Kerem Bürsin ha llegado a la fama internacional por ser Serkan Bolat, el galán de Love is in the air. El joven empresario de éxito, elegante y con encanto que termina enamorando a la protagonista y, de paso, a sus millones de seguidores en todo el mundo. El actor agradece el cariño que recibe de los fans, pero no está de acuerdo con la imagen que mucha gente tiene de él: no es el típico chico guapo.
Kerem Bürsin está de cumpleaños: el reparto de 'Love is in the air' lo celebra con un tartazo y él pide una donaciónLo cierto es que en su país natal no solo le ven como alguien atractivo. Ha conseguido alzarse como el "turco ideal", como le define GQ Turquía en una entrevista. "Puede manejar todas las relaciones de su vida con delicadeza, cuida bien su salud y su cuerpo, sabe idiomas, conoce los problemas y la cultura de su país. Parece un sueño hecho realidad", escribe el medio sobre el actor.
No solo cuida su físico, también utiliza su fama para dar voz a los temas que él considera necesarios. Hace años que aprovecha cualquier oportunidad pública para hablar de los derechos de las mujeres o para denunciar el terrible problema del cambio climático. Es muy consciente de que él tiene cierta ventaja para hablar de situaciones incómodas y lo aprovecha.
Es algo que aprendió en su caótica infancia, viajando de país en país. Lamenta no haber podido echar raíces en un mismo lugar, pero en el camino se hizo más tolerante y abierto a todo tipo de ideas. Bürsin se mudó a Turquía en 2013 para probar suerte como actor. Llevaba toda su vida fuera, viviendo principalmente en Estados Unidos, donde estudió una carrera y tenía todo listo para un prometedor futuro como publicista. Pero la muerte de su mejor amigo y la necesidad de cambiar de aires le hizo regresar a su país natal.
Así se convirtió en una estrella, pero no le cegó la fama. Es consciente de que vive de una profesión que necesita mucho trabajo y su total disponibilidad. "Quizás plantes cientos de semillas sin darte cuenta. Hay que localizarlas una a una y regarlas todos los días. Algunas pueden tener espinas a medida que crecen. No importa, hay que seguir regando. No sabes en qué se convertirá. También habrá quien se de por vencido. Pero, inesperadamente, comenzará a crecer y a rodearte", cuenta el actor.
En su filosofía no encaja ser un chico guapo. “No quiero ser joven. No soy ese tipo de hombre. No puedo pasar mi vida siendo llamado el 'rostro hermoso de las pantallas'. No quiero ser guapo ni nada", asegura. Lo que sí se esfuerza por hacer es dedicarse tiempo a sí mismo. Trata de dedicarse 20 miuntos cada día, no a distraerse con una serie o un libro, sino a ordenar sus pensamientos y ver su relación consigo mismo.
