Aburrida y monótona puesta en escena para una serie que ambiciona contar una historia supuestamente real, pero que se estanca en el reclamo. Pensé que Julia Garner podría ser el gancho que me remolcara hasta el final de la serie. Craso error. La paleta caravanera malhablada llamada Ruth en la serie Ozark (2017) resulta que solo tenía gracia justo por eso, por su verborrea injuriosa y agravante, pero por nada más. Aquí le queda demasiado grande un papel que, por cierto, está terriblemente mal escrito. En Inventing Anna no hay, por lo tanto, ninguna razón para seguir viéndola. El ritmo es tedioso, la narrativa carece de interés, y las actuaciones (salvando a la Chlumsky) apenas muestran personalidad.