Drama futurista sobre Kiera Cameron (Rachel Nichols, 'Star Trek', 'Conan el Bárbaro', 'G.I. Joe'), una policía del año 2077 que viaja en el tiempo hasta el Vancouver actual tratando de capturar a un grupo terrorista llamado 'Liber8' -pronunciado liberate: liberar. Cuando estos viajan a 2012, Kiera decide seguirles quedando así atrapada en una época y lugar totalmente desconocidos para ella junto a ocho de los criminales más peligrosos de su tiempo vagando libres por la ciudad.
Afortunadamente para nuestra protagonista, usando el CMR que lleva implantado en su cerebro -un chip líquido propio del futuro que sirve para realizar conexiones-, consigue contactar con Alec Sadler (Erik Knudsen, 'Jericó', 'Scott Pilgrim contra el mundo'), un joven genio de tan sólo 17 años que, desde la primera llamada, se convertirá en uno de los mayores apoyos de Kiera. Lo que más desea esta policía es regresar a su hogar, pero hasta que encuentre la forma de hacerlo no soóo tendrá que sobrevivir en nuestro tiempo, sino que tendrá que localizar y atrapar a los 'Liber8' antes de que alteren el curso de la historia, incluyendo el futuro donde Kiera tiene a todos sus seres queridos.
El objetivo principal de estos terroristas es acabar con las compañías que en el futuro dominan el mundo. Kiera sabe esto y también sabe que acabarán con muchas vidas tanto en el presente como en el futuro. Precisamente por esto, tendrá que capturarlos a toda costa antes de que pongan en peligro los cimientos del mundo tal y como lo conoce. Sólo le queda una opción: convencer al departamento de policía de Vancouver de su historia y así trabajar conjuntamente. Pronto formará equipo con el detective Carlos Fonnegra (Victor Webster, 'Castle', 'Los sustitutos') de la Unidad de Investigaciones Especiales y tendrá así la mejor posición posible para descubrir más acerca de las actividades de los 'Liber8'.
Tanto Kiera como Carlos tienen un gran sentido de la justicia. Sin embargo, sentidos basados en su contexto cultural, totalmente diferente entre los años 2012 y 2077. Mientras que Carlos cree en la justicia individual, Kiera defiende la justicia corporativa. Saltarán las chispas entre ellos cuando sus puntos de vista choquen en muchos ámbitos, desde el laboral y el político hasta el emocional. Pero a pesar de tantas diferencias y un primer contacto bastante tenso, una relación de confianza pronto florecerá entre ellos. Gracias a este policía del presente, Kiera, que tiene una dependencia total de la tecnología, aprenderá a hacer caso a su instinto por primera vez en su vida.