"La noticia aquí es que se ha cometido un delito", sentenciaba el popular actor Santi Millán en sus unas escuetas declaraciones a ABC tras haber sido víctima de la filtración de un vídeo íntimo en el que aparece practicando sexo con una mujer. "No pienso hacer ningún comentario. Yo no quiero decir cómo hay que enfocar las cosas".
Millán, que ya ha iniciado las acciones legales pertinentes, no sabe "cómo ha podido pasar ni quién lo ha hecho", pero la realidad es que aquellas imágenes que pertenecían únicamente a su intimidad y a la de la mujer que le acompaña tardaron solo unos minutos en hacerse virales en redes sociales, especialmente en Twitter. Y ocurrió no solo porque alguien filtró el vídeo en cuestión sin su consentimiento, sino porque miles de personas lo compartieron.
“Es un delito”. Santi Millán es víctima de una filtración de un video sexualEl matiz es importante y cómo se han desarrollado las cosas a continuación invitan a reflexionar. "Yo estoy bien. Deberíais preguntaros como está él", planteaba la mujer de Santi Millán, Rosa Olucha, en su cuenta de Instagram. Según parece, la directora ha recibido múltiples mensajes de apoyo tras la filtración del vídeo, puesto que no es ella, sino otra mujer la que aparece en él. Un hecho que ha llevado a algunos a señalar una supuesta infidelidad de la que en realidad no tenemos ni idea como el verdadero suceso grave de la situación. Error. "Él es el que ha sufrido un ataque a su intimidad. Su intimidad. Suya y de nadie más", continúa Olocha. "No tenéis que sentir pena ni apoyar a nadie. Yo no soy una víctima y aquí no hay bandos ni propiedades. Ni él es mío, ni yo soy suya. [...] Para los que no lo sepan, existen muchos tipos de familia. En la nuestra, la libertad, el respeto y la tolerancia son los pilares sobre los que hemos construido este proyecto".
Olocha, que lamenta que el sexo consentido se siga considerando algo escandaloso, critica también el tratamiento que han hecho del suceso varios medios.
Lo que le ha ocurrido a Santi Millán no es un hecho aislado y, lamentablemente, ocurre más de lo que pensamos. No siempre ocurre a personas famosas, como otros graves ejemplos de los que tenemos constancia, sino que a menudo las víctimas son personas anónimas. Personas cuya intimidad se ha visto expuesta y que, al mismo tiempo, se ven sometidas al escrutinio social: "Que no se hubiera grabado".
Y, ya es casualidad, pero este tipo de sucesos son la principal denuncia de la última serie de éxito de Netflix, Intimidad, que, desarrollada por Verónica Fernández y Laura Sarmiento para la plataforma de 'streaming' explora desde la piel de sus protagonistas cómo dos mujeres ven expuesta su intimidad. Una de ellas, Malen Zubiri (Itziar Ituño) es una figura pública, vicealcaldesa de una importante ciudad española y su situación es calcada a la del actor. La otra, Ane (Verónica Echegui), es una trabajadora anónima de una fábrica. El terrible suceso del que son víctimas sacude sus vidas como un huracán y, en ambos casos, no se trata solo de una cuestión de pudor. Expuestas, cuestionadas, señaladas y en despojadas de su papel de víctima, las consecuencias de lo ocurrido también afectan directamente a su entorno.
'Intimidad', una adictiva serie de Netflix que "despierta conciencias e invita a salir del silencio"El relato en dos tiempos que hacen Fernández y Sarmiento pone sobre la mesa todos los elementos y no se dejan nada fuera. Invita a reflexionar y cuenta todo lo que está mal. Porque lo que está mal no es solo el delito del que filtra el vídeo, sino los actos de quien lo difunde y las palabras del que juzga. Nunca jamás que una persona, libremente, haya hecho lo que le venga en gana con su intimidad.
"Esta serie aporta algo más que un puro entretenimiento", aseguraba Itziar Ituño en declaraciones a SensaCine con motivo de la promoción de Intimidad. "Te está poniendo delante de una situación dura y la está denunciando, la está explicando y te invita a salir de el silencio. Es una herramienta también para despertar quizá conciencias, que se caigan vendas de los ojos o que alguien se vea reflejada o reflejado ahí y decida cambiar".
"Creo que puede provocar el debate, porque es una serie que lo provoca. Estamos hablando de un tema que sentimos muy cerca y que es algo contemporáneo, algo que lleva pasando muchos años y que sigue pasando", añadía Emma Suárez. "El trabajo que hacemos, el cine, la televisión, el teatro, es un instrumento social. Y hay veces que haces cosas que pueden llegar más a las conciencias del espectador", reflexionaba Ana Wagener, otra de las protagonistas de la serie. "Concretamente Intimidad yo creo que tiene tiene un trasfondo social y político, que va a concienciar y hacer reflexionar a la gente que la vea".
Los ocho episodios de Intimidad están disponibles y al completo en Netflix.
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