Steven Spielberg dirige de nuevo un drama histórico, esta vez enmarcado en plena Guerra Fría que recrea un hecho real en el que se estuvieron envueltos los Estados Unidos, la Unión Sovietica y la República Democrática Alemana, conocido como el Incidente del U-2. El puente de los espías cuenta con un guion escrito por Matt Charman, Ethan Coen y Joel Coen y contó con el asesoramiento técnico de Francis Gary Powers Jr., fundador del Museo de la Guerra Fría e hijo del piloto implicado en el incidente, que además tiene un cameo en la película.
[...] Resulta excepcional la recreación histórica que hace Steven Spielberg, tanto de la paranoia y el estado de pánico en el que se debió vivir durante de la Guerra Fría, como de la construcción del muro de Berlín que aparece brillantemente retratado, con una fotografía plomiza y gris como la oscura etapa que se iniciaba en el lado oriental de la ciudad. No esperaba menos de él, pero quizás se exceda en los tiempos, casi dos y media puede ser demasiado tiempo para un relato en el que apenas hay acción y hay momentos que se hacen largos y tediosos. Por ejemplo, toda la parte del principio con el juicio a Abel, le dedica demasiado tiempo para no ser la verdadera trama de la película que entiendo que es el intercambio de prisioneros. Aunque también es verdad que esa primera parte retrata de una manera brillante e inteligente como el prisionero ya está juzgado y sentenciado antes de comenzar el juicio.
Cuarta colaboración de Tom Hanks con Spielberg después de Salvar al soldado Ryan, Atrápame si puedes y La terminal. Como siempre, un trabajo impecable mostrando el lado humano que hay detrás de los titulares de los periódicos y de la guerra misma. Las escenas de Hanks con Mark Rylance, el actor que interpreta al espía ruso, son de lo mejor de la película a la vez sinceras y divertidas. No me extrañaría que su nombre sonase en la próxima temporada de premios. Entre los secundarios, destacar la participación de Alan Alda (M*A*S*H, El viaje más largo) como socio en el bufete de Donovan, Sebastian Koch (al que podemos ver en la quinta temporada de Homeland) es un abogado de la Alemania del Este y Jesse Plemons, al que últimamente veo en todas partes (Breaking bad, Black mass), es otro de los pilotos estadounidenses.
Interesante historia real contada en forma de thriller intenso, agradable de ver gracias la carisma de Tom Hanks que siempre da veracidad a su trabajo.