Damas y caballeros, agárrense a sus asientos, porque ha llegado la mejor serie de 2015. Y es que la serie Mr Robot, es sin duda el mejor estreno que he visto en los últimos tiempos. Todo un alarde creativo y narrativo al servicio de una historia simplemente contundente. No te pierdas esta crítica de la serie Mr Robot.
¿De qué va Mr Robot?
Es difícil explicar de qué va Mr Robot. Si nos ceñimos a la anécdota pura y dura, trata sobre una especie de yonki sociópata que en realidad es un brillante hacker informático. Adicto a la morfina para mitigar el dolor que le causa vivir su día a día. Un antisocial que evita cualquier contacto físico, y que lo ha llevado a convertirse en todo un antisistema, aspirando a derrocar el orden establecido.
Pero olvídate de la historia. Mr Robot es posiblemente la serie más original que se ha creado en los últimos años. Mientras mucha gente se golpea el pecho por haber visto la primera temporada de True Detective y sacar el tema de conversación como el que no quiere la cosa, encerrado en un cliché que no le pertenece, otras series igual de buenas o incluso mejores, se escapan por su televisor, casi a hurtadillas. Y Mr. Robot es esa serie.
Cuidado, yo soy un gran seguidor de True Detective, una serie simplemente maravillosa, pero estos últimos meses se han estrenado otras series de igual o más calidad que siguen siendo igualmente aptas, aunque no hayan sido validadas en las redes sociales, o en las tertulias de pseudo-seriéfilos que buscan la reprobación de un público no-iniciado. A saber: Halt & Cath Fire, Fargo, Marco Polo, Better Call Saul,Daredevil, Borgen o Les Revenants.
¿A qué se parece?
La serie Mr Robot, es todo un experimento creativo que bien podría haber salido de la cabeza inquieta de un genio como Orson Welles o Stanley Kubrick. Todo se nos cuenta en una desgarradora primera persona, que hace que el espectador empatice con el protagonista y se sienta pequeño y en un mundo caótico que arrasa con todo. La soledad es una sombra alargada cuando disfrutamos de los episodios de una hora de duración.
Una de las cosas que hace mr robot son en evadir la llamada “Regla de los tercios”, una regla de composición visual, la cual segmenta el cuadro en 3 tercios horizontales y 3 tercios verticales, dividiéndolo así en 9 rectángulos iguales y generando 4 puntos de intersección entre las líneas que marcan los tercios. Estos 4 puntos son los lugares donde deberíamos ubicar lo que deseamos que sea el centro de interés de la imagen y, en caso de tener 2 centros de interés, ponerlos en puntos de intersección opuestos (preferentemente en diagonal), como podemos ver en este plano de La ventana indiscreta: La serie no sólo rompe estas reglas por no ubicar los centros de atención en los puntos de intersección, sino porque además deja, mediante el uso de lentes abiertos (gran angulares), una cantidad inmensa de espacio en algunas de sus composiciones (la gran mayoría de las veces sin que esté pasando nada relevante en el resto del cuadro), dejando el aire del encuadre a menudo ubicado en una dirección inusual, sobre todo con un gran espacio por encima de los personajes y a veces por detrás de ellos, dejando al personaje arrinconado contra una esquina del cuadro. Incluso a veces la imagen corta los objetos de interés, así como no siempre busca que los planos y contraplanos conserven las características de encuadre entre sí (como «teóricamente» debería hacerse).En la mayoría de las producciones audiovisuales es algo inusual ver este tipo de encuadres, incluso uno podría pensar que es una simple actitud pretenciosa del director, lo cierto es que, planteado a conciencia o no, causa un efecto en el espectador, tanto a nivel estético como sensorial. Estas tomas parecen tener la visión de un testigo casual, involuntario, inmóvil e indiferente en presencia de la escena, como una cámara que alguien olvido prendida convenientemente pero que quedó mal orientada, o una cámara oculta, donde su visión se termina reflejando en el encuadre