"...eso es como decir que tú sólo eres un simio"; en muchos casos, el ser humano no queda muy lejos de ello.
Hace tiempo que circula el rumor de que van a rodar un remake de "Blade Runner", ¿te imaginas que es éste?, ¡eso si que sería una buena broma para el día de los inocentes!
Por otra parte, ¿Melanie Griffith no está demasiado joven comparada con su ya, ex marido, teniendo en cuenta que ella es mayor que él?, ¡lo que hacen los efectos especiales!, porque efectos los hay, al menos en cuanto a opiniones generalizadas sobre ella y un voluntario y obvio propósito de intento y esfuerzo; otra cosa es el resultado, y la eterna polémica que gira en torno a la cuestión de si es una buena película, dada la inversión y los medios con los que, de media -menos privilegiados aparte-, cuenta una producción española o, un fraude aburrido que copia descaradamente a la mencionada y a un poco sugestivo e inapetente, a pesar del cansino esfuerzo de Banderas -cuanto más se empeña más lagunas muestra- Will Smith mucho más efervescente y estimulante en una "Yo, Robot" que, hasta el más necio capta enseguida esa falsificación por falta de ocurrencias propias, tanto dilema y expeculación es vacuo ya que, la gran problemática es que ¡te resultará indiferente!
Que vale, excelente fotografía de grises desérticos y blanco arena mancillado, que de acuerdo, currada escenificación de la desolación humana y catástrofe futura de hecatombe con toque a un más original "Mad Max" -lo siento pero es que parece que Gabe Ibañez ¡no haya tenido una idea propia!-, que sin duda, una actor de la tierra de nombre internacional para atraer a los de casa y los de fuera -aunque ¡se olvidó de currarse unos aceptables secundarios!-, que nadie lo niega, el hombre es lo peor de este mundo y mira a dónde hemos llegado aunque, no todo está perdido pues "...la vida siempre encuentra la forma de abrirse camino" -la referencia a filmes diversos es tan enorme que ¡no acabaría de mencionarlos todos!- pero es que este aroma irrespirable de polución tóxica con protagonista depresivo por castigada melancolía y final ambivalente que deja las puertas abiertas a lo que quieras..., ¡me resulta indiferente! pues, si no se decide el director/co-guionista entre carne o pescado, con postre o sin él, ¡porque hacerlo yo!
Es seguir una historia que ya se dónde me llevará y donde, aunque mis ojos se entretengan con el respeto de esa loable inmensidad retratada con esmero, mis oídos se ausentan y distraen de una atención no ganada por su hecatombe guión, tanta interesante devastación y vasta llanuras de poca vida y ¡mi mente quiere coger el móvil y contestar el último whatsapp recibido!
Porque puedes admitir el gran logro de intento, el valor de un mérito atrevido de explorar la poco explotada ciencia ficción entre nuestra filmografía, optar por la condescendencia y decir que han sido extremadamente crueles con todo el jarrón de agua fría vertido sobre ella -y ha sido tanta agua que ¡ni el Niágara!-, que se puede ver, que la modestia es una virtud, que hay que valorar el sacrificio y ahínco, que tiene buenas intenciones con algún que otro momento bueno..., pero que te resulte indiferente que si blanco o negro, si claro u oscuro ¡es lo peor que se puede decir de una película!
La coges con ganas, sobretodo por haber sido tan machacada por casi todos, lo cual hace que tu ya predispuesto y condicionado ánimo vaya diciendo la retahíla de no-es-tan-mala, qué-exagerados, no-es-para-tanto cuya convicción optimista durará los primeros 50 minutos, a partir de ahí que le trasladen, que le deje la mujer, que se lo coma la radioactividad, que los robots se autoinmolen..., vale, ¡no es para tanto!..., ¡ves!, ¡ya lo he vuelto a hacer!
Es cierto que en cuanto a imagen tiene instantes muy logrados de aprecio consistente, de validez perceptiva sólo que, ese preciosa escena de foto artística se queda coja y vuida al ir acompañada de un argumento que vive de retales de otros y de diálogos que no son ninguna lumbrera.
La suerte de este desconocido director es que Antonio Banderas tuviera tiempo libre y dinero para financiar su idea pues, de otra forma, este relato va directo a DVD -eso si consigue llegar a realizarse-, en cambio, de esta forma tiene sitio en una cartelera que admite este producto y deja fuera joyas que no hay forma de localizar o ver.
¡Se lió la de San Quintín!, no por el valor de la película sino por el vapuleo recibido; que te valga o no es riesgo tuyo, no te pierdes gran cosa y siempre puedes. o ser benevolente al juzgarla, o ser uno más de los que la machaca, en el fondo, el resultado ¡te será indiferente!