Todo por el amor paterno
por Sara HerediaEl director Sean Durkin se enfrentó a la historia de los hermanos Von Erich con una idea muy clara en su cabeza. Mientras en el ring son héroes, personas con un brillo especial que son capaces de todo y deslumbran a la audiencia, en su vida personal tienen defectos y cometen errores que borran su resplandor. En el caso concreto de esta legendaria familia de la lucha libre, el esplendor en los combates era máximo, pero al bajarse de las cuerdas vivían en la tragedia.
Este es el eje central de El clan de hierro, una cinta sobre wrestling que tiene más de drama familiar que de 'biopic' deportivo. Aunque es una película coral, el que estructura la historia es Kevin, el mayor -interpretado por Zac Efron-. Por ser el primogénito -en realidad, el primero falleció siendo muy pequeño-, su padre, un deportista retirado, centró en él todos sus esfuerzos para convertirle en una estrella de la lucha libre. Detrás de Kevin venían otros tres hermanos que podían ocupar su lugar como favorito en cualquier momento, por lo que Kevin no debía desviarse nunca del objetivo familiar.
El clan de hierro es, en su premisa más pura, una especie de Succession deportivo donde la lucha por la atención paterna les sumerge en una espiral de tragedias y dolor. El propio director lo define muy bien: es una tragedia griega en Texas donde prima lo emocional. Como espectadores asistimos a una experiencia cinematográfica dolorosa. No por la falta de técnica narrativa o técnica, sino por la opresión y el control al que son sometidos los Von Erich, que impacta de lleno en el espectador si éste está abierto a dejarse llevar.
Durkin dirige este 'biopic' sin innovar en la forma, contando los hechos necesarios -se agradece enormemente que metiera la tijera y desechara algunos momentos importantes de la familia para ponder mantener el ritmo y la duración adecuados- para dejar brillar a su reparto principal. La película pertenece enteramente a Zac Efron, Jeremy Allen White y Harris Dickinson. Los tres actores -alusión especial al pequeño de la familia, Stanley Simons, que tiene menos tiempo en pantalla pero destaca por sí solo- asumieron sus roles con una involucración total y nos golpean hasta dejarnos KO.