Hacía más de una década que Amparo Larrañaga no pisaba terreno televisivo y eso que gracias a este formato conocimos a Laura Maseras, su personaje en Periodistas y por el que muchos la recuerdan. Ahora regresa dando vida a Dolores Urbizu, una coronel de fuerte carácter, en la nueva temporada de Los hombres de Paco. ¿Qué ha sido de ella en todo este tiempo?
La única razón por la que la actriz no ha regresado antes a televisión ha sido porque no la llamaban. Simple y llanamente. En una reciente entrevista con El País asegura que encontró abrigo sobre los escenarios. "No me llamaban. Cero. Me refugié en el teatro, donde soy mi propia jefa. El teatro es más agradecido con las mujeres maduras", desvela.
Es hija, nieta, hermana, sobrina y cuñada de actores. Está rodeada de personas de la industria, por lo que cuando dijo que quería ser médico, sus padres no lo vieron del todo bien e hicieron que cambiase de opinión para convertirse en actriz. A los 15 años ya estaba representando su primera obra, pero veía la actuación como una afición más que como una profesión. Tiempo después debió de tomárselo muy en serio porque a día de hoy es una de las actrices más asiduas a los escenarios españoles y sus títulos teatrales se cuentan por decenas.
Ha crecido en las tablas del teatro, un lugar donde se encuentra como en casa. Por eso, y para evitar depender de proyectos ajenos, decidió montar una productora teatral junto a sus hermanos, Luis Merlo y Pedro Larrañaga. No sorprende que ante la falta de papeles en ficciones televisivas, haya encontrado su espacio en este formato. "Nosotros somos una piña de verdad. Llevo trabajando muchísimos años con ellos desde el entendimiento y el respeto absoluto y pensando en lo que era interesante para todos. Nos ha ido bien porque decidimos montar nuestra propia historia para no depender tanto de un teléfono que suena, de la edad...", cuenta en Gente Digital.
Mientras ha estado alejada de un plató de televisión, ha tenido que decir adiós a su padre, Carlos Larrañaga, el 30 de agosto de 2012. Como ha declarado en muchas ocasiones, fue un golpe muy duro. "Nos hacía reír en situaciones que no te puedes ni creer", recordaba en Viva la vida. "Creo que mi padre siempre supo que se iba a morir, quienes queríamos que se quedara éramos nosotros. Estuve 70 días metida en una UCI con él. Mi padre era más que mi padre, era el hombre de mi vida. Y después me tiré un año en un sofá mirando hacia arriba", confiesa en El País.
Amparo proviene de una familia de actores, sí, pero sobre todo de un legado de luchadores con carácter. Su madre, María Luisa Merlo, rompía con las normas que la sociedad le imponía y, habiendo nacido en 1941, era toda una excepción. "A mí lo que me ha costado trabajo es la convivencia. Es que eran dominantes y yo no me dejo dominar por nadie, cariño", decía en una entrevista con El País a sus 80 años. Pues bien, su hija Amparo sigue su estela. Ella cuenta que todas las mujeres de su familia eran feministas. Su abuela se mudó a Hollywood y tuvo tres maridos, su tía Amparo Rivelles se exilió a México y triunfó además de ser madre soltera y su madre "ha vivido como ha querido".
Con esas raíces, ¿cómo no iba a salir con un carácter tan valiente? Acepta la edad que tiene sin remordimientos, no ha pasado por quirófano y no se ha sentado a esperar la llamada de una productora. "Lo vi en mi familia, en mi madre y en mi abuela, y dije: a partir de cierta edad céntrate en el teatro. Triunfar nunca ha sido tan misión imposible como mantenerte 40 años en esto", contaba en 20 minutos.