Eran tan reconocibles que hoy nos parecería extraño ver un capítulo de Friends, El príncipe de BelAir, Padres Forzosos, Seinfeld o Alf sin las míticas risas enlatadas. Detrás había cerca de un centenar de personas pero nunca los llegamos a ver. Nacidas en los años 50, vivieron su época dorada en los 80 y los 90, y hoy casi han desaparecido. Nuestro compañero Olivier Pallaruelo de Allocine, la web hermana francesa de SensaCine, ha rastreado en sus orígenes y los porqués de su desaparición y esto es lo que ha descubierto.
¿Para qué servían?
La famosa risa grabada, también conocida como Canned Laugh en EEUU, o risa enlatada en España, eran una grabación de distintos tipos de risas que se incorporaban a las bandas sonoras de las sitcom. En origen estas comedias se grababan con público, así que en los casos en los que no era así, era una manera de simular que había espectadores, y además servían para amplificar las risas del público. Vamos que la función era la misma que la del codazo del colega que acaba de contarte un chiste malo: avisar del efecto cómico y animar al espectador a reírse.
¿Quién las inventó?
La risa enlatada es un invento que le debemos a un ingeniero de sonido estadounidense llamado Charley Douglass (1910-2003). En la cadena de radio CBS de Los Ángeles se dieron cuenta de que los espectadores o el público asistente no se reía de algunas de las bromas durante las grabaciones de los programas, o llegaban tarde o demasiado tiempo, así que contrataron al bueno de Charley para resolverlo. Este ingeniero inventó una técnica para insertar o acortar o desvanecer la risa para conseguir la atmçosfera deseada por los productores. A la técnica incluso se le puso un nombre: Endulzamiento.
A la caja de risa desarrollada por Charley Douglass, le siguió una versión mucho más sofisticada que siguió usándose 30 años después, hasta los años 80. Cada botón activaba una banda sonora de risas, más o menos pronunciada, o escandalosa, en total había más de 320 versiones de risas.
¿De qué se reían?
Muchas risas se grabaron en un principio durante el Red Skelton Show; un famoso programa de variedades estadounidense que era una cita obligada durante varias décadas, desde principios de la década de 1950 hasta principios de la década de 1970, presentado por Red Skelton,una estrella de radio que también apareció en varias películas.
La caja de risas de Douglas se convirtió en el oscuro objeto del deseo de jefes de radio, canales de televisión, productores e incluso anunciantes, y además tenía el monopolio de su invención: casi todos los programas y comedias de situación producidos en Estados Unidos en los años 60 y 70 llevan su impronta.
El ingeniero protegía celosamente su invento y la caja de risas estaba cerrada con un candado, y Douglass solo la reparaba en secreto y lejos de miradas indiscretas. Hasta tal punto que eligió su baño como taller de reparación de la caja de las risas.
A pesar de sus precauciones, su secreto fue descubierto por ingenieros de la competencia en la década de los 70 los ya que refinaron la creación original con una mezcla más sutil de risas. Además, a partir de esa época los espectáculos eran cada vez más a menudo filmados y grabados en vivo. Hoy se pueden encontrar en youtube incluso vídeos en los que como en este alguno de los responsables de sonido de estas comedias explican cómo funcionaban. Carroll Pratt, que trabajó en la sitcom Webster, en 1983 y conoció a Charley Douglass mientras trabajaba como ingeniero de sonido en MGM, muestra cómo funciona su propia versión de la caja de risa ahora vestida de electrónica.
A finales de los años 70 y 80, su compañía de producción, llamada Sound One, proporcionaba el 80% de las risas grabadas de todas las comedias de situación producidas en los Estados Unidos. La tecnología utilizadaha dado saltos de gigante, pero el principio fundamental sigue siendo el mismo: siempre es una persona quien decide dónde y cuándo colocar la famosa risa.
¿Cuándo desaparecieron?
Es difícil ponerle una fecha a la muerte de las risas enlatadas. La comedia The Big Bang Theory, que se emitió en CBS entre 2007 y 2019, es una de las últimas en las que escuchamos las risas de los espectadores pero en este caso no son enlatadas.
El Wall Street Journal escribió en agosto pasado que la risa enlatada estaba de nuevo de moda, a raíz de WandaVision pero su uso en esta serie de Marvel se pensaba y se usaba en el contexto de una parodia de los programas de televisión de los años 50 y 60.
En las décadas de 1990 y 2000, los grandes éxitos de audiencia ganados por series cómicas, en la que no recurrían a risas grabadas, como Los Simpson, Malcolm, Arrested Development, Scrubs o The Office, apostaban más bien por la inteligencia de los espectadores, capaces de determinar por sí mismos lo que era gracioso y lo que no lo era.
El éxito de la serie The Office, tanto en los Estados Unidos como en Gran Bretaña fue revelador al respecto. Después de su primer triunfo en los Premios Primetime Emmy en 2006 en la categoría "Mejor Serie de Televisión de Comedia", no hubo más sitcoms con risas enlatadas premiadas en esta categoría.
¿Carcajadas influyentes?
Aunque en algunos casos puedan ser molestas o insidiosas, en otros van totalmente asociadas a laimagen que tenemos asociada a nuestras comedias favoritas, como Seinfield o Friends. Donde en algunas escenas, como esta que te proponemos se convierten casi en un elemento narrativo más. Y cuando las risas desaparecen se echan de menos, o al menos resulta realmente extraño como en la escena que te mostramos a continuación donde no figuran las risas enlatadas.
La gran pregunta es si realmente las risas enlatadas funcionaban e influían en los espectadores. Pues la respuesta es sí. En un estudio publicado en julio de 2019, por el University College of London se demostró que la risa nos hace más receptivos a los chistes. Para probarlo, los investigadores hicieron que varios grupos escucharan 40 líneas de guión deliberadamente malas.
Y la diferencia fue clara: los que escuchaban los chistes sin una risa enlatada se rieron menos que los que lo escucharon con una risa grabada, que sonaba falsa. Y éstos se reían menos que los que lo escuchaban con risas grabadas espontáneas, reales.
"Lo que este estudio muestra es que agregar risa a una broma aumenta el valor del humor, sin importar lo divertida o no que sea la broma", aseguró Sophie Scott, profesora de neurociencia cognitiva que dirigió el estudio. "También respondemos mucho mejor a la risa espontánea y auténtica, en lugar de la risa posada o enlatada lo que muestra que una respuesta natural produce más alegría en los seres humanos".
Lo que parece evidente es que, a pesar de su eficacia, las risas enlatadas quedarán, al menos, para la nostalgia.