La ficción basada en hechos reales sigue la desaparición de Sian O’ Callaghan en marzo de 2011, una joven británica de 22 años. Los hechos ocurren tras pasar una noche con amigos y su novio y familia deciden denunciar a la policía tras comprobar que no daba señales de vida.
El superintendente detective Steve Fulcher es el profesional a cargo y está convencido de que la joven continúa viva y retenida contra su voluntad. Éste se implicó por completo en la desaparición, transgrediendo el procedimiento policial y los protocolos que el cuerpo tiene para atrapar a un asesino. Este comportamiento le lleva a poner su carrera y reputación en juego.