Deborah Feldman vive en una secta religiosa judía ultra ortodoxa llamada Satmar Hasidim, cuya vida es aislada del resto del mundo. Con un padre mentalmente enfermo incapaz de ocuparse de ella y una madre que huyó cuando ella aún no tenía uso de razón, Deborah se crió con sus religiosamente estrictos abuelos y tíos. Entre las prohibiciones que la joven tiene en la secta, se incluye el uso del inglés en su casa o escuela (también llevada por Satman Hasidim).
Un matrimonio concertado por su familia lleva a Deborah a huir de la comunidad y mudarse al extranjero con el fin de empezar una nueva vida en la que pueda tomar sus propias decisiones sin imposiciones o prohibiciones.