Uno de los mejores relatos jamás contados en la historia de la televisión. Un documental al detalle de los fallos de la justicia norteamericana y de como las autoridades utilizaron pruebas falsas o incluso las ocultaron incriminando a inocentes para guardar el buen hacer ante la opinión pública. Familias consumidas y destrozadas por el dolor y la impotencia, el documental filma sus vidas de una manera abrumadoramente cercana e íntima, mostrando día a día sus sentimientos e indignación. Participan en este documental personajes de gran renombre de los Estados Unidos tanto forenses, abogados etc.. Se muestra al detalle el proceso de la defensa y su lucha ante los Altos Tribunales, explicando incluso detalles forenses a un nivel científico exquisito, grabaciones, etc... Se agradece el gran doblaje al español. Imprescindible.
Lo que podía haber sido un documental frío y analítico consigue provocar una de sus metas: un interés pegajoso y una indignación creciente que le sigue. ¿Y como lo consiguen? Pues con un ritmo y un montaje absolutamente medidos aprovechando todo tipo de fuentes a su alcance: filmaciones propias y ajenas, programas de TV, audios de conversaciones telefónicas y de los juicios, una música cautivadora y unos silencios premeditados que parecen ubicados como "los momentos de pensar ". Leeréis que toman partido y no lo presentan todo de forma objetiva y es bien cierto. Están junto al débil que no puede pagarse una defensa que haga justicia y con la intención clara de aflorar una corrupción endogámica que llega hasta altas capas del organigrama. Una vez vista la serie --y no antes-- haga unas cuantas búsquedas para comprobar cómo está el caso de Steven Avery y otros "errores" judiciales. Comprobaréis que las manos no quieren bajar la cabeza. (9/10)