Si ya le has hincado el diente a Las de la última fila o sencillamente la tenías en el radas, sabrás que la serie de Daniel Sánchez Arévalo que acaba de estrenarse en Netflix tiene como protagonistas a un grupo de buenas amigas -Leo, Alma, Olga, Sara y Carol- que comienzan un viaje de lo más especial cuando a una de ellas le es diagnosticado un cáncer. De personalidades muy diferentes y vidas que las han llevado por caminos realmente distintos, estas cinco mujeres se conocieron en la infancia, cuando se sentaban en la última fila de clase, y desde entonces han mantenido una gran amistad. Cada año organizan un viaje para reconectar y disfrutarse, pero este año es diferente: una de ellas tiene cáncer y está a punto de comenzar las sesiones de quimioterapia.
Que una de las protagonistas tiene cáncer lo sabemos desde el primer momento y, de hecho, todas deciden raparse la cabeza como gesto de solidaridad. Además, aunque durante el viaje se han prometido no hablar de ello, el detalle de que una de ellas está enferma se menciona en un montón de ocasiones. Sin embargo, el espectador no llega a descubrir quién es hasta el final y, como ha reconocido el creador Daniel Sánchez Arévalo en declaraciones a SensaCine, tampoco lo supieron las propias actrices, a quienes decidió no revelarles el secreto.
"Lo que quería generar es una sensación de que da igual cuál de ellas es la que tiene cáncer", explica el director sobre la razón por la que decidió no revelar quién estaba enferma desde el primer momento. "En este tipo de situaciones, en estos grupos de amigas con una relación tan intensa, al final siempre lo vives de una forma muy personal. Obviamente la que lo tiene lo va a pasar mucho peor, eso por descontado, pero quería generar esa sensación en el espectador".
Quería que el espectador tuviera esa intriga por saber quién de ellas es la que tiene cáncer y que a la vez pensara: 'Da igual'. Que empatizaras con todas de una forma tan íntima y profunda que sufrieras pensando que cualquiera de ellas puede ser la que tenga el cáncer y a la vez te dé igual porque el sufrimiento es el mismo
Y vaya si lo consigue. Sin condescendencia ni lástima de ningún tipo, como espectadores tenemos la oportunidad de conocerlas y profundizar en ellas sin condicionantes y, en última instancia, cuando ya las adoramos a todas, la revelación nos cae como un jarro de agua fría. Y así hubiera sido cualquiera que hubiera sido la elegida.
'Las de la última fila', el regreso de Daniel Sánchez Arévalo a televisión 20 años después: "Cuando todo el mundo despotricaba de la tele, yo solo sentía agradecimiento"Curiosamente, de ese sentimiento que Sánchez Arévalo quiso -y consigue- generar en el espectador surgió la idea de no contárselo tampoco a las actrices, aún siendo consciente de que para ellas era un esfuerzo extra: "Como ya tenía ese juego con el espectador, me gustaba tenerlo también con las actrices. Sé que era un esfuerzo extra, porque no tener todas las herramientas es muy difícil de trabajar, pero todas lo entendieron, lo aceptaron y, si alguna de ellas me hubiera dicho que no estaba cómoda, lo hubiera desmantelado. No quería que ninguna de mis cinco actrices lo pasase mal con este tema".
Al cineasta le pareció que eso podía generar dinámicas muy interesantes durante el rodaje y, de hecho, así fue: "A veces lo jugábamos de diferentes manera. Yo les pedía que lo vivieran de una manera o de otra, que se imaginasen que lo tenían ellas, que se imaginasen que lo tenía su compañera de al lado. Y así es como salieron cosas muy bonitas que a mí me han dado mucho juego a la hora de montar". "Dani nos decía en petit comité: 'En esta secuencia tú tienes cáncer o en esta secuencia lo tiene Sara", recuerda Mónica Miranda. "Y eso daba mucho juego que además, él como director hacía muy bien, llevando las atmósferas, dónde iba el foco de cada secuencia".
"No saberlo me ha aportado momentos de descanso", reconocía Godeliv. "Saber que lo tienes tú yo lo hubiera vivido como una cosa constante, como algo en lo que tengo que estar de forma constante. Y podría haber sido agotador. [...] Hay momentos en los que en lo tienes más presente y otros momentos que como que te olvidas, que es un pensamiento que viene y va, pero tal vez como actriz lo hubiera tenido siempre presente".
"Creo que lo enriquece", sentencia Mariona Terés. "Y al espectador también le ayuda, porque aquí se está hablando de la amistad, de la vida, de algo más vital. Aunque yo me pasé todo el rodaje diciendo: 'Yo no quiero ser".
Para mí lo más importante era que, si llego al final y no me entero de cuál de ellas lo tiene, la experiencia siga siendo igual de catártica y transformadora
Por otro lado, ni siquiera el propio Daniel Sánchez Arévalo supo desde el principio cuál de sus cinco personajes estaría enferma: "Me dije: voy a intentar escribir la serie sin decidir cuál de ellas es. Y te garantizo que lo hice. Y llegué al sexto capítulo, al momento en que ya tenía que tomar una decisión y estuvo bloqueado creo que durante tres semanas", reconoce.
Finalmente, tuvo que tomar una decisión y la primera que tomó resultó ser la que mantuvo hasta el final a pesar de haberse dado la licencia para cambiarlo en cualquier momento: "Me dije: 'Dani, elige. Escríbelo porque luego siempre lo puedes cambiar'. Tomé la decisión y curiosamente la decisión que fue mi primera idea y que luego descarté, al final es la que fue. Y al final del rodaje, cuando teníamos que contárselo [a las actrices], no lo cambié. Para mí todo lo que habíamos rodado tenía absoluta consistencia y coherencia con mi idea primigenia".
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