Eduardo García ya no trabaja como actor, pero siempre será recordado por haber dado vida a Josemi en Aquí no hay quien viva y, posteriormente, a Fran en La que se avecina. Empezó a trabajar en televisión cuando apenas tenía 10 años y, según ha confesado en el podcast Club 113, vio cosas que no debería haber visto alguien de su edad. Aún así, lo recuerda todo con mucho cariño.
Nil Ojeda, presentador del programa que está disponible en YouTube, le preguntó a García por su experiencia en el rodaje de la famosa comedia y, aunque le aseguró que podía no responder si quería, el intérprete fue bastante sincero. "La verdad que la recuerdo con mazo cariño, hermano. Por algunas cosas no la recuerdo con tanto cariño porque fueron un poco prematuras", cuenta el exactor, "Yo tenía 12 años y considero que a un niño con 12 años no hay que ponerle una venda en los ojos, pero es una edad de hacer cosas de un niño de 12 años. A lo mejor hay cosas que no las debería haber visto".
Club 113 - YouTube
Eduardo García añade que tenía el apoyo de su padre en todo momento y siempre que pasaba por alguna situación así se lo comentaba buscando consejo. "Llegaba a mi casa y le decía a mi padre: 'Oye, papá, he visto esto, he visto lo otro'. Mi padre no me engañaba, me decía: 'Hijo, por aquí bien, por aquí mal'. Mi padre siempre me ha aconsejado muy bien, pero creo que son cosas que me vinieron antes de tiempo".
Aunque no lo recuerde como una pesadilla, no es la primera vez que el actor critica algún aspecto de su paso por la serie de los hermanos Caballero. En la canción 'Parador de Valdesquí' lanzó una flecha directa a las horas de grabación que debía sorportar siendo aún menor de edad. "Jornadas de 24 horas aun siendo menor de edad, y no me disteis las gracias y de horas extras mejor ni hablar, otro te hubiera denunciado, toda la pasta te habría sacado", decía en el rap.
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En el podcast también ha revelado que él no tenía ningún sueño de ser actor ni iba buscando la fama. Simplemente, se le "presentó. "Yo no dije 'Quiero ser actor", confiesa.
García sí que iba a clases de teatro, pero porque tenía que apuntarse a una actividad extraescolar. Sus padres trabajaban los dos en el comercio y no podían dedicarle todo el tiempo que quisieran, por lo que tenía que hacer algo después del colegio. Él hubiese escogido baloncesto pero, dado que no tuvo la oportunidad, se decantó por teatro. Ahí le fichó Magdalena -que, por sus palabras, se intuye que fue su profesora- y le introdujo en la televisión.
Magdalena avisó a los padres de Dudu de que ese niño tenía algo especial y les presentó a un amigo suyo que llevaba una agencia de actores. Sus padres le preguntaron, le avisaron de que el dinero que ganase iba a ser para él y aceptó la propuesta. "Yo pensé 'Es una serie de televisión, no creo que la vea tanta gente", señala. Lo que no sabía es que entraba a formar parte de la producción más exitosa de la ficción española y que le cambiaría la vida.
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