La primera temporada trascurre en dos líneas de tiempo paralelas, por un lado en la actualidad (2012), con Hart y Rust ya retirados de la policía estatal y siendo interrogados por separado por los detectives que investigan un caso que tiene muchas similitudes con uno investigado por ellos hace diecisiete años. La otra línea de tiempo se remonta a 1995, llegando hasta 2012 y ocupando la mayor parte de la temporada, donde conoceremos en detalle la investigación y la vida privada de Hart y Rust, los acontecimientos que les marcaron en el pasado, cambiando sus vidas para siempre y que no aún no han superado.
Confieso que me costó entrar en la historia, los tres primeros episodios me parecieron aburridos, los acontecimientos se desarrollaban con lentitud, con mucha información, pero demasiado lento y demasiado “postureo”, bellas imágenes, convincentes interpretaciones, pero faltaba chispa. Insistí, todo el mundo hablaba tan bien de ella que quizá era yo el problema, en fin, mi paciencia tuvo su recompensa, varios giros sorprendentes pusieron la serie patas arriba y los cuatro últimos episodios me hicieron cambiar de opinión por completo, convirtiéndose en lo mejor que he visto en mucho tiempo. El episodio 5 (The secret fate of all life) es, simplemente, soberbio.
El principal acierto de True detective es que se trata de una historia muy bien contada, en todos los sentidos, empezando por los paisajes de la Luisiana más rural, la ambientación, la fotografía y el tratamiento de la imagen tan personal y característico, y terminando por unos diálogos extremadamente cuidados línea a línea que van tejiendo una historia llena de misterio, reflexiones filosóficas, cultos paganos, continuas referencias a su propia mitología y la capacidad de sorprendernos con giros inesperados y varios cliffhangers magníficos. Tan cuidado y fascinante es todo el material que la banda sonora no podía quedar al margen, T Bone Burnett es el responsable y, sorprendentemente, no ha optado por el jazz tan característico de la zona, si no que ha preferido temas de Bob Dylan, Nick Cave o The Staple Singers, el tema final es de The Angry River y el de la cabecera es Far from any road, de The Handsome Family. Por cierto, una hipnótica cabecera que nos introduce a la perfección en la atmósfera de la serie.