El joven Sheldon: episodios de la temporada 2

Sheldon comienza a percibir, gracias a su gran desarollo del oído, un ruido muy agudo proveniente del frigorífico. Aunque está decidido a arreglarlo, acaba causando un desastre que obliga a George a desembolsar una gran cantidad de dinero. Con intención de devolver el importe pagado, Sheldon comienza a trabajar repartiendo periódicos a las cinco de la mañana, algo que causará el caos en casa de los Cooper.

Una niña es la nueva alumna de las clases del Doctor Sturgis. Esta joven, llamada Paige, es más joven e inteligente que Sheldon, lo que hace que el niño desarrolle algo novedoso en su persona: los celos. Cuando Mary decide, sin consultar a su hijo, invitar a Emma y su familia a pasar un día juntos, el caos amenaza con apoderarse del hogar de los Cooper.

Mary pasa por una crisis de fe, por primera vez en su vida, cuando una chica de 16 años muere de forma súbita. Incapaz de comprender como ese hecho puede encajar en el plan de Dios, la señora Cooper trata de inclinarse por seguir adorando a una divinidad, que podría no ser tan justa como pensaba o, por otra parte, plantearse una nueva vía de creencias. Por su parte, Sheldon sigue trayendo de cabeza al pastor del pueblo.

Sheldon descubre, haciendo la declaración de la renta, que hay un cheque de 300 dólares cuyo origen desconoce. Cuando George se entera de esto, pide a su hijo que no diga nada a su madre y guarde el secreto. Sin embargo, al pequeño de los Cooper nunca se le ha dado bien esto, y el joven comienza a comportarse de forma más extraña de lo normal y, por encima de todo, a dejar de ir al baño. La desesperación de Sheldon es tal que decide ir a casa de Tam para olvidarse de la presión a la que está sometido.

Un grupo de científicos, amigos del profesor Sturgis, está realizando una investigación sobre gemelos y Sheldon y Missy podrían ser unos sujetos perfectos. Aunque George se niega en un principio, cambia de opinión cuando se entera de que la investigación estará remunerada. Los hermanos, por su parte, comprueban en primera persona que ambos son extremadamente inteligentes, aunque en planos totalmente distintos.

La celebración de Halloween del año pasado no había resultado de la forma que esperaba para el pastor Jeff. Para intentar olvidar la polémica, el sacerdote encarga a Mary organizar el evento. Esta, a su vez, pide ayuda al profesor de teatro, que se adueña del espectáculo, dejando a su compañera en algo más que un segundo plano. Además, Georgie se entera de que Sheldon está dando clases a una de las chicas más atractivas del instituto y trata de aprovecharse de esto.

Meemaw organiza un mercadillo para vender todos los trastos viejos y pide ayuda a su familia. Con la intención de librarse, George decide llevar a Sheldon a una conferencia en un museo de Texas. Allí, ambos podrán disfrutar de lo que más desean: Sheldon, aprender en soledad, y George, ver uno de los partidos de fútbol americano más esperados de la temporada. Sin embargo, los planes de ambos se frustran cuando reciben visitas inesperadas. De vuelta en el mercadillo, Georgie y Missy aprenden la utilidad de regatear en los precios de los productos y Meemaw se da cuenta de que hay una parte de su pasado que aún sigue viva.

Meemaw consigue ganar una videoconsola y trata de regalársela a Sheldon. Este, sin embargo, está convencido de que los videojuegos no sirven para otra cosa que no sea hacer perder el tiempo. Pero cuando su abuela comienza a jugar, el joven se siente irresistiblemente atraído por las aventuras que el juego relata. Por su parte, Georgie comienza a trabajar en un taller y, para sorpresa de sus padres, realiza las tareas con una facilidad y un dominio inusitados.

Sheldon no tiene más remedio que apuntarse a psicología como asignatura optativa, si no quiere ordeñar vacas. El primer trabajo que debe realizar en la misma es una observación de la dinámica familiar en la cena de Acción de Gracias. La tarea será dura: George ha recibido una oferta laboral para ser el nuevo entrenador de fútbol en la Universidad de Tulsa, algo a lo que se niega Mary, que se siente muy cómoda viviendo en Medford.

De forma imprevista, Missy y Paige hacen muy buenas migas, de tal forma que la joven prodigio se queda a dormir en casa de los Cooper, para desgracia de Sheldon. Las niñas hacen una fiesta de pijamas en la que Paige avisa a Sheldon que, como no mejore sus relaciones sociales, acabará siendo un marginado y alguien muy extraño. A pesar de intentar resistirse, la insistencia de Paige acaba presentándose en la mente del joven.