Serie argentina del 2016, de 4 tempora y 37 capítulos, de una media de 50 minutos, con una votación de 6/10, bajo dirección de Sebastian Ortega y guión de Israel Adrian Caetano. Drama mafia carcelaria.
El punto valorativo del exito de esta serie, es su humilde base de producción, dado que está coproducida por la Televisión Pública Argentina y Underground; en un principio se planifico, para estar lejos de la franja horaria de máxima audiencia. Con una estructura de 30 capítulos de media hora de duración y, al final. Pero su ambición a hecho ser empaquetada en 4 temporadas( y uba posible 5) para una mejor exportación a otros mercados audiovisuales. Además, su bajo presupuesto no ha sido trava para lograr el gran exito popular que a obtenido.
Sebastián Ortega y Adrián Caetano creadores, vienen una gran experiencia tanto televisiva como cinematográfica, y portanto con sufiente maestría.
La historia parte desde la base de el ingreso en la prisión de Miguel Palacios (Juan Minujin), ex-policía fracasado, con la misión de un trabajo en la que infiltrarse como condenado para averiguar dónde se encuentra la hija pequeña de Cayetano Lunati (Mariano Argento), un importante juez criminalista, que acaba de ser secuestrada. El cometido es sumamente complicado ya que es en una de las cárceles más conflictivas de los clanes de bandas de Argentina.
La cárcel modelo abandonada de Caseros en el barrio de Parque Patricios, en Buenos Aires, de la que tiene su nombre a la avenida homónima, acoge el rodaje de la serie en Sa Onofre cobsiguiendo un enfoque realista y sórdido.
Ante un recito penitencisrio completamente superpoblado, impera una sola ley: la del más fuerte. Los Borges, una banda mafiosa, maneja a su antojo la prisión. Mariano (Claudio Rissi) y Diosito (Nicolás Furtado), los dos hermanos, han logrado montar una auténtica red clientelar y poderosa muy lucrativa. Su red de corrupción llega a las más alta instancia de la cárcel, como a los agentes. Antín (Gerardo Romano), director del penal un auténtico sinvergüenza, no duda en sacar provecho de su posición engañosa.
Con un comienzo de gran alarde técnico, este drama carcelario consigue conectar rápidamente con el espectador, creciendo en expectación en capítulo, gracias a un ritmo vertiginoso y unos personajes ajustados a la perfección.
La narración mantiene el pulso firme, durante su primera tempirada jugando a la perfección con el clímax y giros de guión. Una serie que usa sus recursos para llevar el producto a la supuesta 9crítica de un sistema deficiente y corrupto.
Si algo destila la trama es el realismo más sucio y descarnado. La fotografía utilizada dota a la serie de matices grisáceos y terrosos, la ambientación lleva al espectador sentir esa conjugación podredumbre de presión y peligro, al que están sometidos la población reclusa. La vía de escape o zona de confort en esta continua guerra se encuentra en la consulta de la psicóloga Emma Molinari (Martina Gusmán), una noble estrella que brilla ante tanta oscuridad agresiva y violenta, en la que sobre vivir es una victoria.
La crítica social y política es más que evidente, pero sobre todo hay un ataque directo al sistema penitenciario, en estado precario y enferma de corrupción. La autarquía gobierna en un penal que se divide por castas o rangos que dan cierto privilegio y determinan la capacidad de supervivencia de cada preso. La brecha es tan profunda y significativa como la misma sociedad: los Borges y sus secuaces gobiernan la cárcel y disponen de una plácida estancia llena de comodidades, mientras que la Sub21 son aquellos que duermen hacinados en pequeñas chabolas de plástico y maderas en el patio. Para más la dirección y las fuerzas de seguridad son igual o más corruptas, ante las mordidas economicas que obtienen de la banda dominante.
La extremada dureza, el tono sórdido y el lenguaje soez son sus señas identidad de este drama carcelario.
Un excelente reparto en el que se acierta desde los protagonistas hasta los más secundarios. Sin embargo, me quedo con tres: Juan Minujin ex policia, Claudio Rissi cono capo del clan Borges, Nicolás Furtado, grandisímo en su interpretación de ‘Diosito’ un excéntrico y peligroso psicópata.
Esta primera temporada de 13 capitulos se puede dividir en dos partes bien diferenciadas separadas por un tensión potente.
Con un scrip muy bien elaborado y trabajado que bate perfectamente con la dirección propuesta de Luis Ortega con una banda sonora que hace mover la serie a ritmo de rap.
La segunda tempora de 8 capítulos es una precuela que de la exitosa primera temporada que nos situa en la llegada de los hermanos Borges y cia a la prisión de San Onofre, y el complot que armará Antín para arrebatarle el control al capo Sapo, justo en la misma intención que hizo en la parte final de la 1 temporada con Pastor y Mario Borges.
La tercera temporada del 2019 de 8 capítulos, en la que los hermanos Borges han consolidado su poder en el penal de San Onofre y ahora necesitan tramar un plan para recaudar mucho dinero rápido porque tienen una posibilidad de “comprar” su libertad. A pedido de Antín, los Borges deben proteger a un interno recién llegado, hijo de un empresario poderoso. Emma lidia con los traumas que el motín le dejó y los jóvenes de la Sub 21 intentan destronar a los Borges; para ello, tejen alianzas con un preso ex boxeador y con Pantera. El Marginal se situará dos años después del "motín de las palomas", que se vió en la segunda temporada, y un año antes del secuestro de Luna Lunati, que sucedió en la primera.
La cuarta temporada del 2021 de 8 capítulos, no decae y mantiene intacto el espíritu de los personajes originales, y recibe con interés las nuevas incorporaciones. A diferencia de las temporadas 2 y 3 que giraban alrededor de lo escrito en la primera entrega dada su esencia de precuela, esta cuarta historia se plantea como un esperado reinicio.