Comedia dramática con tintes negros que nos trae a un Jim Carrey mucho más contenido y totalmente creíble en un mundo que mezcla el programa infantil de marionetas del que es protagonista con la vida en toda su crudeza, tocando la muerte, la enfermedad, las drogas o la familia desestructurada sin que la dureza de lo expuesto nos permita perder la sonrisa. Es chispeante y atrevida, dolorosa y divertida a partes iguales