Pocos días ha necesitado La Serpiente para colarse entre los primeros puestos de lo más popular en Netflix. La ficción, desarrollada por Richard Warlow y Toby Finlay para la plataforma de 'streaming' rápidamente ha cautivado con la historia de Charles Sobhraj, un conocido asesino en serie, ladrón y estafador francés que desarrolló sus actividades criminales durante años a lo largo de la ruta conocida como "Sendero Hippy", que unía Europa con países asiáticos y que suponía una forma de turismo barata y alternativa para muchos jóvenes en los 70.
Lo que realmente nos pone los pelos de la serie de Netflix, un 'thriller' pensado en la persecución del criminal y su novia por parte del diplomático holandés Herman Knippenberg, es que la historia de Charles Sobhrajes una historia real. El asesino francés existió y, durante los años que estuvo "en activo" hasta su encarcelamiento en 1976, cometió como mínimo 12 asesinatos. La ficción de la plataforma está dedicada a sus víctimas conocidas, aunque se cree que podrían haber sido muchas más. En cualquier caso, el criminal no cumplió condena por todos sus crímenes.
Protagonizada por Tahar Rahim en la piel del asesino, el título de la serie de Netflix, La Serpiente, hace referencia a uno de los apodos con los que se conocía a Sobhraj, a quien a menudo se han referido también -y de hecho puede que sea el más conocido- como "El asesino del Bikini". Mientras este último hacía referencia a la prenda más habitual de sus víctimas, todos jóvenes turistas que cumplían sueños con sus idílicos viajes, el apodo "La Serpiente" se le atribuyó por la capacidad que tenía de burlar a las autoridades y librarse de sus crímenes.
A lo largo de la década de los 70, Charles Sobhraj tenía claro su objetivo: jóvenes mochileros que viajaban de Europa a Asia a los que engañaba haciéndose pasar como un comerciante de piedras preciosas y a los que lograba embaucar con la promesa de fiestas, drogas y la diversión sin límites ni censuras que venían buscando. Luego, y parece ser que sin un objetivo más allá que su disfrute personal de psicópata y de su visceral odio a los hippies, los envenenaba, estrangulaba, apuñalaba e incluso, en algunos casos, se dice que los quemaba vivos.
Bastante habilidoso en la tarea de evadir a las autoridades, Charles Sonhraj llegó a ser el hombre más buscado por la Interpol que finalmente lograría darle caza en 1976 tras su intento de drogar a 22 turistas franceses en una fiesta celebrada en Nueva Delhi. Al parecer, algunas de las víctimas de aquella fiesta lograron mantener la sobriedad suficiente como para darse cuenta de lo que estaba pasando y llamaron a la policía.
Según relata la historia The Independent, Sobhraj terminó en prisión cumpliendo una irrisorria pena de 12 años por el homicidio de dos turistas. Sin embargo, 10 años más tarde drogó a los guardias de la prisión india en la que cumplía condena y escapó durante un mes antes de que las autoridades pudieran darle caza y fuera metido entre rejas durante otra década.
De nuevo un hombre libre en 1997, Charles Sobhraj obtuvo una gran atención mediática y fue objeto de numerosas entrevistas hasta que, en el año 2003, fue arrestado de nuevo en Kathmandu, Nepal, por otros dos de los crímenes que había cometido en el pasado: los asesinatos de los turistas Connie Jo Boronzich y Laurent Carrière en 1975.
Sentenciado a cadena perpetua por sus crímenes, el asesino sigue aún con vida en una cárcel de Nepal. Ahora a la edad de 77 años, Sobhraj tiene graves problemas de salud y ha sido objeto de diversas cirugías a corazón abierto.
Mientras, los espectadores conocen su infame historia a través de la serie de Netflix La Serpiente, cuya primera entrega de ocho episodios está al completo en la plataforma.
