Si ya te has enganchado a Vikingos: Valhalla en Netflix probablemente ye hayas enganchado también a algunos de sus personajes principales. Una nueva generación de guerreros y guerreras que recogen el testigo de Ragnar, Lagertha, Rollo y compañía de la serie original para protagonizar una encarnizada batalla entre unos vikingos divididos por sus propias creencias e Inglaterra, uno de los territorios en los que se asentaron pero del que fueron expulsados con violencia tras incomodar a sus "vecinos". Desarrollada por Jeb Stuart para la plataforma de 'streaming', la ficción está protagonizada por un nuevo grupo de jóvenes actores y actrices con muchas ganas, que disfrutaron como fans de Vikingos, y que aportan a sus personajes sus propias raíces escandinavas, algo que el 'showrunner' ha asegurado forma parte de su fórmula para el éxito.
Entre los personajes que rápidamente nos llaman la atención en Vikingos: Valhalla encontramos a los hermanos Leif y Freydis, los hijos del legendario vikingo Erik "el Rojo" a los que interpretan Sam Corlett y Frida Gustavsson respectivamente, pero también al Príncipe del Norte Harald Sigurdsson, encarnado por el actor británico Leo Suter. Este último uno de los que más rápidamente ha suscitado el interés de los espectadores por su mezcla de ambición e intereses políticos y su innegable carisma.
El atractivo protagonista de Vikingos: Valhalla nació en Londres en 1993 y, aunque no le conocíamos demasiado, la serie de Netflix no es su primer papel. Victoria, Clique, Beecham House y Sandition son otras de las ficciones en las que ha tenido papeles con mayor o menos peso, pero sin duda es su papel de nuevo guerrero el que supone un importante empujón en su trayectoria.
Si estás entre aquellos que han quedado rápidamente cautivados por el furturo Rey de Noruega, toma nota a continuación de algunos detalles sobre la vida de Leo Sutter, un joven de 28 que también es músico, que adora el deporte y la comida sana y que descubrió de la mano de la serie de Netflix cómo era su pelo si se lo dejaba largo.
1. No necesitó "mazarse" para convertirse en guerrero
Según ha revelado él mismo para Tudum, no necesitó un gran entrenamiento ni hacer nada muy específico para ponerse en forma para ser un vikingo, puesto que ya partía con una base muy solida: "Me llevó cuatro meses llegar a donde estaba, pero llegué desde haber sido siempre bastante atlético, y de que el estado físico haya sido una parte importante de mi vida. Encuentro meditativo y relajante ir al gimnasio, así que no estaba comenzando desde cero". Tampoco quiso comer como un vikingo: "A lo largo de mi vida, siempre he querido ir al gimnasio hasta el punto que me permita comer lo que quiera y beber lo que quiera".
Para Suter, lo más complicado del proceso para convertirse en Harald fue dejarse crecer el pelo, puesto que, mientras ponerse fuerte depende de ir al gimnasio, el crecimiento del cabello solo depende de esperar a que crezca: "En muchos aspectos, hacer crecer el cabello y la barba era mucho más difícil que hacer crecer el cuerpo". Además, el actor reconoce que no supon que tenía el pelo rizado hasta que lo dejó crecer.
2. Su sueño siempre fue ser actor
Aunque la mayoría de los niños sueñan con lo que quieren hacer cuando crezcan, la mayoría de ellos no desarrollan un interés genuino en nada hasta que son más mayores. Eso sí, todos conocemos excepciones. Niños que, a muy corta edad, tienen claro lo que quieren hacer.
Y Leo Sutter fue uno de ellos . Supo que quería actuar desde muy temprana edad y participó en su primera obra de teatro cuando tenía solo 11 años. Su primer papel delante de las cámaras fue una pequeña aparición en la serie Bad Education, en la que interpretaba a un "estudiante pijo" cuando apenas tenia 10 años.
3. También es músico
Él asegura que "por encima de todo es actor", pero su talento creativo se extiende por varias disciplinas. Le gusta y sabe actuar, pero también es músico. Adora cantar y toca el piano, el arpa y la batería.
"Me gusta mucho la música, pero es un hobby. Pat, mi entrenador personal, es bajista y yo también soy baterista, así que hemos tenido algunas sesiones improvisadas", admite para Tudum. "Cuando estás en un serie como esta, hay mucha testosterona y frustraciones reprimidas: hay una crudeza en el trabajo diario. Poder tocar algunos tambores y ritmos de John Bonham fue muy agradable".
4. Una lesión lo alejó del cricket, otra de sus pasiones
Además de la interpretación y la música, Leo Suter ama el deporte en general y solía ser un jugador de cricket en particular.
En declaraciones a la revista Nuit, el actor explicó que una fractura provocó que dejase de jugar en serio, por lo que nunca sabremos por dónde hubiera podido llevarle la vida de haber seguido practicando este deporte por el que sentía verdadera pasión: "Me encantaba jugar al cricket, pero desafortunadamente jugaba demasiado y desarrollé una fractura por estrés en la espalda. Eso me ha impedido poder jugar en serio".
5. No es muy activo en redes y en bastante celoso de su vida privada
Leo Sutter no es muy activo en las redes sociales, aunque tiene cuenta en Instagram y no ha dudado en usarla en las últimas semanas para promocionar el estreno de Vikingos: Valhalla y mostrarse orgulloso del trabajo realizado. De momento no tiene muchos 'followers' pero están a punto de multiplicarse, de eso estamos seguros.
Aún así, ya lleva tiempo en la industria del entretenimiento y siempre ha mantenido la misma actitud en cuanto a su privacidad. A pesar de toda la atención que genera una carrera como actor, el joven intérprete ha logrado hacer un buen trabajo protegiendo su vida privada y poco se sabe sobre ello. Aunque sabemos que es padre perruno.
6. Encontró su propio 'sensei' preparando su papel para 'Vikingos: Valhalla'
"Cuando llegamos a Irlanda después de nuestra cuarentena, nos enviaron directamente a trabajar con los dobles de acción" recuerda Suter. El objetivo era aprender los conceptos básicos de lucha con espadas y, poco a poco, todo lo necesario para las coreografías de batalla. Y así es como conoció al que acabaría convirtiéndose en una especie de sensei para el y añadiendo una nueva pasión a su larga listea de intereses.
"Tuve una gran relación con uno de los especialistas llamado Lee, a quien llamé mi Sr. Miyagi escocés. Me enseñó kickboxing tailandés, Muay thai, y realmente me puso a prueba. Vio que lo estaba disfrutando, así que me invitó a lo que llamábamos "club de la lucha", que era los sábados. Durante la semana era un actor al que le enseñaban coreografía, pero los sábados era un amigo que iba al club de lucha".
Si quieres estar al día y recibir los estrenos en tu mail apúntate a nuestra Newsletter
