"El Exorcista" la inmortal madre de las películas de terror. No por que sea la primera ni la última, si no por lo que significo y significa en la historia del género y del cine en general. Evidentemente ha hecho algo que ninguna otra cinta ha podido lograr antes ni después, y que hacen que luego de 40 años resulte cada vez mas estupenda y terrorífica. Las palabras trascendental y obligatoria le quedan chicas a semejante titulo que es considerado por muchos como la mejor película de terror de la historia. Se desarrolla a partir de una excavación arqueológica en Al-Hadar cerca de Nínive, en Irak. El arqueólogo padre Lankester Merrin encuentra un amuleto semejante a una estatua de Pazuzu, un demonio a quien el padre Merrin había expulsado de una persona poseída tiempo atrás y donde casi paralelamente a este hecho, Regan, una niña de doce años, es víctima de fenómenos paranormales como la levitación o la manifestación de una fuerza sobrehumana que luego se confirmaría que se trataría de una de las entidades mas poderosas conocidas por la Demonología (si bien en la película, te sugieren que se trata del mismisimo Lucifer) en realidad es Pazuzu, el demonio de la Ouija como también es conocido.
Friedkin presenta una sociedad pesimista y en el apogeo de su decadencia y avanza lentamente profundizando en cada uno de los personajes hasta llegar a la presentación del sacerdote Damien Karras, quien debe enfrentarse a su pérdida de fe a través de un acontecimiento increíble. Regan MacNeil ha sido víctima de fenómenos paranormales que han derivado en una posesión, un misterio que médicos y psicólogos se ven incapaces de desentrañar, lo cual hará hincapié en el brutal contraste entre los métodos de la sociedad moderna y la solución arcaica que se impone para curar a la chica. El drama, la introspección psicológica y la intriga propia de la investigación iniciada por el detective Kinderman serán poco a poco sustituidos por la intensidad de las manifestaciones demoníacas y la evolución de Regan. Consigue lograr un ambiente de nervios y tensión que no te abandonará hasta que termina. Los efectos especiales fueron espectaculares en su época, ahora la tecnología ha hecho que ya no lo parezcan tanto, pero esa voz que sale de esa pobre chica me sigue poniendo la piel de gallina, esa transformación que va sufriendo el aspecto físico de Regan me produce escalofríos y todo ello acompañado por esa magnífica "Tubular bells" de Mike Olfield. Para rematar, un final perfecto que cierra la historia sin dejar cabos sueltos.
La cinta funciona con solidez principalmente porque expone una posibilidad real de enfrentarse a entidades malignas, que la ciencia, a pesar de sus adelantos, no ha podido descartar completamente. La horrorosa posibilidad de ser poseído por el demonio o por alguna entidad diabólica ha producido desde tiempos inmemoriales uno de los grandes horrores del hombre, un miedo transversal a toda cuestión cultural, religiosa y generacional. Así, en una época en el que el cine de terror se ubicaba principalmente en el cine de explotation y su posibilidad real de eventos exploraba un terror real en base a una figura mítica, que distaba mucho del horror clásico fantástico, de gran éxito por cierto, del horror gótico inglés e italiano, por ejemplo. Otro mérito del guión y que se desprende del párrafo anterior, tiene que ver con proponer una maldad etérea, intangible, omnipresente y omnisciente, lo que suponía un miedo que no podría ser descartado al confrontarlo con la realidad o la lógica. En ese sentido, la historia cumple sólidamente con angustiar e incomodar al público con la presentación de un mal abstracto, que no puede ser extirpado, acaso siquiera se puede sobrevivir y huir de él.
Las actuaciones son impecables, Ellen Burstyn quien interpreta a Chris de forma sólida, una madre atea desesperada por ayudar a su hija, siendo nominada por segunda vez en ese momento al Oscar. Linda Blair está soberbia, interpretando a la desafortunada Reagan, la dulce niña que se convierte literalmente en un monstruo. Papel que la lanzó al estrellato además de hacerle ganar el Globo de Oro a la mejor actriz de reparto y una nominación a los Oscar. Max von Sydow encarna al padre Merrin, sacerdote antropólogo que asume la titularidad del exorcismo, y que aporta seriedad al relato. Jason Miller regala una de las mejores interpretaciones del film, presentando a un sacerdote melancólico y contrariado por su crisis de fe, recibiendo una nominación al Oscar por este rol. Lee J. Cobb personificó al Detective Kinderman, que investiga la muerte del amigo de Chris, que cayó supuestamente por la ventana de la habitación de Reagan. Jack MacGowran encarnó a Burke Dennings, el mejor amigo y director de Chris, la madre de Reagan, que fallecería en pleno rodaje. Así como Vasiliki Maliaros, quien interpretó por única vez a la madre del Padre Karras, muriendo a pocos días del estreno del film.
En definitiva, un clásico imperecedero del terror clásico cuyo impacto e importancia como obra cinematográfica la llevan a ser considerada uno de los más importantes films de terror de todos los tiempos. No solo por una dirección, actuaciones, maquillaje, guión, fotografía, atmósfera sobresaliente, si no que tiene un aura maligna a su alrededor, que hace que con solo nombrarla se pongan los pelos de punta. Ningún otro film del género ha conseguido un efecto parecido jamás. Es la obra de terror por excelencia.