Han pasado cuatro años desde que La catedral del mar, la adaptación televisiva de la novela homónima de Ildefonso Falcones, vio la luz en Antena 3. La ficción de corte histórico estaba protagonizada por Aitor Luna, Michelle Jenner y Daniel Grao, entre otros, y fue un auténtico éxito de audiencia en su emisión en abierto. Tras su buen recorrido en la cadena de Atresmedia y en TV3, la serie llegó unos meses después a Netflix y volvió a ser acogida con los brazos abiertos, y especialmente en Latinoamérica.
Tras la buena experiencia, Netflix no tardaba en dar luz verde a la secuela de la novela de Falcones, Los herederos de la tierra, que se había publicado en el año 2016 y que, de nuevo ambientada en la Barcelona del siglo XIV, retomaba la historia tres años después de La catedral del mar.
Al volante, de nuevo Jordi Frades, la mente creativa detrás de la también aclamada Isabel, quien ya se había hecho cargo de la primera temporada.
La producción de Diagonal (Banijay Iberia) se estrena este viernes 15 de abril al completo -una única temporada de 8 episodios- en la plataforma de ‘streaming’, donde, al contrario que con La catedral del mar, hace su debut antes de su llegada a Atresmedia y TV3.
Protagonizada por Yon González, Elena Rivera, Rodolfo Sancho y David Solans, entre otros, Los herederos de la tierra nos presenta la historia del joven Hugo Llor (al que interpretan los actores David Solans y Yon González en distintos momentos de su vida), quien tras perder a su padre en el mar recibe la ayuda de uno de los hombres más respetados de la ciudad, Arnau Estanyol (Aitor Luna), a quien los seguidores de La catedral del mar seguro no habrán olvidado.
Mientras su hermana se muda a un convento, Llor comienza a trabajar en ls atarazanas, donde su sueño de ser constructor se ve amenazado cuando la familia enemiga de su mentor adquiere nuevos poderes en el reino.
Una historia repleta de intrigas palaciegas, amores imposibles, sed de venganza y mucho corazón sobre la que Jordi Frades, su director, ha hablado con SensaCine. Esto es lo que nos ha contado.
Pregunta. ¿Cómo ha sido volver a retomar esta historia tras la experiencia con 'La Catedral del Mar'?
Jordi Frades: Ha sido un reencuentro inesperado, porque han pasado ya unos años. Pero es verdad que, justo ya cuando estrenábamos la primera, vimos que [Ildefonso] Falcones había escrito una con una continuación, por llamarlo así. Con la calma se compraron los derechos y luego Netflix quiso hacerla igual que Antena 3 y TV3. La primera había ido muy bien y querían hacerla.
Para mí fue una alegría, la verdad, porque siempre hay un elemento nostálgico en algo que has cerrado y vuelves a abrir. Es una especie de reencuentro, sobre todo del inicio de la serie, ya que que hay personajes interpretados por los mismos actores que la anterior, y al mismo tiempo también es hacer algo distinto, a la par que continuista. Seguramente el primer capítulo es el más continuista y luego ya la Los herederos de la tierra va por otros caminos que tienen obviamente cosas a ver y otras que son muy distintas.
P. Algunos personajes regresan en la piel de sus personajes y otros empiezan de cero. ¿Cómo trabajaste con los recién llegados? ¿Les pediste familiarizarse con el material antes de empezar a trabajar?
J.F. Hice un poco lo que hago siempre. Primero hay un trabajo, porque estamos hablando de 150 personajes entre todos los capítulos, en el que se van haciendo las capas: viendo familias, viendo edades, viendo transformaciones, porque algunos personajes luego cambia el actor cuando pasan los años... Hay un trabajo, que es el habitual en todas las series, de buscar lo que más encaja. Y ya respecto a leer la novela, yo siempre doy un poco de libertad, depende de cada actor.
El guion es muy fiel a la novela, por lo que hay veces que en la novela se encuentran matices que a los actores les van muy bien, pero hay otras veces que hay cosas de la novela que, lógicamente por por longitud, se han cambiado o se eliminado. Lo dejo un poco en manos de la metodología actoral de cada actor.
Algunos personajes, como Hugo Llor, el protagonista, cambian de intérprete en un momento dado. ¿Cómo se aborda la transición?
J.F. Recuerdo que con David Solans [el Hugo Llor más joven] lo estuve hablando. Como Yon tiene más capítulos, era más normal que se adecuara un poco David, que tenía menos. Y hubo un momento que incluso David me dijo: 'Oye, ¿quieres que imite un poco la voz de Yon?'. Yo le dije que que no hacía falta, porque yo creo que son concesiones que se hacen y que el público está muy acostumbrado a las licencias de este tipo. Dicho esto, sí hay una especie de energía y un tipo de contenido que también viene mucho por la historia y por el guion y que, al mismo tiempo, a la hora de reaccionar, buscas un poco una coherencia entre los dos actores.
Y también a la hora de seleccionarlos. Primero eliges a los que tienen más presencia, como Yon [González] o Roberto Sancho y luego eliges a alguien que tenga un cierto parecido físico y energético. A la hora de interpretar el personaje, intentas equilibrar un poco las fuerzas para que parezca que es el mismo pero, obviamente, siempre tienes que tener en cuenta la licencia que hará el espectador.
