Mientras todo el mundo hablaba de la tutela de Britney Spears hace meses y el hashtag #FreeBritney despuntaba en redes sociales, otra famosa artista conseguía su libertad y obtenía el control sobre su vida y sus finanzas tras casi 10 años bajo la tutela de su madre: Amanda Bynes, una de tantas estrellas infantiles que acabó siendo víctima de su propia fama.
Hace ahora dos décadas, la joven interprete californiana Amanda Bynes se encontraba en el momento más álgido de su carrera. Entonces tenía 16 años y era adorada por toda una legión de adolescentes por su papel protagonista en Todo eso y más, la serie de sketches más exitosa del canal Nickelodeon. En ella, Bynes encarnaba a una joven llamada Ashley, una niña que ofrecía consejos desde su dormitorio tras leer cartas de los espectadores que rápidamente se hizo con el cariño de la audiencia. Tras su paso por la serie, Bynes se convirtió en una estrella cuando todavía no había comenzado ni el instituto y a Todo eso y más le siguieron su propio programa, The Amanda Show, la ficción Lo que me gusta de tí y una serie de películas adolescentes: Un sueño para ella (2003), Mi ligue en apuros (2005), Ella es el chico (2006), Hairspray (2007) o la que fuera su último trabajo, Rumores y mentiras (2010).
Sin embargo, la prometedora vida de Amanda Bynes se desmoronó por completo y comenzaron a multiplicarse los titulares sobre sus distintos escándalos. La caída en picado de la joven comenzó en 2012, cuando apenas tenía 26 años y fue acusada nada menos que tres atropellos y darse a la fuga posteriormente en un lapso de únicamente cinco meses. Bynes fue arrestada por conducir bajo los efectos de sustancias ilegales y llevada a juicio, aunque tuvo la suerte de no ir a prisión tras llegar a un acuerdo con las víctimas para que éstas retirasen los cargos y solo fue condenada a tres años de libertad condicional.
No obstante, el suceso que casi la lleva a prisión no sirvió para amedrentar a Bynes y llevarla de nuevo por el buen camino, ya que a mediados de ese mismo año fue pillada conduciendo a pesar de haberle sido retirado el carnet. En ese mismo periodo de tiempo, su publicista y abogado le dieron carpetazo y sus declaraciones sobre la intérprete, que el aquel momento dijeron que "no se puede ayudar a alguien que no quiere que la ayuden", recibieron una gran atención mediática. Un año después salió a la luz un altercado que Bynes había tenido con la policía tras lanzar una pipa de vídrio desde lo alto de un edificio y que terminó con ella detenida por imprudencia temeraria y posesión de drogas. No mucho más tarde, Bynes ingresaría en una clínica de rehabilitación por sus problemas de salud mental y abuso de sustancias.
En 2013 Amanda Bynes fue puesta bajo una tutela temporal de la que se hizo cargo su madre, Lynn Bynes, y durante la cual perdió el control sobre su libertad y finanzas al tiempo que trabajaba en su recuperación. En los primeros años, Bynes volvió a ponerse bajo los focos cuando acusó a su padre de abusos en su infancia que luego retiró. Durante ese tiempo también Bynes tuiteó que le le había diagnosticado "trastorno bipolar y depresión" y explicó que estaba medicada y viendo a un psicólogo y psiquiatra de forma semanal.
La tutela se prolongó durante casi una década, pero finalmente acabó un año antes de lo previsto con el apoyo de su propia familia. En los últimos años, Bynes había concedido algunas entrevistas en las que habló sobre su etapa más oscura por primera vez: "Simplemente no tenía ningún propósito en la vida. Había estado trabajando toda mi vida y no estaba haciendo nada", aseguró a Paper Magazine en 2018. "No puedo retroceder el tiempo, pero si pudiera, lo haría. Y lo siento mucho por quien lastimé y sobre quien mentí porque realmente me carcome... Me hace sentir tan horrible, me pone enferma y triste. Todo lo que trabajé toda mi vida para lograr, lo arruiné a través de Twitter".
Según contó entonces, a pesar de su imagen de niña buena en Hollywood, empezó a fumar marihuana cuando tenía dieciséis años y más tarde acabaron siendo drogas químicas como éxtasis y cocaína: "Realmente me metí en mi consumo de drogas y se convirtió en un mundo realmente oscuro y triste para mí".
En marzo de este mismo año 2022 era la propia Bynes quien anunciaba que había recuperado el control sobre su propia vida a través de una publicación de Instagram que ya no está disponible.
"Mi cita en la corte se acerca en dos semanas. Quiero agradecerles mucho a todos su amor y apoyo", aseguraba una Bynes completamente irreconocible en un vídeo en el que se mostraba ilusionada por el fin del proceso.
Tras recuperar su libertad, Bynes no ha vuelto al mundo de la interpretación, pero su abogado David A. Esquivias aseguraba hace unos meses, coincidiendo con el fin de su tutela, que estaba llevando a cabo una vida completamente normal y tratando de pensar en sus siguientes pasos, con el lanzamiento de una línea de fragancias y posiblemente una línea de ropa en el horizonte. Respecto a su regreso a la interpretación, Esquivias tampoco lo descartaría: "No la he escuchado decir que está interesada en volver a ser actriz, pero eso no lo descarto", dijo a Variety. "Tiene una nueva vida por delante y es tan joven… Era una gran actriz. Estoy seguro de que a muchas personas les encantaría verla regresar a la actuación".
Si quieres estar al día y recibir los estrenos en tu mail apúntate a nuestra Newsletter
