Tanto Gi Taek (Song Kang-ho) como su familia están sin trabajo. Cuando su hijo mayor, Gi Woo (Choi Woo-sik), empieza a dar clases particulares en casa de Park (Lee Seon-gyun), las dos familias, que tienen mucho en común pese a pertenecer a dos mundos totalmente distintos, comienzan una interrelación de resultados imprevisibles.
Parasitos es un thriller, un drama familiar, una comedia negra y una crítica social. Todo es divertido hasta que deja de serlo, perfectamente hilada y con cambios tonales precisos. Las familias tiene su lado bueno y su lado malo. El señor Park marca una línea divisoria que no debe cruzarse, y la obra juega constantemente con ese límite. El director pone también muy bien sus límites en los personajes; La familia Park no llega a demonizarse, son clasistas y ególatras pero también ingenuos y amables. La otra familia es sumisa, inteligente y ambiciosa.
El espacio se utiliza como metáfora social, ahí en el subsuelo habitan ellos, en una semi-sótano donde casi no caben, donde no hay señal ni Internet y donde la comida es de segunda, hasta que salen de ese habitáculo, suben la colina hacia ese paraíso jamás experimentado donde vive la otra familia. Una impresionante casa con tonos fríos y grisáceos, reflejo del poder adquisitivo de estos, una tierra prometida inalcanzable.
Esta mansión es un personaje más en la obra, y la invasión es la línea argumental principal de la obra, destructora de intimidad y de la propiedad privada. Los "parasitos" entran a la mansión, y como un verdadero parásito, cuanto más permanecen en esta, más se adueñan de ella, porque la suerte no existe y cada uno está donde debe estar, así que se labran su propio futuro. Como cucarachas tras ser fumigadas salen del subsuelo para ir a otro lado donde vivir. El poder y la ambición hará que se produzca una inversión de roles, ¿Quién es el parásito realmente? El que lucha por vivir a costa de otros o el que vive a costa de otros sin luchar. Una metamorfosis que al final transforma a todos quienes ya han olvidado su condición de humanos. Y el sótano, es un lugar reflejo de un literal y cruel orden social. Y al final cuando todo se descontrola, nuestro patriarca cae, la ambición desmedida ha tenido consecuencias, y ahora está condenado a vivir en lo más hondo, y su hijo, condenado a soñar toda su vida con volver al paraíso.
La relación con los hijos también es interesante, la familia Park intenta sacar lo mejor de ellos, cultivado sus intereses y su potencial intelectual, mientras que la otra familia mira por si supervivencia colectiva, y donde la educación es un papel secundario, hasta se emborrachan juntos.
La dirección es soberbia, muy buenos giros argumentales y todo hilado al dedillo, contando una historia por medio de contrastes y de un fotografía cotidiana con muchísimo peso. Por otro lado la verticalidad es muy importante, los ricos arriba, los pobres abajo, cuanto más bajas, peor... y el montaje es una barbaridad, los planos tienen un nivel de técnica increíble, los planos mas contraidos y claustrofóbicos en casa de los pobres para luego en la mansión, que sean todo planos angulares y abiertos, juega mucho con el espacio y las dimensiones y con el punto de vista, poniendo siempre a los ricos por encima de los demás, y el montaje es perfecto estructuralmente, todo para acompañar un guión meticuloso muy bien aprovechado. Y por último un casting soberbio, un elenco pletórico. 9.