Opiniones El tercer día

La miniserie comienza con Sam (Jude Law) paseando por un bosque y sosteniendo una nerviosa conversación telefónica con su esposa. Un inesperado incidente lo lleva a visitar una isla habitada por una pequeña y curiosa comunidad, mientras sigue transitando el duelo por la muerte de su hijo.

El tercer día es, en parte, otra historia, entre drama y thriller, sobre comunidades sectarias y lo que sucede cuando irrumpen extraños en ellas, aderezada con ciertos elementos "dinásticos".

Está estructurada en tres partes diferenciadas por la estación en que transcurren. Comienza en Verano, luego una elipsis nos lleva a Invierno, con al llegada de nuevos personajes a la isla y la tercera sería Otoño, una experiencia en "inmersiva" en vivo durante 24 horas con los habitantes de la isla de estreno incierto.

El tono de la serie se ajusta a las características de sus personajes, siendo la primera parte más alucinatoria y la segunda de índole más realista.

Ciertas decisiones de Sam (y de otros protagonistas) resienten el verosímil de la serie, que afianza en general su coherencia en su última parte.

La puesta en escena es elegante y por momentos vistosa, aunque algunos diálogos pretenciosos resienten su ritmo.

Como en toda historia sobre comunidades sectarias (en este caso más cercana a Gutland que a Midsommar) ciertos aspectos de la trama bordean el ridículo, pero se agradece la sobriedad en las simbologías y folclorismos expuestos.

Uno de los principales aciertos de la serie es su locación, que es real: una isla inglesa unida a tierra firme por un camino que queda cubierto por las aguas cuando sube la marea, a la manera de la Abadía de Saint Michel en Francia.




En suma, El tercer día tiene en su haber aciertos de puesta en escena, en su estructura narrativa, en la creatividad visual, en cierta vuelta de tuerca a las historias de comunidades religiosas cerradas y en las actuaciones de su elenco adulto y juvenil, que además del atribulado Jude Law incluye a Naomie Harris, Katherin Waterston (en uno de los personajes que le insufla vida a la trama) y la siempre eficiente Emily Watson, cuyo personaje combina muy bien lo cotidiano con lo siniestro.

En el debe, correspondería señalar problemas con el verosímil y cierta morosidad abonada por la repetición de situaciones.