P. ¿El éxito de 'La Catedral del Mar' y el hecho de ver la luz en Netflix allanan el camino a 'Los herederos de la Tierra'?
J.F. La Catedral del Mar funcionó bien en Atresmedia, funcionó bien en TV3 y funcionó muy bien en Netflix, sobre todo en Latinoamérica. Fue un pelotazo y, por esa razón, fue Netflix la que impulsó que hiciéramos la segunda. Y automáticamente Atresmedia y TV3 dijeron que sí, porque la primera les había funcionado muy bien. Luego, a partir de aquí, vienen las negociaciones sobre la emisión.
A mí me parecen bien ambas [que se estrene primero en Netflix y luego en Antena 3 y al revés]. El mercado es tan variopinto ahora que no hay una sola fórmula que funcione. Que funcione bien en Netflix no significa que luego no vaya a funcionar en Atresmedia o TV3, sino que yo creo que va a seguir funcionando igual. O eso esperamos, porque tampoco sabemos qué va a pasar.
Dicho esto, yo he trabajado igual que siempre con Netflix. Hemos trabajado muy a gusto, la verdad. He tenido la sensación de libertad absoluta, de hacer el proyecto que me apetecía hacer y de que lo han apoyado desde el primer momento. Me han dejado trabajar libremente, sus aportaciones han sido positivas. Luego ya cada uno tiene su opinión. Hay gente que prefiere que esté toda la serie colgada y que la puedas ver en un fin de semana y hay gente que prefiere semana a semana. Tengo la sensación de que se han invertido los factores. Antes se producía muy deprisa, empezabas a rodar y ni siquiera tenías todos los guiones. Y luego la emisión era muy lenta. Y ahora es al revés. Ahora la preproducción y desarrollo es muy largo. Estás un año escribiendo guiones, aprobando, haciendo versiones y luego produces. Y cuando se emite en una plataforma, en un fin de semanala gente la ha visto entera.
P. Intrigas palaciegas, mucho sentimentalismo y un ritmo vertiginoso. 'Los Herederos de la Tierra' dosifica poco y mantiene la acción en un punto álgido en sus 8 episodios.
J.F. Esto ya nos pasó con la primera. Es verdad que, curiosamente, ahora que la mayoría de series están apostando por un tempo dilatado, un tempo lento, un tempo más cinematográfico, aquí pasan muchas cosas, una detrás de otra. Continuamente les pasan cosas y de todo tipo, porque el segundo capítulo es más emocional, el tercero es más trágico y luego viene uno más de intriga... Cada capítulo tiene un código que manda sobre el mismo.
Lo que está claro, y esto es una cosa personal mía siempre que hago época y ya en Isabel lo hice así, es que hay varios factores: una emotividad en los personajes que haga que el espectador, siendo una cosa del pasado, se pueda identificar con sus emociones; luego también golpes de violencia sorprendentes; y enseñar cómo era la sociedad a nivel trato, sobre todo hacia las mujeres. Y todo esto es lo que lo que, de alguna manera, atrapa al público. Al final, el público tiene ganas de ver cosas que le provoquen emoción, sentimientos y que le entretenga. Y para mí, tanto La Catedral del Mar como Los herederos de la Tierra es puro entretenimiento emocional. Me gusta que la gente diga: 'Qué bien me lo he pasado, qué rápido se ha pasado el capítulo, he llorado...'. Que provoque emociones.
Y hay otra cosa que he querido añadir en Los herederos de la tierra, que es que se verá mucho llorar a los hombres. Era algo que a mí me apetecía. ¿Por qué las mujeres lloran tanto en la ficción y los hombres no? Y yo he querido esto y he decidido que, cuando hay una situación emocional, no voy a hacer distinciones.
Casi tienes un máster en hacer series de época. 'La catedral del mar', pero también 'Isabel' o 'La República'. ¿Sigue siendo un reto hacerlo o al final acaba siendo más reto rodar en nuestros días?
J. F. Lo más difícil son las localizaciones, las puestas en escena. Pero luego es verdad que la experiencia, dicho así, es un grado. Aunque al mismo tiempo también luchas para no repetirte. Hay cosas que ya he rodado otras veces, así que intentas que cada vez sea diferente, para no repetir exactamente lo mismo. Tienes que buscar cómo lo haces diferente, aunque sea sutilmente diferente, para que no sea lo mismo y también suponga un reto personal.
He hecho mucha intriga palaciega y siempre se buscan maneras de que sea un poco distinta sin traicionar el contenido. Pero siempre digo que en la primera temporada de Isabel descubrí un millón de cosas, como lo difícil que es subirte a un caballo con un traje, o lo difícil que es sentarte en una silla con una espada. Cosas que parecen tonterías pero que has ido aprendiendo y que sirver para agilizar la producción. Al haber hecho mucha época, por una parte tienes la solución a los problemas que da el mundo medieval y, al mismo tiempo, el reto de no repetirte. Y tampoco quieres despistar al espectador haciendo una serie que no tenga nada que ver con la primera. Yo lo que quería es que a quien le gustó La Catedral del Mar le guste más esta todavía.
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