The Acolyte es una serie que, desde el primer minuto, demuestra tener claro lo que quiere ser: una historia con alma propia dentro del universo Star Wars. Ambientada cien años antes de las precuelas, abre un territorio nuevo donde el misterio, la corrupción y el equilibrio de la Fuerza están en juego. El resultado, aunque no perfecto, es sorprendentemente sólido: buena ambientación, personajes bien definidos, y un ritmo que mantiene el interés constante. Se ve del tirón, sin esfuerzo.
Más allá de lo puramente narrativo, lo que ha provocado el mayor ruido —y no precisamente el bueno— ha sido su enfoque inclusivo. Mujeres protagonistas, diversidad étnica, una sensibilidad diferente… Y eso ha hecho saltar por los aires a una parte del fandom más rancio. Los mismos que claman por "coherencia con el canon" y acusan a la serie de ser “woke” por mostrar a mujeres con agencia o a jedis no blancos. Lo curioso es que, al mismo tiempo, exigen respeto por una saga que siempre ha hablado de lucha contra el fascismo, la opresión y el miedo a lo diferente.
No, The Acolyte no es perfecta. Algunas tramas necesitan más desarrollo y hay escenas que rozan lo convencional. Pero tiene algo que muchas series de franquicia han perdido: ganas de explorar sin depender todo el tiempo del fan service. Hay ecos de Andor en su tono adulto, pero sin su densidad política; hay acción bien rodada, sables láser y criaturas exóticas, pero también espacio para el conflicto interior y las zonas grises.
Lo mejor es su atmósfera: oscura pero sin caer en el cinismo, con un diseño de producción impecable y una banda sonora que refuerza cada giro con elegancia. Amandla Stenberg encarna a una protagonista compleja, con heridas y contradicciones, que no busca complacer, sino que se hace preguntas incómodas. En definitiva, alguien con más alma que muchos héroes clónicos de las últimas producciones.
The Acolyte no agradará a todos. Y eso está bien. Porque si algo necesita Star Wars es arriesgarse más, molestar a quien quiere que todo siga igual y dar voz a nuevos relatos. Esta serie lo hace. Con sus defectos, pero también con valentía.