Camilla Luddington ha dado vida a Jo desde la temporada 9 de Anatomía de Grey y, ahora que van por la 17, puede decirse que conoce cómo es trabajar con Ellen Pompeo. La protagonista del drama médico se ha ganado por méritos propios ser una de las caras más conocidas de la televisión, pero, mientras conocemos a la perfección a Meredith Grey, no sabemos si Pompeo es igual de generosa en la vida real.
Según las palabras de Luddington en el podcast Chicks in the Office, Pompeo es esa jefa que a todos nos gustaría tener. Trabajar con ella es, literalmente, una fiesta. "Es muy divertido trabajar con Ellen. Una de mis cosas favoritas ha sido trabajar con ella mientras era directora. Es muy divertido cuando está detrás de las cámaras dirigiendo porque se divierte mucho".
Recuerdo que grabamos alrededor de Navidad y trajo ponche de huevo para el equipo. Entre tomas, ponía música, lo que no pasa con todos los directores. Ese es mi momento favorito trabajando con ella. Hace que sea una fiesta y estás emocionado por ir a trabajar
Pompeo ha tomado el mando de dos episodios. ‘Be Still, My Soul’ (13x18), donde Maggie se enfrenta a los problemas de salud de su madre, y ‘Old Scars, Future Hearts’ (14x15), donde Meredith conoce más sobre su madre gracias a una figura del pasado. Pero no ha sido la única que ha querido -y podido- probar suerte tras las cámaras. Chandra Wilson -la mítica Miranda Bailey-, Debbie Allen -que interpreta a Catherine Fox- y Sarah Drew -la doctora April Kepner- han tenido la oportunidad de trabajar como directoras. Para Luddington, es muy importante empoderar a mujeres en puestos de este estilo.
"Me encanta que Anatomía de Grey coloque a muchas mujeres tras las cámaras y les dé la oportunidad de dirigir", señala la actriz y apunta a que sigue siendo una situación rara en Hollywood. "Espero poder tener siempre la experiencia que tengo en este momento, que estoy acostumbrada a ver muchas mujeres en trabajos técnicos. No puedo imaginar algo diferente. Sé que todavía es raro. Realmente estamos en Shondaland", asegura.
Parece un paraíso, pero no siempre ha sido así. Como reveló Pompeo en Variety, antes de alcanzar ese equilibrio pasaron muchos años donde, una y otra vez, quería abandonar el proyecto. A partir de la décima temporada, cambiaron las tornas. "Quería tener una experiencia en la que fuese feliz y de la que estar orgullosa. Mi misión se convirtió en cambiar la serie, no puede ser que todo fuese fantástico para el público y un desastre por detrás", explicó la protagonista. Gracias a ella y al apoyo recibido por parte de Shonda Rhimes y la productora Debbie Allen, que compartían su visión.
