La temporada 8 de Juego de Tronos siempre será recordada como la que puso el broche de oro a ocho años de adicción absoluta a una de las historias de fantasía más aplaudidas de la historia, pero también como la que, para el pesar de muchos, no estuvo del todo a la altura de una serie que tenía el honor de haber sido un auténtico fenómeno, de haber arrasado en los certámenes de premios más importantes y de haber tenido la capacidad de aunar espectadores de generaciones y gustos muy muy diferentes.
A menudo hablamos de la temporada final de Juego de Tronos refiriéndonos únicamente al episodio final. Cuestionando el hecho de que el elegido para reinar sobre los Siete Reinos fuese Bran (Isaac Hempstead-Wright) y, principalmente, el hecho de que la que se había construído como la gran heroína de la serie, Daenerys Targaryen (Emilia Clarke), hubiese acabado llevando a cabo la peor masacre que jamás pudimos imaginar.
Sin embargo, antes de los dos últimos episodios, la última entrega de la serie de HBO ya nos venía alertando de que las decisiones del equipo creativo para cerrar la historia podrían no gustarnos demasiado. Entre lo más comentado en su día recordamos la relativa facilidad con la que la serie se ventiló la amenaza de los Caminantes Blancos, pero también otras pequeñas cosas que no nos encajaron mucho y que fueron introducidas casi con calzador, como Jon Nieve cabalgando a Rhaegar o la escena de sexo entre Arya Stark y Gendry Baratheon.
Sí, a todos nos gustaba mucho Gendry, pero la escena en cuestión dejó bastante desconcertada incluso a la propia Maisie Williams, la encargada de interpretar al personaje, como ella misma ha revelado en una reciente entrevista con Teen Vogue. Según la actriz, cuando se enteró de que la chica decidía despedirse de la que podría ser la última noche de su vida teniendo sexo con Gendry quedó muy "sorprendida", porque siempre había pensado que a Arya no le atraía absolutamente nada el personaje interpretado por Joe Dempsie.
HBO
La primera vez que me quedé sorprendia con Arya, me temo, fue probablemente en la temporada final, cuando se quita la ropa y se acuesta con Gendry. Pensé que Arya era queer, ¿sabes? Así que sí, fue una sorpresa
Según explica a la publicación, esa fue la primera vez que sintió sorpresa respecto al arco de su personaje, lo que dice bastante teniendo en cuenta que su recorrido es uno de los que más giros experimentan a lo largo de toda la historia.
Cuando Williams fue elegida para interpretar a la más carismática de las hermanas Stark en Juego de Tronos tenía tan solo 12 años y poco a poco la vimos crecer en pantalla. En la temporada final, la actriz ya tenía 22, pero hasta entonces no había protagonizado ningún tipo de trama amorosa ni nada que hiciese sospechar que tuviese intereses en ese sentido.
Ahora con 25 años y mucho amor sobre la serie que le brindase la fama, Williams es una de las protagonistas de Pistol, la serie de FX/Hulu sobre la banda de rock Sex Pistols que en España veremos de la mano de Disney+.
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