Detrás de La Serpiente, la serie de Netflix del asesino Charles Sobhraj que está fascinando a medio mundo, se encuentra la historia de un verdadero héroe: Herman Knippenberg, el primer hombre que sospechó del estafador y cuya investigación fue clave para meterle entre rejas. En la ficción le da vida Billy Howle y el propio Knippenberg asegura que se acerca mucho a la realidad.
"Hizo un trabajo fantástico. Con algunas de las escenas tuve que decidir si realmente era como lo hacía Howle o como yo lo había vivido", declara el holandés acerca de su versión en pantalla. Su historia es la de un auténtico héroe, que luchó por destapar la verdad arriesgando su propia carrera e, incluso, su seguridad física. Aquí te contamos quién era realmente Herman Knippenberg y qué es de él actualmente.
Quién era Herman Knippenberg, el justiciero pacífico
Knippenberg fue enviado a Tailandia a comienzos de los 70 como tercer secretario en la embajada. Y allí se encontraba junto a su esposa Angela cuando, en 1976, descubrió que Henk Bintanja (29) y Cornelia Hemker (25) llevaban meses sin contactar con sus familias. Decidió empezar su propia investigación para destapar lo ocurrido y, sin buscarlo, se convertiría en un héroe.
Movido por su obligación con su país y, sobre todo, con las familias de los dos viajeros desaparecidos, Knippenberg continuó con su aventura en solitario sin saber muy bien a qué se enfrentaba. "Eran ciudadanos holandeses y los padres tenían todo el derecho a pensar que podíamos ayudar. Había viajado cuando tenía 20 años y sabía que personas como Henk y Cornelia mantendrían el contacto", cuenta a Daily Mail. Tenía la intuición de que les había pasado algo.
Este hombre, que en un primer momento se negó a llevar un arma, logró dar con los asesinos de una manera muy poco espectacular: leyendo periódicos, haciendo llamadas y rellenando informes. Cuando la policía tailandesa quiso deshacerse de los cadáveres de los holandeses, fue él quien logró hacerse con una muestra de la dentadura y, a través de un dentista holandés, dio con sus identidades.
'La Serpiente': ¿Qué ha sido de Charles Sobhraj? Así terminó el asesino que odiaba a los hippies y ahora arrasa en NetflixA medida que el tiempo transcurría, se fue quedando solo en su búsqueda. "Cuando más lo veía, más sabía que tenía que seguir en ello. El embajador me dijo que parase e, incluso, me mandó de baja en algún punto. Pero no me rendía con ellos, a pesar de que sabía que estaba poniendo en peligro mi carrera", confiesa. Él solo llegó hasta ese estafador francés y su novia canadiense y, aunque llegó a convencer a la policía tailandesa de que era culpable, Sobhraj pudo escapar. Años después, cuando Charles Sobhraj y Marie-Andrée Leclerc fueron detenidos por otros delitos, pudo relacionarlos con los crímenes y meterles entre rejas de manera definitiva.
Perseguir a Sobhraj dejó huella en la vida del diplomático. Como se ve en la ficción, desarrolló paranoia y ha asegurado que su lucha por encerrar al asesino le traía sin cabeza. "Él se metió en mí como la malaria tropical. No se iba. Esto no podía acabar hasta que Sobhraj y yo estuviésemos en mundos diferentes. Si hay un infierno, estoy seguro de que él es candidato", asegura.
Knippenberg ahora es un hombre jubilado y vive en Nueva Zelanda junto a su segunda esposa después de haberse divorciado de Angela.
Angela Knippenberg, una pieza clave que ignora la serie
La investigación de Herman no habría sido tan exhaustiva de no ser por la ayuda de su esposa, Angela, que jugó un rol clave para destapar a Sobhraj, al contrario de lo que cuenta la producción de Netflix. "Herman y yo éramos compañeros en todo esto", declara Angela a Mirror, quien no está contenta con el papel de "esposa obediente" que le ha dado la ficción. "Un matrimonio detective es una buena historia. Y es real. Pero no es lo que han escrito".
Angela asegura que era mucho más asertiva que el personaje al que interpreta Ellie Bamber, aunque no tiene nada contra ella. "Nunca fui la obediente esposa de un diplomático. Me hubiese gustado que ciertas cosas fueran diferentes y se lo he dicho, pero es lo que es. Pueden tomarse ciertas libertades y no puedo hacer nada al respecto".