Empecé a ver El señor de los anillos: Los anillos de poder un poco como todos. Para ver qué había dado como resultado años de producción y 500 millones de dólares de presupuesto. Y porque era lo que habia que ver, claro. El primer episodio no me conmovió, pero me pareció que valía la pena seguir viendo la serie. El segundo me pareció algo más interesante, pero igualmente necesité esforzarme mucho para prestarle toda mi atención. Ahora que ya está la primera temporada casi al completo puedo decirlo: no me gusta lo que ha hecho Amazon.
Lo digo un poco con la boca pequeña por una razón. No soy fan de la fantasía -sé que muchos aquí dejarán de leer- y no estoy tan familiarizada con el universo de Tolkien como para poder disfrutar de lo que me están contando. Sin embargo, hay una cosa clara: no saber por qué el mithril es tan valioso ni ubicar bien Númenor no es algo que impida valorar si la serie está bien o mal hecha. Y quizás por eso, porque no estoy fascinada por el universo de la Tierra Media, puedo ver la ficción sin esa máscara de amor a Tolkien.
No ser fan de la fantasía no me ha impedido disfrutar de este género en otras ocasiones. Sí me gustó la trilogía original de Peter Jackson, que me pareció una aventura muy cálida y acogedora para cualquier espectador. He hecho maratones de Harry Potter con mucho gusto. Incluso me he tragado sin rechistar títulos cuestionables como Artemis Fowl o La momia -sí, la última-. Siempre que haya una narrativa bien ordenada y entrelazada con criterio, es una película agradable. Sea del género que sea. En cambio, intentar entender Los anilos de poder sin ser fan de El señor de los anillos me resulta agotador.
Personajes poco desarrollados y demasiadas tramas al mismo tiempo
Uno de mis principales problemas es que los protagonistas no me importan lo más mínimo. No he llegado a crear ninguna conexión con ellos, por lo que no consigo concentrarme en sus tramas. Sé que Galadriel (Morfydd Clark) es una gran protagonista que puede levantar el peso de la serie por sí misma, pero no creo que esté bien aprovechada en la mayor parte de episodios. Quiero más de ella. Necesito conocerla a fondo a través de conversaciones y momentos de pausa para saber mejor quién es y cómo se siente. Las comparaciones son odiosas, pero La Casa del Dragón consigue que adore a Rhaenyra en cuestión de un par de horas.
Amazon
Los anillos de poder no se toma ningún momento para la reflexión y, aún así, la trama no ha avanzado demasiado en sus primeros seis episodios -dejando a un lado la batalla final del sexto-. Los capítulos de la ficción de Amazon son un continuo cambio de escenario entre unos personajes y otros sin que haya ningún tipo de conexión entre ellos. Vemos unos minutos de la trama de Arondir (Ismael Cruz Córdova) para pasar a otros minutos de Nori (Markella Kavenagh) y a una escena entre Elrond (Robert Aramayo) con Durin (Owain Arthur). Muy poco de cada uno de ellos cada vez.
¿Cuánto tiempo en total hemos visto a los pelosos en todo lo que llevamos de la primera temporada? Probablemente no llegue ni a la duración de un capítulo y tienen uno de los personajes más interesantes de esta entrega. La serie plantea el misterio de quién es ese gigante que ha aparecido junto a ellos y sabemos que será importante en futuros episodios, pero no es necesario contar su historia de manera tan fragmentada. Un buen episodio dedicado al personaje en el momento justo habría tenido un buen efecto.
Los primeros pasos de una serie siempre son para asentar el futuro. Es la hora de introducir misterios para mantener la atención, comenzar tramas que se cerrarán mucho más tarde y conocer a los protagonistas. El problema está en el exceso. Demasiadas incógnitas que tardan mucho en avanzar, demasiados temas inconexos y demasiados personajes en una hora de duración.
Amazon
Exceso de escenas épicas
Los anillos de poder es, en general, una ficción de excesos. Lo es en su narración y en su estética. Es una preciosa postal que no tiene nada escrito en ella. Presenta unos paisajes espectaculares realizados por CGI y una banda sonora de lo más épica, pero no como apoyo al argumento. No me puedes obligar a que me importe un personaje solo poniendo una música bonita de fondo. La trama tiene que estar lo suficientemente bien construida para que el espectador se dé cuenta de que lo que está viendo es un momento relevante. No son necesarias pistas mediante efectos, sino que el trabajo que se consigue con paciencia y calma.
Por ejemplo, en el episodio 6, después de la batalla contra los orcos, llega Halbrand (Charlie Vickers) en su caballo mostrando a todos que es el salvador. Bronwyn (Nazanin Boniadi) y el resto de su pueblo se muestran aliviados porque ha llegado el rey que les fue prometido y la escena parece indicar, tirando de música e imágenes épicas, que podemos confiar en él -luego lo mismo la cosa se tuerce, ya veremos-. El momento, sin embargo, parece artificial. Me importa ese rey porque me lo estás indicando, no porque la trama me haya llevado a ello.
En definitiva, creo que podría haber sido mucho más, aunque no dudo de que tenga potencial. Tiene buenas historias, un casting bastante apropiado y un objetivo muy atractivo. Esa búsqueda de Sauron es toda una excusa para seguir viendo la serie a pesar de todo lo dicho hasta ahora, pero me estoy aburriendo en el camino. El señor de los anillos: Los anillos de poder necesita encarrilarse y dejar a un lado la espectacularidad y la belleza de las imágenes. Hay que llenar esa postal.
El señor de los anillos: Los anillos de poder está disponible en Amazon Prime Video.
Si quieres estar al día y recibir los estrenos en tu mail apúntate a nuestra Newsletter
