La playa ha sido la gran protagonista de la temporada 17 de Anatomía de Grey. Meredith (Ellen Pompeo), en coma a causa de la COVID19, ha tratado de sobrevivir en un universo paralelo donde se ha reencontrado con las grandes figuras de su pasado que han fallecido. Por supuesto, Derek (Patrick Dempsey) tenía que estar ahí y su aparición al comienzo de esta entrega no ha sido la única. En el último episodio ha regresado y la protagonista se ha debatido entre él o su familia.
Cuatro claves que conectan las series de Disney+ 'Besos al aire' y 'Anatomía de Grey'El estado de salud de Meredith no es muy alentador. No consigue estar despierta más de 2 minutos y sus compañeros luchan para que no tenga una recaída fatal. En la playa, la protagonista habla con Derek, que le dice: "Llega un punto donde el deseo por descansar es más grande que el deseo por vivir". Mer, cansada de la batalla, le dice que los niños estarán bien sin ella, pero su marido le dice que a veces pueden acabar como Amelia.
En la vida real, el equipo médico descubre que un coágulo está siendo el culpable de que la protagonista no pueda recuperarse. Tienen que operarla de urgencia. Mientras deciden si será Teddy (Kim Raver) o Winston (Anthony Hill) el que la opere, ella continúa junto a Derek en su estado onírico, jurando nuevos votos. Promete torturarse menos a sí misma y se da cuenta de que no puede dejar a los niños. Derek está de acuerdo con ella.
Teddy opera a Meredith con éxito, pero al ver que no despierta, tiene un ataque de pánico. Owen (Kevin McKidd) intenta apoyarla y le da un beso, algo de lo que se arrepiente inmediatamente. Después de un acalorado debate sobre si la pequeña Zola debería ver a su madre en ese estado, ésta acude al hospital. Todos esperan una mejoría, pero, tras correr a abrazar el cuerpo inmóvil de Meredith, no hay ningún efecto. Al menos, en la vida real. En la playa, Derek le dice a la cirujana que aún no es su momento. "Tienes que irte". Meredith despierta mientas Zola le cuenta una historia. ¡Al fin!