea los planos detalles a los ojos de Prue para que veamos que usa sus poderes para mover cosas con sus ojos o las bolas de fuego que creaban en sus manos y sus formas de lanzarlas.

    Es mejor quedarse en el recuerdo de lo que fue, porque ahora es imposible tomársela en serio con los efectos visuales de antaño. Quizás, por esta razón CW hizo un revival en 2018 con Melonie DiazMadeleine Mantock y Sarah Jeffery.

    Héroes

    Lourdes De Paredes Rincón

    ¿Tú también te enganchaste a Héroes? La serie estuvo en antena de 2006 a 2010 y fue un auténtico fenómeno fan. Era raro no cruzarte en un día con algún ferviente defensor de la serie protagonizada por Milo Ventimiglia. Pero con la creación de Tim Kring pasó como con muchas otras producciones… Intentaron estirar la gallina de los huevos de oro hasta perder todo vínculo con la primera temporada y siendo los capítulos finales una broma de mal gusto para los seguidores. ¿Te suena? Sí, no supieron dar el alto a tiempo. De hecho en muchas críticas que circulan por Internet se recomienda visionar la primera temporada y dejarlo, para evitar disgustos y sobre todo para no perder el tiempo.

    Pero además, ¿por qué Héroes no ha envejecido bien? Parte de la respuesta a esta pregunta está en lo explicado anteriormente. La primera temporada la salvamos, pero en los capítulos posteriores la serie comienza a no ser creíble, destacar por ser excesivamente pretenciosa, tramas bastante difíciles de creer por mucha fe que se tenga y unos personajes con poderes que parecen salidos de un cómic de Ibañez al más puro estilo Mortadelo y Filemón.

    Desafortunadamente Héroes no encontró en su guion ningún poder para envejecer con dignidad. El punto de inflexión lo marcó la famosa huelga de guionistas de 2007, y a partir de ahí en picado.

    Battlestar Galactica

    Aunque sus efectos especiales parezcan de la época de Hércules: Sus viajes legendarios o Xena: la princesa guerrera, el remake de Battlestar Galactica finalizó su emisión en 2009, hace poco más de diez años. Y es que hay que decir que su predecesora Galáctica: Estrella de combate, que data del año 1979, ha envejecido mucho mejor que su versión más actual. Y es que en la serie de SyFy tanto en los cruceros espaciales en las que viajan los humanos, como en las naves y enemigos Cylon huelen a escasez de medios y presupuesto.

    Para este que escribe se hubiera ganado mucho más si hubiese recurrido a técnicas más tradicionales antes que a ese ‘CGI’ de primera generación que ya en el momento de su emisión parecía algo desfasado… Así que imagina revisar la serie a día de hoy. Y es una auténtica pena, porque la serie protagonizada por Edward James Olmos (Narcos), Jamie Bamber (Strike Back) y Katee Sackhoff (The Mandalorian), tiene un argumento de ciencia-ficción de lo más potente: la humanidad libra una batalla contra una especie alienígena invasora que prácticamente consigue erradicarla. Los pocos supervivientes vagan por el espacio a bordo de naves (entre las que se encuentra la que da título a la ficción). Los temidos Cylon han encontrado la manera de infiltrarse entre los seres humanos -e incluso meterse en su mente- por lo que la persecución continúa por toda la galaxia.

    A pesar de su paupérrima producción, la serie creada por Glen A. LarsonRonald D. Moore se mantuvo en antena durante 4 temporadas a lo largo de 78 episodios gracias -en gran parte- a una legión de fans acérrimos de las aventuras del Almirante Adama, Gauis Baltar y compañía.

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