La historia tiene lugar en Suecia, en un presente altenativo donde el uso de androides a nivel del consumidor es algo común. Los robots, conocidos como 'hubots', son usados como sirvientes, como trabajadores y como robots de compañía. La población se divide entre los que adoptan esta nueva tecnología y los que tienen miedo por lo que pueda suceder al sustituir al ser humano en todos los ámbitos de su vida. Entre estos últimos se encuentra un movimiento político contra la propagación de hubots que se llama a sí mismo 'real humans' (humanos reales) y se refieren a los robots con el término despectivo 'pacman'.
Los 'hubots' están diseñados con funciones específicas y están programados para reconocer y obedecer a su dueño. Pueden aprender habilidades y conocimientos a través de la observación de los seres humanos. Pese a su apariencia humana, se puede distinguir a un 'hubot' por su piel brillante y sus ojos intensos. Además, los 'hubots' requieren electricidad para sobrevivir y deben recargarse periódicamente.
Algunos hubots se han modificado más allá de los protocolos legales. Es aquí donde conceptos como ética, humanidad, derechos... entran en juego.