Tras un terrible accidente de autobús, una joven despierta en un hospital sin recordar nada de lo sucedido. No sabe quién es ella ni quiénes son esas personas que dicen ser su familia. Podríamos estar hablando de un 'thriller' de esos que inundan el 'streaming' últimamente, pero nos referimos a Alma, el nuevo estreno de Netflix que va mucho más allá. Que no te engañe la sinopsis, lo que el creador Sergio G. Sánchez ha creado aquí huye de clichés.
Alma, creada por Sergio G. Sánchez -el mismo de El secreto de Marrowbone-, es un drama adolescente con un componente sobrenatural que está tejido con mucho cuidado para sorprenderte en cada episodio. La historia se centra en un grupo de estudiantes que tiene un accidente de autobús. La mayoría muere, pero unos pocos consiguen salvarse. Los que quedan en pie sufrirán extraños sucesos que les llevan a buscar respuestas a sus preguntas.
"Siempre hago la analogía de que mis historias son muñecas rusas. En apariencia estás viendo una historia que encierra otra historia dentro, que encierra otra dentro y según van pasando los capítulos y vas abriendo las capas, vas llegando al corazón y cada vez se va enrareciendo un poco más", así explica G. Sánchez su serie en una entrevista con SensaCine y la verdad es que no hay manera mejor de definirla. Alma tira mucho de misterio y sucesos sobrenaturales, pero también del drama más crudo.
Algunas de las escenas de los primeros episodios, principalmente las que tienen lugar dentro del hospital, consiguen poner los pelos de punta sin necesidad de fantasmas. El espectador asiste al dolor verdadero de las víctimas de un accidente de tráfico, algo que el creador sabe muy bien. Alma nació después de que Sergio G. Sánchez sufriera un accidente que conllevó un duro proceso de recuperación. En este sentido, es su historia más "personal".
Toda esta historia la empecé a escribir después de sufrir un accidente en las Navidades de 2005. Volviendo a casa desde Barcelona a Asturias, me pilló una placa de hielo en la carretera y me caí por un puente de 12 metros al vacío. Hay otra parte de la serie, relacionada con los temas más emocionales que no puedo desvelar, que también he sacado de experiencias muy cercanas a mí. Hay un cachito de mi alma en 'Alma'
También tiene algo muy personal el paisaje asturiano que rodea la trama y que aporta suspense de manera natural. Sergio G. Sánchez creció en estas tierras imaginando historias sobrenaturales que ahora ha podido llevar a la pequeña pantalla. El creador ha desarrollado su propia mitología, inspirado por esas nieblas repentinas que invaden los paisajes del norte de España.
"Todo sale del mismo sitio: mi imaginación. Nada de lo que aparece en la serie tiene una relación directa con ninguna narrativa preexistente. Sí es verdad que todo sale un poco del universo asturiano, como esas nieblas que invaden el paisaje sin previo aviso. A mí de pequeño me gustaba mucho imaginarme historias alrededor de todo eso. Asturias es una tierra muy rica e invita mucho a la imaginación", asegura el cineasta.
Alma se rodó en más de 30 localizaciones de Asturias durante 14 semanas, a lo que después sumaron seis semanas en un plató de Barcelona. No hubo dos días seguidos de rodaje en el mismo sitio, lo que obligó al equipo a recorrerse la provincia. "Creo que hay algo que entronca con esta cosa de los cuentos y el inconsciente colectivo que te lleva a un sitio de cuento de hadas mágico muy rápido", contesta el creador cuando le preguntamos qué aporta Asturias a la historia.
Los 9 episodios que componen Alma se estrenan en Netflix el 19 de agosto.
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