Alfonso Cuarón y Cate Blanchett, de inicio parece una combinación ganadora, y, sin embargo, queda por debajo de las expectativas.
La serie tiene ambición, y en algunos casos trata con éxito y profundidad algunos temas muy presentes en nuestra sociedad, como la rapidez al juzgar a la gente, de cancelarla y denostarla públicamente basados en informaciones que nos llegan de extraños y sin contrastar su credibilidad. Narrativamente, juega bien con los flashbacks, enseñándonos poco a poco el corazón de la trama. Leila George cumple de forma extraordinaria en la parte más sensual y erótica, y Cate Blanchett está en su línea, inmejorable.
Sin embargo, personalmente, el final me decepciona, entregándose al plot twist de forma un tanto gratuita y destruyendo gran parte de lo construido anteriormente. Me quedo con la sensación de: ¿para qué tantos episodios para acabar así? Destruye por completo al personaje Jonatnan que conocíamos, incluso nos deja una sensación incoherente y contradictoria entre sus actos con Catherin y la posterior actuación heroica con el hijo de esta. Entiendo el objetivo del capítulo final, me parece buena idea, tiene complejidad, es potente el concepto, pero creo que no se implementa de forma correcta.
La serie se acaba haciendo larga. Uno piensa que bien podría haber sido una película de dos horas, más fluida y con la misma capacidad narrativa. En todo caso, aún estando por debajo de mis expectativas, la firma de Cuarón y la presencia de Blanchett aseguran un mínimo de calidad y seguro que será disfrutable para mucho público.