ESPERO SUS NUEVAS TEMPORADAS APACIBLE, PERO NO ENTUSIASMADAMENTE
Me acuerdo de leer esos magníficos libros de un supuesto terror para los nenes, nunca he sido muy sentimental con el terror, nada me da miedo ni susto, no sé si estoy vacío de emociones con este género, decepcionado o simplemente soy muy realista, y la verdad que para nada lo soy, siempre me dicen: “te crees que estás en una película” y sinceramente hasta en las historias más agonizantes en cuanto a peligrosidad estaría yo más a gusto que en este mundo retorcido, lleno de humanos, la mayoría de ellos miserables y en una época la cual me da pena. Quiero de vuelta mis libros de pesadillas, escritos por R.L. Stine.
Reaparecen repentina y anualmente ciertas fibras que me obligan a ver este tipo de series cuando la navidad está acercándose y este espíritu americano me llena mucho para ver cine juvenil. No obstante, no es como las típicas americanadas, aunque algunas sean exquisitas, pero Pesadillas contiene cierta autenticidad y a la vez una agradable lealtad a las novelas aunque ésta no haya seguido el camino de la antigua.
La historia es perfecta para un comienzo de un universo en el que este grupo de amigos con cierta similitud a Stranger Things (algo mayores que los de Hawkins) no van a tener descanso, sobre todo por culpa de Harold, y más tarde de Slappy. Entre ellos tampoco habrá descanso, con tanta amistad y amor (cliché pero siempre agradable de ver si no lo siento forzado). El guión no me conmueve, no me sorprende pero sí con el sentimiento y emoción que suele estar escrito, y más si me siento igual de sonriente y escalofriante, a buenas, cuando leo las novelas.
Todo ocurre en el pueblo de estos cinco jóvenes, Port Lawrence, ellos son: James, Margot, Isabellah, Isaiah y Lucas. Además de personajes que suman mucho a la historia como los padres de los jóvenes, y con un profesor llamado Nathan. Lo causa todo un adolescente fallecido hace 30 años, Harold Biddle, en la época de los padres cuando el instituto. Muerto por un incendio en el sótano de su propia casa. Aparece repentinamente en Port Lawrence para vengarse por lo que supuestamente hicieron los padres.
El grupo de amigos, cada uno afectado con su historia, ese es uno de los grandes puntos positivos de Pesadillas, dónde vemos en varios de los primeros capítulos la perspectiva de cada miembro del grupo. Y por eso la noto algo lenta, lo cual no quiere decir que sea un punto negativo, sino más bien, un punto que resaltar, y disfrutar. Porque esa es a veces la esencia y el objetivo de una serie cuyo miedo no es el terror sino la intriga, el suspense.
No me abstengo de mi escaso conocimiento sobre la existencia de la mayoría del reparto: Isa Briones, Miles McKenna, Zack Morris, entre otros. Peor para mí aunque sean recientes en la industria. Pero mi orgullo me pide que sonría y elogie al que sí conozco: Justin Long, dónde a mitad de la historia es él quien lleva el rumbo.
Pesadillas, una historia de, espero, numerosas temporadas (en un futuro) cuyo poder es el de la nostalgia: sus novelas. A parte de una historia sobria, a la vez con cierta inquietud, siempre bien recibida.
-RICHIE VALERO