"Blade Runner" es uno de los grandes filmes de ciencia ficción de todos los tiempos, considerada una película de culto. Los Ángeles, año 2019. La compañía Tyrell ha fabricado humanos artificiales a los que llaman “replicantes”, destinados a trabajos peligrosos y una suerte de esclavos en las colonias exteriores a la Tierra. Declarados ilegales tras un incidente, uno de estos últimos cuatro replicantes asesina a un Bladerunner, policía que persigue y destruye replicantes, obligando a un retirado Bladerunner, Rick Deckard, a regresar y unirse a la caza de los últimos replicantes. No cabe la menor duda de que no es una película simple. Su trama, oscura, confusa por momentos, no tiene el desarrollo que una cinta de acción normalmente tiene y este hecho haría que en su estreno recibiera críticas mixtas para luego ser ampliamente aclamada. Y es que ciertamente combina elementos de cine negro con aristas dramáticas y filosóficas bastante fuertes, así como su fuerte esencia decadente muy en la línea de postmodernismo, que los críticos de cine llamaron Cyberpunk. Posee, además, un contexto del drama clásico griego y aborda cuestiones como la hibris, concepto helénico sobre intentos de trangresión de límites impuestos por las divinidades a los hombres.
Ridley Scott presenta un futuro distópico con altas tensiones temporales entre pasado, presente y futuro, a partir de la referencia literaria, el simbolismo religioso, los ya mencionados temas dramáticos clásicos en un contexto negro hasta las implicaciones futuras de la tecnología en la sociedad de consumo y la sociedad humana. Esta particular y tensa combinación nos llevará a identificar un ambiente de paranoia tal que el espectador verá reflejado en un sistema controlador y vigilante, que utiliza la tecnología para asegurar su poder sobre el individuo. No obstante, esto no se queda sólo en ello y profundiza en la deshumanización del hombre. En un afán de llevar la ingenieria genética a alturas insospechadas, la ciencia se ha dado maña de cumplir un papel divino, creando “replicantes” humanos que no son humanos, con mayor agilidad y fuerza física, pero que carecen de respuestas emocionales y de alma. De esta forma, la tecnología que permite experimentar avances inimaginables, paradójicamente supone una progresiva decadencia emocional y existencial sobre lo que significa ser humano, en especial cuando la creación de estos androides no representa en realidad una solución perfecta para las circunstancias de supervivencia, convirtiéndose más bien en un peligro, al no poder diferenciarse de sus creaciones.
Sin embargo, hay una cuestión profundamente atrapante que logra envolver al espectador. El film aborda de forma contundente y, en varios casos, conmovedora la conciencia de la naturaleza humana y una hipotética pérdida de ella, que se retratará, primero, con la aplicación de la prueba Voight-Kampff que permite comprobar si el evaluado es humano o replicante por medio de su empata. Segundo, en la frágil figura de la bella Rachel cuando se entera de que en realidad no es humana sino una replicante experimental y sus recuerdos han sido implantados. Y tercero, incluso, el villano Roy, que decidiendo salvar a Deckard y consciente de su final, reflexiona y relata con elocuencia sobre los momentos de su vida en un monólogo: "Es toda una experiencia vivir con miedo, ¿verdad? Eso es lo que significa ser esclavo…Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir". Reflexión que se complementará con las conclusiones de Deckard, preguntándose porque Roy decide salvarlo, si en esos últimos momentos el replicante amaba la vida más que nunca, la suya y la de todos, y si en el fondo Roy buscaba las mismas respuestas que todos, sobre de dónde venimos, adónde vamos y cuánto tiempo nos queda, lo que lo convertía finalmente en un ser humano.
Las actuaciones son inmejorables, el reparto estelar está encabezado por Harrison Ford, Rutger Hauer y Sean Young. Ford que buscaba ese papel dramático y en el film consigue interpretar efectivamente al ex Bladerunner que regresa para acabar definitivamente con la amenaza replicante y termina cuestionando seriamente los principios filosóficos humanos y los de su profesión. Por su parte, Hauer interpreta, en mi opinión, el mejor papel de la cinta, como Roy, violento líder de los replicantes, cuyo principalmente objetivo, lo sabremos después, es cuestionar la realidad para la cual fue construido. La joven Sean Young encarna a Rachel, secretaria de Tyrell, la empresa responsable de la fabricación de los replicantes y que ahora busca eliminarlos, una chica dulce y frágil que no está preparada para enfrentarse a su verdadera naturaleza. El reparto secundario está conformado por Edward James Olmos como Gaff, facilitador de Deckard para llegar a Tyrell. Daryl Hannah como Pris, peligrosa replicante que suele seducir a los Bladerunner para acabar con ellos. Brion James encarna a León, replicante de inteligencia intuitiva, que tiene por las cuerdas a sus persecutores. Mike Emmet Walsh como el capitán Bryant, antiguo jefe de Deckard y que le pide que regrese. Joe Turkel como el Dr. Holden, científico y magnate de la tecnología, que encabeza Tyrell. James Hong como el genetista Chew. William Sanderson como J.F. Sebastian, creador de juguetes robots. Y Joanna Cassidy como la replicante Zhora, mujer dura que le ha tocado vivir lo peor de la humanidad.
En definitiva, un ensayo sobre la condición humana y sobre sus eternas preguntas filosóficas. Sus imágenes te embriagarán sin remedio acompañadas de unos efectos especiales magníficos, una realización técnica brillante. Sigue siendo uno de los mejores filmes de ciencia ficción con la mejor dirección artística y visualmente más excepcional de la historia del cine. Esta película es un resumen del problema existencial que acosa el pensamiento humano, con un argumento tan poderoso y poético que por eso nos es tan fácil comprender.