DIVERTIDA SÁTIRA SOBRE LOS PREJUICIOS RACIALES
Dicen de la xenofobia que es el miedo, hostilidad, rechazo u odio al extranjero. En los países occidentales, tradicionalmente han sido, y son, las formaciones de derecha las que alimentan y promueven este sentimiento, existiendo en la actualidad una creciente preocupación por el rebrote de estas formaciones y de estas actitudes debido al creciente fenómeno inmigratorio, los conflictos interculturales derivados de su mala gestión y la crisis económica. Según algunas corrientes de la psicología se puede deducir que la xenofobia es un proceso ambivalente en el que los casos más extremos experimentan un sesgo en su percepción que les haría sobrevalorar su cultura, sus tradiciones y su grupo étnico sobre las demás, experimentando una mayor empatía, aprecio y amor por lo conocido y familiar, lo que implicaría, despliegue de estrategias defensivas.
El director francés Philippe de Chauveron utiliza este concepto psicológico como pretexto para conformar una sátira con el propósito principal, aparte de entretener y arrancarte las carcajadas, de realizar una crítica a la rancia política del país galo, a la par de realizar un alegato a favor del respeto y la evolución de los valores morales, sin renunciar a la idiosincrasia personal de cada uno... ya que en estos tiempos que corren, en el que los avances tecnológicos, la información continuada y el choque de culturas propiciado por internet, han cambiado por completo los estándares de la sociedad... muy lejos queda la esclavitud y la represión política. Estamos en un mundo nuevo, en el que la diversidad cultural y generacional está a la orden del día... las ciudades están repletas de turistas e inmigrantes de multitud de países, ya que sea cual sea la raza, estado y condición de cada individuo, esencialmente todos somos seres humanos, los cuales compartimos las mismas inquietudes y necesidades básicas.
Chauveron escribe y dirige esta historia centrada en una familia de clase media. Claude y Marie son un un matrimonio católico y muy conservador, tienen cuatro hijas a las que han tratado de inculcar sus valores y principios; sin embargo, las chicas sólo les han dado disgustos: la mayor se casó con un musulmán; la segunda, con un judío, y la tercera, con un chino. El matrimonio deposita todas sus esperanzas en la hija menor, esperando que, al menos ella, se case por la iglesia.
Destacan de sobremanera las interpretaciones de prácticamente todo su elenco actoral, sobretodo las de Christian Clavier y Pascal Nzonzi que están realmente divertidísimos como padres de la novia y novio respectivamente, teniendo los mejores gags del filme (genial la secuencia cuando los dos se van de pesca).
En conclusión, "Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?" es una comedia notable, que no en vano obtuvo un enorme éxito de taquilla en Francia, que con más de 12 millones de espectadores, siendo el filme con mayor recaudación en su país desde "Intocable" (Olivier Nakache y Eric Toledano, 2011).